lunes, 16 de diciembre de 2013

Omisiones


La reforma energética, avanza, feliz o infelizmente. La globalidad se impone, el egoísmo manda. Ecumene es derrotado, el amor al prójimo se extingue. Es una lectura personal, me es difícil hablar por la lectura de los legisladores pues se duda de que la hayan leído a fondo, no lo suficiente como para montarse en el “fast track”.

Tampoco se puede elogiar lo fenecido, muerto estaba ya desde antes del proceso legislativo, pues a su amparo a los energéticos propiedad de la nación les pasó lo que al tamal de la tía Cleta, se lo fueron acabando a probadas de particulares. Tantas inconsistencias en la política energética han ido dilapidando ésa riqueza nacional del subsuelo. Qué sabemos de PEMEX Internacional, ente sin escrutinio público. Qué decir de los arreglos que ordenó Zedillo como los pidiregas o de la abierta violación a la ley en tiempos del PAN. La familia Mouriño, de Galicia, España, son demostración de que el nacionalismo energético estaba por los suelos, así como la ordeña de los ductos de PEMEX, por parte de la delincuencia, son emblema del abandono oficial previo a la reforma.

La reforma tiene dedicatoria, inversionistas y empresas a modo, depredadores probados. Ni yo, ni mis lectores, tampoco el Perico de los palotes estamos en la puja.

En la reforma hay omisiones, las prisas o el analfabetismo funcional de los legisladores. Nunca antes el calificativo funcional fue tan preciso.

Primera omisión: la seguridad desaparece prácticamente.

Segunda omisión: medio ambiente, no se ven medidas de prevención y protección.

Tercera omisión: tampoco de habla de evitar y sancionar la corrupción.

Bajo estas condiciones, la propiedad de la nación es un resabio inoperante. Cuando entren en acción las grandes compañías del rubro energético, que se llevarán muy bien con la administración de turno, sea del partido que sea, compartirán la renta petrolera con la alta burocracia. No les interesa el desarrollo, ni los cuidados al medio ambiente. Veremos entonces como nos fue en la feria.

Con ganas releeré a Juan José Arreola en ese relato de pedacería popular que es La Feria (Editorial Joaquín Mortiz). Historia de un pueblo que alguna vez se llamó Zapotlán el Grande, ejemplo de nuestro destino bizarro: religión y política, religiosidad y legalidad se unen para convertirnos en un país de risa, de la “jodidez” consagrada para el regocijo de las élites del poder.

“- Todo el año parecemos coheteros, nomás pensando en la feria y llenándonos de pólvora la cabeza, para que a la hora de la hora, todas la ilusiones se nos seben…”


(Es la última del año, nos leemos el año que entra)

jueves, 5 de diciembre de 2013

El trueque del sexenio


Avanza la consumación de la enésima reforma política. El pago que tiene que hacer el presidente Peña Nieto, el Partido Revolucionario Institucional en consecuencia, para sacar adelante la reforma energética. De ahí la urgencia de apurar las dos reformas antes de que concluya el actual periodo de sesiones del Congreso.

En otra ocasión comenté que la reforma política está perfilada para remodelar el hábitat y garantizar el confort de la clase política. En esa línea, se trata de una reforma para la reproducción de la clase política. Una reforma de y para los partidos, de bajo contenido ciudadano y con una mayor dosis de burocratización de la autoridad electoral.

Si los partidos realmente quieren validar la aceptación que tienen de la ciudadanía, que empiecen por deslindar sus finanzas de los recursos públicos, de las grandes empresas o de los sindicatos. Que sean sus militantes y simpatizantes los que se encarguen de sostener económicamente a los partidos.

La lana es primero, así lo concebía Luis Echeverría Álvarez cuando le decía a Heberto Castillo Martínez que sin dinero su partido (Partido Mexicano de los Trabajadores) no iba a desarrollarse. Años después, el neoliberal Ernesto Zedillo Ponce de León así lo entendió, cuando justificó el incremento de los dineros públicos a los partidos para que, supuestamente, no recurrieran a los dineros del narcotráfico.

Estamos ante una reforma voraz en la medida que ve preponderantemente el beneficio de los partidos.

El presidente Peña Nieto es consciente de que no ha sabido comunicar los beneficios de las reformas, será porque son escasos por excluyentemente dirigidos. Las del Trabajo, Telecomunicaciones y Energética, por ejemplo, con una vocación clara para favorecer la reproducción del capital. En cambio, las reformas Hacendaria, de Transparencia y la Educativa con un mayor potencial de contribuir a la formación de ciudadanía, ahí donde el país lo requiere para superar la vergonzosa yuxtaposición de un país que presume de sus riquezas y al mismo tiempo es habitado por millones de pobres.

Por algo es el Partido Acción Nacional el principal defensor de la reforma política y así va realizando su agenda de la mano del Presidente. Enrique Peña Nieto quiere ser reconocido como un presidente reformador, al costo de convertirse en el primer panista del país.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Bienvenido al Eterno Retorno


Por la tarde del jueves 28 de noviembre, desde la frontera norte, en Ojinaga, Chihuahua, el presidente Enrique Peña Nieto respondió al anuncio del Partido de la Revolución Democrática sobre la salida de ésa organización política del Pacto por México. No era para menos, la joya del consenso y piedra de toque del actual gobierno reventaba. Réquiem para el Pacto.

La respuesta de Peña Nieto arroja luz sobre la tenue ambigüedad de un político pragmático, aclara y da pie a confrontar ideas, a debatir. Lorenzo Córdova Vianello así lo ha tomado (El Universal 29-11-2013) en la consideración entre mayorías y consenso. Ése es uno de los temas que pone a discusión la voz del Presidente y bien vale tomar algunas palabras a lo dicho por él desde la frontera. De su visión y su óptica.

 “Muchas y muchos de ustedes han escuchado o han oído de las famosas reformas estructurales, a veces sin entender, quizá porque no lo hemos explicado suficientemente cuál es el alcance de esas reformas.”

Primero, considero que hay un problema de escucha, esto es, una actitud de no escuchar. El político tiene la presunción de que la gente lo escucha pero generalmente no es así. La política es a fin de cuentas suerte de una comunicación elitista; Segundo, al Presidente sí lo entienden, vaya que lo entienden precisamente porque las reformas afectan o apoyan intereses establecidos. A quien le pega salta, a quien beneficia celebra. Nada de que sorprenderse o lamentarse; Tercero, no hay explicación suficiente o total, si ahora se revienta el Pacto será tal vez porque ya se repartió el Presupuesto.

Sigue una exposición presidencial sobre el pasado y los cambios, de la urgencia y necesidad, así lo expresa:

“Hoy somos actores de un nuevo siglo, del Siglo XXI. Y si reconocemos que el Siglo XX trajo aparejado grandes cambios, grandes reformas, importantes transformaciones en la calidad de vida de los habitantes del país y del mundo entero; una expectativa de vida mayor, con medicamentos de avanzada, con el uso de tecnologías, con mejores comunicaciones

“Si eso ocurrió en el Siglo XX, qué debemos esperar del Siglo XXI.

“Sin duda, cambios más acelerados, que aseguren que en el presente y en el futuro haya mayores oportunidades para todos los mexicanos.

“Y por eso no podemos seguir o no podíamos seguir con las reglas, con el andamiaje, con las condiciones trazadas en el pasado, para una condición muy distinta de la que hoy tenemos.”

Para las sociedades cambiar y distanciarse del pasado no es como voltear la página. A veces hasta se hace la revolución para no cambiar y sobre el cambio no hay acuerdo total, salvo excepcionalmente, como cuando se decidió darle fin al régimen de Porfirio Díaz, como cuando se decidió la alternancia, pero no se alcanza una comunidad de cómo realizar los fines superiores. Los intereses y las ideologías se encargan de atenuar, de diluir los cambios. Será porque las sociedades no siempre cambian al ritmo que quieren los reformadores. En el siglo XIX, Alemania tardó más de medio siglo para establecer un código civil común y no fue por falta de ideas, ni de pensadores.

Continua el Presidente: “Están por delante importantes reformas: la política, la energética, que dándole al Estado o garantizando que el Estado mexicano y todos los mexicanos mantengan la propiedad de los hidrocarburos, podamos encontrar mecanismos que posibiliten el desarrollo de las fuentes generadoras de energía de nuestro país, para abaratar los costos, para volver a México más competitivo, para atraer más inversiones y generar más empleo y, eso, sin duda, genere desarrollo y bienestar para todos los mexicanos.”

Es la justificación de las últimas décadas, dejad que las inversiones resuelvan la vida. Es la continuidad. Inversiones veleidosas, grandes inversionistas que miden segundo a segundo como están sus ganancias. De las consecuencias ambientales, de salud, de civilidad (delincuencia, procacidad) eso no importa. O será que, como dice el Presidente, no se ha explicado con suficiencia. Por ejemplo, hay conciencia gubernamental sobre la salud de los gobernados y toma medidas que no modifican el modelo empresarial que produce la morbilidad de nuestro tiempo.
 
Los males de nuestro tiempo no están disociados de la economía imperante que concibe al mercado como un mundo feliz o una cajita feliz. Pero es más sencillo, cómodo, adjudicar falta de entendimiento en el otro y tomar la falsa posición del gobernante incomprendido.

El gobierno Peña Nieto está viviendo una situación similar a la de Francisco I. Madero. Un gobernante que llega a la más importante responsabilidad y representación del país, con legitimidad y consenso, encuentra que los males heredados son el freno del cambio y ni siquiera llama al orden a quienes contribuyeron a la situación de desastre nacional con sus decisiones políticas equivocadas. Les da tiempo de reorganizarse y lo sacan violentamente del poder. Así le fue a Madero.
 
1913 cien años después. Bienvenido al Eterno Retorno.

martes, 26 de noviembre de 2013

Al molino


El 15 de noviembre de 2013, la Gaceta del Senado publicó el dictamen de comisiones unidas relativo al proyecto de decreto, de reforma y adición, a diversas disposiciones constitucionales en materia de transparencia.

La transparencia no es un don natural, se trata de un don adquirido culturalmente. Para hacer tanto jaloneo legislativo bien se nota que la segunda afirmación no la cumplimos, como si la transparencia fuera un certificado de imbecilidad. En cambio, la opacidad, como el mentir, son signo de inteligencia.

Para el caso de las responsabilidades públicas, asumidas ya en los actos de autoridad, ya en el manejo de recursos públicos, la transparencia gubernamental es una construcción institucional tendiente a garantizar la honestidad de los sujetos o entes públicos, obligándolos a conducirse sin desviación de lo que dicta la norma. Es así, obligación imperativa, porque en la realidad la transparencia no se adquiere en la botica. Las personas que representan y están en las instituciones gubernamentales son atraídas hacia la impunidad y la corrupción en calidad de sujetos con apetitos privados (bienes, dinero, etcétera) Por eso se requiere apretar las tuercas de la transparencia gubernamental.

El caso es hasta qué punto ésta reforma dotará al país de un nivel superior de transparencia y signifique una transformación real.

La reforma que se alcance a poner en vigor, de darse su aprobación y posterior publicación en el Diario Oficial de la Federación, enfrentará estructuras de linaje (dirá el antropólogo) constructos sociales (hablará el sicólogo) estructuras mentales (terciará el sociólogo) –profesionales que en la actualidad se encuentran bastante marginados pues los ejercicios actuariales, demoscópicos y de mercadotecnia han remplazado la investigación de largo aliento que da forma al conocimiento de lo social- moldes culturales en las que subyace la disposición a evadir la transparencia y consumar la corrupción.

A ése molino de la cultura se lleva el grano de la reforma donde será triturado hasta convertirlo en harina. Con ella el gobierno elaborará el alimento que materialice la transparencia, para que con los recursos legales reformados, y sin autoritarismo, la transparencia normada haga evidente la rendición de cuentas.

No olvidar. Tener presente que ha sido la desconfianza hacia el gobierno y los gobernantes la causa que ha dado lugar al archipiélago de entidades autónomas como la CNDH, el IFAI y el IFE. Entidades que con su sola existencia todos los días nos recuerdan la falta de fe ciudadana en las autoridades.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Presupuesto, Revolución y Michoacán


Presupuesto 2014, modificado y aprobado por los diputados en el palacio Legislativo de San Lázaro. Como es ya costumbre, se festina un presupuesto superior en monto al del año pasado. Ignorando el habla keynesiana, no se apunta con precisión el efecto multiplicador, eso es cosa de pasado. Los usos tecno-empresariales prefieren, si es el caso, usar el lenguaje bélico explosivo y le dan vuelta a los evangelios para no hablar de multiplicar (aquello de los panes y los pescados) Les gusta el verbo detonar, como si de tratar un estallido se tratara.

Los legisladores, o sus asesores, nos deben una exposición sencilla y divulgable de los presupuestos anteriores (1983-2013) y su vinculación con el PIB alcanzado. El actual gobierno está transparentemente obligado a observar un ejercicio -este presupuesto ya no es heredado- congruente con las metas trazadas. No será fácil ¿Por qué?

Se abandonaron orientaciones que fueron resultado de la Revolución Mexicana: la economía mixta, el esquema de partido dominante. Ahora se ha cedido a la iniciativa privada la conducción de la economía, al menos de la apropiación apabullante de la riqueza. Tenemos un pluralismo de opereta en la conducción de la política, antes el género era más popular: la carpa. México está a merced de las decisiones globales que toman las empresas ídem. El poder político ya no es el núcleo que adhiere a la clase política: un puñado de empresarios y de delincuentes ejercen el poder por encima de los poderes formalmente instituidos. Los gracejos futboleros nos vienen desde Fox.

Michoacán es el estado de la república donde queda nítidamente expuesta la reconfiguración del poder. No se ha hecho la investigación profunda y actualizada de la economía y la sociedad de ése estado, sólo se entera de la nota roja en esa entidad. Qué produce y de dónde se sostiene el crecimiento de los servicios. Hasta qué punto Michoacán ha desarrollado una tensa “convivencia” con el crimen organizado. La migración, más bien, la población que emigra al norte y deposita en sus viajes periódicos de regreso una sensibilidad y valoración que amalgama cristianismo con individualismo posesivo. Ni ley, ni religión se sostiene cuando todo se antoja permitido. La impunidad somos todos. Michoacán, el laboratorio del cambio estructural.
 

viernes, 8 de noviembre de 2013

Matteotti, Reichstag, de linchamientos


El 10 de junio de 1924 en Roma, el diputado socialista Giacomo Matteotti fue secuestrado. Semanas después, el 16 de agosto, se encontraron los restos del político italiano.

El 27 de febrero de 1934 en Berlín, fue incendiada la sede del parlamento alemán.

Estos hechos de violencia política nunca fueron suficientemente investigados y, en consecuencia, justamente sancionados. Se dirigieron en contra de un poder formalmente establecido, en la persona de un diputado y en la sede de un edificio legislativo. En un ambiente de confusión y provocación, aprovechado por seguidores de Benito Mussolini y de Adolfo Hitler, estos actos terroristas han quedado identificados para la posteridad como los acontecimientos que allanaron el camino hacia el control total del Estado de los fascistas italianos y de los nazis en Alemania.

Es en el hilo de estas historias de brutalidad que encuentro significación a lo expresado por el diputado Manlio Fabio Beltrones, cuando define como actitud fascista a la convocatoria de linchamiento en contra de los legisladores que aprobaron la reforma fiscal. Linchamiento promovido con mayor virulencia en la frontera y tienen entre sus principales difusores a la Coparmex, el PAN y Morena. Todos ellos actores institucionales, convocantes a la ruptura de las instituciones. Si están en posición de gestar un movimiento revolucionario deberían decirlo, eso es más consecuente que simular alinearse a las instituciones de gobierno al tiempo que se plantea su socavamiento.

Así quiero entender las declaraciones del diputado Beltrones acerca de la actitud fascista.

Claro, no se puede ocultar el fondo de la crispación social. La ciudadanía está harta, me incluyo, de que los legisladores, en sus deliberaciones, repetidamente nos vendan el futuro. La gente está ávida de un presente digno y justo, aquí y en muchas partes del mundo. A los ojos de la ciudadanía los legisladores están al margen de la rendición de cuentas. Además, nunca se hacen cargo de las consecuencias de las leyes que aprueban.

Cuando se modificó el régimen agrario para dar paso a la liberalización de la propiedad rural no se anticipó el efecto ambiental de dicha reforma con el desempeño de las compañías mineras, de las inmobiliarias: contaminación del agua, destrucción de humedales, etcétera.

Cuando en 1995 se hizo la “gran” reforma al Poder Judicial los legisladores no advirtieron que el sistema de impartición de justicia continuaría en su pendiente de deterioro.

Tampoco sacaron a cuenta la endemia delincuencial que traería consigo la codicia del proceso de liberalización económica.

Es por eso entendible la desesperación e inconformidad de la gente. Se legisla sin garantizar los rendimientos benéficos que obtiene la población. Por ejemplo, se hace legislación que mantiene un bajo perfil, es el caso de la ley de contabilidad pública gubernamental expedida hace cinco años. Es la hora que no se nos informa de su servicio real al mejor funcionamiento de la Administración Pública, menos se sabe si el ciudadano recurre a dicha legislación para ensayar un escrutinio a los gastos del gobierno.

Es tiempo de exigirles a los legisladores que se hagan cargo de sus decisiones y nos demuestren que la reforma hacendaria viene acompañada una vigilancia estricta sobre los dineros públicos y hagan evidente la efectiva oportunidad de la modificación fiscal.
Y de acuerdo, es obligado desechar actitudes fascistas.
 

martes, 5 de noviembre de 2013

Las parcialidades


Para Rousseau, la gran dificultad en el alcance de la convivencia política dentro del Contrato Social son las parcialidades, el interés de grupo o estanco que entorpecen la voluntad general. En la imaginación política del Ginebrino, situada más allá de la descripción de realidades concretas, el acto de legislar está bajo las acechanzas de intereses de facto (estamentales para su época) que hoy encuadra perfectamente con los llamados poderes fácticos. Por eso se imaginaba al  hacedor de la ley como un personaje venido de otro mundo, tan desinteresado que bien podría despedirse después de cumplir su misión legislativa pues no le atribulaban las pasiones de lo legislado.

La realidad es muy otra, nada que llame al interés segmentado les es ajeno a los legisladores, se reconocen representantes de su distrito o de su Estado, según sea el caso de su elección directa, pero qué gran dificultad para vestirse con la gala de la representación nacional agrupados en el cuerpo legislativo, en el Congreso.

Hemos presenciado dos periodos legislativos, uno sigue en curso, es decir, sigue a la vista. Dos deliberaciones legislativas han enardecido la parcialidad de intereses cuya satisfacción se aviene por encima de la república: los profesores del sistema de educación pública y los empresarios, los grandes empresarios por delante. Con la reforma educativa y con la hacendaria sus privilegios han sido exhibidos como tales, no como obsequio gracioso de la divinidad o la naturaleza, sino como vergonzosa herida de la desigualdad social tolerada.

En el camino está la ley secundaria en telecomunicaciones, una verdadera prueba para someter toda una colección de otro poder fáctico.

La reforma energética, por su carril, está en el trance de una fallida decisión, como la que ocurrió en el sexenio anterior. O puede suceder que no se alcance la mayoría para concluir cualquier traza de reforma. En esas y la ocasión nace para ensayar un ejercicio de consulta ciudadana.

¡Ah! Sigue en proceso la reforma relacionada con la transparencia y la rendición de cuentas (la política no le veo otro destino que garantizar el hábitat y el confort de la clase política) En todo caso, el jaloneo no ha concluido y el teatro da para toma de tribuna, abandono de sesiones,  hacer pipí y hasta para ponerse un disfraz.

El actual gobierno, el de Enrique Peña Nieto, estará en condiciones de operar bajo reglas sensiblemente modificadas. Tiene cinco largos años para demostrar que la transformación impulsada tiene la orientación hacia una vida republicana más amigable, con el sello de la inclusión, el indulto al profesor Alberto Patishtán es un gesto nada despreciable. Ya veremos al esfuerzo reformador como fundamento de una ciudadanía plena a partir de la alimentación, la educación y la salud, como vectores en la mejoría de la mayoría.

Los poderes fácticos no cejarán en sus intentos por imponer sus intereses, incluyo a su representación más degradada, el crimen organizado. El déficit local en la administración de justicia y las fuerzas destructivas de la globalidad, se suman a enarbolar la cruzada antipeñanieto, por el camino fácil y vacío, el antipriísmo.

Años trepidantes nos esperan, símil de los que sucedieron al de 1913. Pensar la posible solución en la formulación de un nuevo contrato social, porque El Hombre Rebelde, sobre el que reflexionó Albert Camus, sigue ahí donde prevalece la injusticia de la indiferencia.

 

martes, 29 de octubre de 2013

Lo que todo joven revolucionario ...


Hay palabras que se usan con un total desentendimiento de su significado. Palabras que han quedado degradadas a condición de cliché. Martín Alonso, en su Enciclopedia del Idioma nos dice acerca de este galicismo, acerca de cliché: “Expresión estereotipada, trivial y escasamente significativa, a fuerza de ser repetida”

Es el caso de revolucionario, que muchas organizaciones utilizan sin preocuparse por ponerse a tono con sus interpelados. Organizaciones formales como el Partido Revolucionario Institucional, organizaciones clandestinas como el Ejército Popular Revolucionario, invocan la palabra revolucionario. En medio de estos extremos una multitud de organizaciones, característicamente juveniles. Es claro que ambas organizaciones no representan lo mismo ¿O sí?

Esperar sacrificada exposición filológica no está a la mano, por el momento, este medio es un tirano. Visto lo cual, se propone un atajo con su simplificación a disculpar.

Hubo una vez, un médico llamado Georg Büchner, quien acreditó sus méritos con una exposición sobre los nervios craneales (1836) Su corta vida (1813-1837, octubre 17 es su bicentenario) no le impidió ser un crítico social y militante humanista, según Knut Forssmann y Jordi Jané. Como su vida, su obra es breve, un volumen reúne su obra completa (Editorial Trotta, 1992) de vibrante interés. Por ejemplo, su narración en torno a la biografía de Lenz, obra fundamental para el estudio de la esquizofrenia juvenil.

Büchner interpretó el imaginario de la Revolución Francesa en textos y piezas dramáticas de utilidad actual para redescubrir lo revolucionario, algunos contenidos, por supuesto. A considerar:

La muerte heroica de cuatrocientos ciudadanos de Pforzheim. Es una proclama con la cual se puede identificar lo revolucionario en su veta nacionalista.

El mensajero de Hesse. Es otra proclama en la que se encuentra otro significado de revolucionario, el antigobiernismo.
 
Nuestro autor tomó otro camino, la autoridad lo perseguía y el drama fue la salida.
 
La muerte de Danton. Pieza dramática delirante y sensual de principio a fin, que nos enseña que lo revolucionario es libertario, la libertad emplazada en contra de la desigualdad social.

Leonce y Lena. Comedia, sátira, en donde podemos encontrar lo revolucionario en oposición a lo aristocrático, a lo plutocrático, por extensión.

Woyzeck. Drama inconcluso, en la envoltura de un crimen pasional, no regatea otro empeño que significa lo revolucionario, su disposición a combatir la injusticia que se ensaña con los marginados, con los pobres.

Joven revolucionario, eres o te haces. Importa definirse, unos milímetros, más/menos, y encontramos a un joven fascista.

Brevedad y sustancia.

 

viernes, 25 de octubre de 2013

Red de protección social


Siguiendo por el Canal del Congreso el curso de la aprobación de la reforma al Código Fiscal de la Federación. A la espera del “debate” de los senadores en torno a la reforma fiscal. Mientras en el Palacio de San Lázaro se aprueba la pensión universal para adultos mayores de 65 años y el seguro de desempleo. Tundido por tanta autoexaltación partidista que se desgañita por la ciudadanía, quedo insatisfecho de tanta argumentación parcial. Por eso es partidista.

Increíble es que quienes inventaron el gasolinazo y están dispuestos a imponer, si tienen las condiciones propicias, la generalización del IVA al consumo de alimentos y bebidas, se desgarren las vestiduras reclamando no más impuestos. La desfachatez es incongruente por definición. Como difícil resulta encontrar congruencia en los legisladores que han votado en el pasado, normas que han destruido la red de protección social y ahora pretenden congraciarse con la pensión universal y el seguro de desempleo.

Es un parecer muy particular, así lo pienso y lo escribo.

Vayamos al punto. México ha sido incorporado a la moda de la política económica liberal. La moda que llegó para quedarse ¡Cébalo, Diablo panzón! Adoptar dicha moda ha tenido como costo la destrucción y disminución de la red de protección social para dejarla al libre juego de la oferta y la demanda (caso ejemplar las pensiones de los trabajadores)

Ahora que el hambre, la pobreza, la salud –revelador la indígena dando a luz en el jardín de una clínica rural en Oaxaca, el jornalero que murió a fueras de un hospital en Guaymas, Sonora- exhiben al país con expresiones de disgusto social (manifestaciones, policías comunitarias, redes sociales) el actual gobierno encuentra en la reforma fiscal la política que le permita contrarrestar los efectos de la prescripción económica liberal. Reforma que empareja como si de una reforma social se tratara. El giro puede quedar en retórica si no se actúa de acuerdo a un objetivo específico y bien armado: renovar la red de protección social. Sin ella no habrá paz, ni crecimiento económico.

El “gran” argumento, parcialmente válido, que justificó el desmoronamiento de la red de protección social fue la corrupción al interior del aparato público. Lo malo es que el remedio de la economía liberal ataca al enfermo, no a la enfermedad. Así quedamos en el peor de los mundos posibles: con protección social disminuida y con corrupción.

Por eso el foco, la centralidad de la política de los gobiernos se tiene que establecer en la relaboración de la red de protección social. Para ello se tiene que ser efectivo en el combate a la corrupción, así como evitar que el ejercicio del gasto público sea capturado por los que más tienen. En esto mucho tiene que ver la reforma fiscal.

Puede quedar la idea de que al ver el Canal del Congreso se apresuraron estas líneas. No es así, la dialéctica es intrincada por naturaleza. Leo, luego escribo. Para este artículo me ha sido un gran apoyo el libro de David Stuckler y Sanjay Basu Por qué la austeridad mata(Editorial Taurus, 2013) En su capitulado los legisladores encontrarán casos de otras latitudes, ya que tanto gustan de ejemplificar con lo que pasa en el extranjero, para argumentar a favor de la red institucional de protección social.
 
 

 

martes, 22 de octubre de 2013

Alteridad e integridad


Se han fijado en la actuación de las autoridades frente a la amenaza del ciclón Raymond. Muy otra, el desgano burocrático se ha despejado. Eso parece, una golondrina no hace verano. Ahora así, el énfasis y la atención corresponden a lo que debe ser el servicio público. Si esta actuación estuviera en todas las actividades y procedimientos de la autoridad de este país, sensiblemente, sería otro. Lástima que, por diversas razones, el servicio público resulte deficiente respecto a lo que se espera de él.

Cierto, no todo el servicio público se puede poner en el cajón de la deficiencia. Es evidente que la modernidad, en forma de nueva legislación y/o tecnologías de la información implantados, no han hecho un mejor servicio público, me refiero a aquel al que está obligado la autoridad.

El deterioro se ha incrementado de manera acelerada desde el gobierno de Vicente Fox y la inercia alcanza al actual. Desde la alta burocracia funciona la correa de la recomendación, no precisamente tiene que ser mala si está adherida a principios. Si la alteridad y la integridad están ausentes desde la alta burocracia entonces el interés personal, particular del servidor público, se impone sobre el interés público. Se trata de un territorio casi inamovible y es la mayor la debilidad de muchos gobiernos, aquí y en otras latitudes.

Alteridad supone tener presente el interés, la necesidad o circunstancia del otro, de quien recurre al apoyo del servicio público, sin truques (votos) ni intercambios indebidos (sobornos).

Integridad, calidad de íntegro, supone la disposición de no sacar ventaja de la posición burocrática.

Son principios que casi no funcionan en las burocracias, las normas sociales fundadas en la costumbre, incluso en el mercado (la moda) sólo consideran la alteridad y a veces la integridad en casos de emergencia: un incendio, una inundación, un sismo. Fuera de esta situación límite no se les requiere.
Lo que se ha extendido como epidemia es la sicopatología del narcisismo en la casta burocrática, sin hacer distingo de partido, rompen reglas por convicción, desatienden con pasión los procedimientos y sólo se mueven por instrucciones de arriba, un ejemplo de esto último es la modificación del estatuto del ayer Parque Nacional del Nevado de Toluca.

Esa es la tragedia de la mayoría de los gobiernos de hoy en día.
Tanta energía por mover a México y no hay capacidad para hacer una burocracia funcional al real servicio de la ciudadanía. Esa burocracia donde encalla toda reforma, incluyendo a las cardenistas. La burocracia, el enemigo interno de Peña Nieto, cuando ya suficiente tiene con la rebelión hacia el caos que ha desatado el proceso reformador.

viernes, 18 de octubre de 2013

De partidos


 
  • Los partidos son un circo donde los trapecistas abundan y por eso son aburridos.
  • Aunque hablen de modernidad, el trueque es la norma precapitalista que sella sus acuerdos, revolviendo lo fiscal, con lo energético y lo político.
  • La modalidad de partido franquicia ha permitido la anticiudadana existencia de la telebancada.
  • Desde que existe el partido verde han empeorado las condiciones del medio ambiente.
  • Con la legalización de la izquierda no le ha ido mejor a los trabajadores y a los campesinos.
  • Hoy el partido totalmente corporativo es Acción Nacional, allí mandan los intereses del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, de la Confederación Patronal de la República Mexicana y del Consejo Coordinador Empresarial.
  • El Partido Revolucionario Institucional formalmente se vincula con la Socialdemocracia, no obstante, lleva años mimetizándose con el neoliberalismo y en esa iglesia nomás no lo dejan entrar, lo desprecian y no les merece confianza por su pasado “estatista”.
  • De todos ellos no se hace pluralidad, es el partido único por otros medios. Muy americanizados en el habla, de pluralismo fingido, eso sí, con las costumbres de siempre (Luis F. Aguilar dixit)
  • Estamos partidos mexicanos.
  • Si los partidos estuvieran realmente conectados con la ciudadanía la reforma fiscal no tendría mayores controversias. Pues de qué otra forma se puede atender los destrozos de un régimen económico. Pero no han aprendido a realizar un efectivo y honesto ejercicio de los recursos públicos, por eso la desconfianza y los que más tienen fácilmente les venden la idea a los que menos tienen sobre la maldad de los impuestos. La versión azteca de Tea Party nos ha alcanzado.

lunes, 14 de octubre de 2013

El príncipe posmoderno


En las notas que elaboró Antonio Gramsci durante su reclusión, el político del Partido Comunista Italiano hacia un ejercicio de aclaramiento de ideas con todas las desventajas en su condición de preso político: sin interlocutores, sin una biblioteca actualizada. En esas notas queda registrada una afirmación sobre el moderno príncipe que “no puede ser una persona real, un individuo concreto; sólo puede ser un organismo, un elemento de la sociedad complejo en el cual comience a concretarse una voluntad colectiva reconocida y afirmada parcialmente en la acción. Este organismo ya ha sido dado por el desarrollo histórico y es el partido político”. A los tiempos actuales dicha afirmación tendría que ser ajustada o reformulada visto que el partido político está lejos de cumplir con la realización de una voluntad colectiva.

En la actualidad, el organismo con la intención y la capacidad de formar voluntad colectiva, así sea en la publicidad que alienta el consumismo y de manera más acabada en su expresión de industria del entretenimiento, que está al margen y por encima de los partidos políticos, es el consorcio corporativo, en el que se agrupan los grandes capitales del sector financiero, de las telecomunicaciones, de la industria y el comercio, imponiéndose y modulando de acuerdo a sus intereses particulares las decisiones del poder político.

Veo como en México los partidos se dirigen con temor y respeto forzado al gran capital, atentos a no descuidar las señales que emiten los mercados. Medrosos, los partidos se conforman como una burocracia sui generis, sin responsabilidades bajo un efectivo escrutinio público, su papel se restringe en dar fe y credibilidad a la democracia electoral, cumplir con una representación teatral. Y cuando miembros de los partidos acceden a las responsabilidades de gobierno, de inmediato dejan en claro que no son una amenaza para el mercado.

El consorcio privado, va diversificando actividades y está facultado para desempeñarse en un ámbito trasnacional, es el príncipe posmoderno. No le importa formar una voluntad colectiva sino promover sus interese particulares. No le interesa el ciudadano en tanto portador de derechos políticos, para eso tiene al sujeto que responde mejor a los intereses del consorcio: el consumidor. Es este novísimo príncipe quien tiene la fuerza para imponer su voz a toda la sociedad, al Estado entero. No por casualidad el serial de reformas ha pasado por la obligada aduana de los dueños de México, quienes han mostrado su musculo para detener lo que no les gusta, el trato que le han dado a la reforma hacendaria es elocuente. Ellos deciden que pasa y que no, cuentan con el chantaje de la desinversión y con la reproducción segura y fiel de sus intereses en la mayoría de los medios de comunicación que controlan. No requieren salir a la calle, ni formar tendencias en las redes sociales, pero sí están en disposición de cooptar partidos enteros como el de Acción Nacional.

Cuando se escriba la historia de estos tiempos, con ojos de historiador, se dará cuenta del giro que dio el país desde 1983, se describirá un país profundamente dividido por la desigualdad, lacerado por la pobreza de sus habitantes y el incontenible deterioro ambiental. Eso sí, con 35 mexicanos en la lista de Forbes. Entonces la democracia electoral y el pluripartidismo se verán como un dato menor, incapaz de generar una extendida calidad de vida, donde la estafa, el fraude, el robo y las actividades delictivas en general se convirtieron en opción a elegir.

lunes, 7 de octubre de 2013

Cúpulas, partidos, instituciones

Entramos al onceavo mes de la administración de Enrique Peña Nieto. Bien o mal, el Presidente ha puesto en juego todas sus cartas reformadoras. En la creencia de reformar en el principio de una gestión porque después la negociación se encarece –como si su abundancia fuera constante. Vendrán los comicios federales con sus propios arreglos oportunistas (coaliciones que no tienen beneficio para la población) Además, el primer año de un gobierno con origen democrático es cuando más fuerza y expectativas agrega.
Seguramente el rostro del país imaginado, no bien descrito hasta ahora, no lo verá la presente administración. Se jugaron las cartas apostándole a la continuidad sibilina y las tres reformas por concluir –energética, hacendaria y política- darán cuenta de lo que se intentó y se pudo.
Se ve con claridad como las cúpulas empresariales, principales beneficiarias de las reformas, se oponen a la reforma hacendaria para dejar a salvo su elección: primero es la codicia. Ponen de parapeto a la clase media y toman partido. Las cúpulas empresariales, gustosas siempre de considerarse apolíticas y apartidistas, tienen en el Partido Acción Nacional el mejor promotor de sus intereses.
De los partidos, situados en la mezquindad, encuentran en la proyectada reforma electoral nuevos recursos para sobrevivir a expensas de la sociedad. Hay quienes ven en dicha reforma el chantaje a través del cual transitarán las reformas que actualmente están en el Congreso. Y por qué no de una vez, si se planea un nuevo árbitro de una vez se somete a subasta todas las siglas partidistas y se convoca a la creación de nuevos partidos.
En este momento, Peña Nieto es consciente de que en cuanto a reformas se hizo lo que se pudo. Significa esta conclusión que el gobierno actual se acabó. No. Esa conclusión es una estupidez. El gobierno, sí, llegará a una redefinición obligada por las reformas que él mismo impulsó y por el inmovilismo inconfeso de la variopinta coalición opositora.
Ahora toca observar a las instituciones gubernamentales, las nuevas y las que han sobrevivido, en su desgaste o en su inutilidad de origen. Es suficiente, diría yo un exceso, un año al frente de las instituciones del país como para tener identificado qué y quiénes funcionan. Sacudir en serio la administración pública federal para reducir la corrupción y brindar mejores servicios a la nación. El pretexto de la resistencia al cambio, los poderes fácticos –el que gusten CCE o CNTE- y los intereses partidistas, tienen que dejar de ser el obstáculo para que el gobierno, el aparato y el servicio públicos, sirvan realmente a la gente. Esa es la gran tarea, tal vez inesperada, que le queda al Presidente. De su decisión depende abrir un horizonte a un régimen democrático de derecho socialmente responsable, haciendo que la democracia no se agote en los procesos electorales sino que se ensanche y consolide en una democracia para todos, incluyente. No en exclusividad para un decil de la sociedad, el que concentra la riqueza.

jueves, 3 de octubre de 2013

¡Ah! ¡Oh! Anarquistas


Francamente indigestible la comilona informativa, relacionada ésta, con lo sucedido hace 45 años en la Plaza de la Tres Culturas en Tlatelolco y su ritual marcha conmemorativa de cada 2 de octubre.

Imágenes grotescas bajo la etiqueta de “anarquistas”, sin dotar de sentido, como si de un neologismo se tratara y su significado estuviera por difundirse. Provocadores ¿Quiénes? Infiltrados ¿De quién? Sin responder a estas preguntas la noticia no se completa, es puro barullo de imágenes.

Para salir del amarillismo que no me dice nada (bueno) busco las asociaciones desprendidas de la etiqueta: Ricardo Flores Magón, anarquista sin el cual no se entendería el carácter social de la revolución mexicana. Miguel Bakunin, fundador de la Primera Internacional de Trabajadores. Emma Goldman, defensora de los derechos civiles en los Estados Unidos. Más allá de los personajes o junto con ellos, sin ignorar que la lista es larga, se trata de una doctrina decepcionada de la libertad, la igualdad y la fraternidad promulgada por la revolución francesa. El anarquismo que ve en el Estado la cancelación de la libertad, en la propiedad privada el origen de la desigualdad. Bajo estas condiciones la fraternidad es falsedad.

Cómo relacionar las imágenes con la enciclopedia previa. Entonces falta completar la información. Alguien se ha detenido a informar sobre estos jóvenes anarquistas que concentran las imágenes de la conmemoración del 2 de octubre. O no queremos llegar a la verdad. Conjeturo: son jóvenes a los que la familia, la escuela y el Estado les ha fallado. Porque estos jóvenes no son los que presume Carlos Slim en el programa que patrocina: Universus, “verborreicos” y trajeados.

Personalmente considero que el Estado es necesario para garantizar la libertad, proveer justicia y mitigar las desigualdades sociales. Pero cuando el Estado no cumple con esos objetivos, para mi fundacionales, hay que señalar lo que está fallando en el Estado, de manera específica en las instituciones gubernamentales (Ya vemos como el mismo gobierno federal empieza a reconocer las fallas institucionales que aceleraron el impacto negativo de las tormentas “Ingrid” y Manuel”, falta que llegue a fondo y con todas las consecuencias del caso).

Por eso no comparto las reformas que ensanchan la desigualdad. Por eso apoyo las reformas que fortalecen al Estado para cumplir con los objetivos mencionados arriba, como la Hacendaria. Y no acepto la inacción en contra de la corrupción y no por casualidad viene acompañada de la frivolidad (Las Vegas, Dubai, etc.)

Y si de anarquismo y anarquistas se trata, no sé qué tanto sufrimiento se tenga que acumular, si esto es necesario. O se trata de un voluntarismo exacerbado al absurdo como se expone en la novela de Joseph Conrad, EL Agente Secreto.  Lo que sí me incordia son las imágenes desinformadas que promueven la represión y el autoritarismo.

martes, 1 de octubre de 2013

Llegó la hora de revisar


Difícil sustraerse a la coyuntura. La coyuntura absorbe, descontextualiza, es la inmediatez que prescinde del antes y después. Actitud solidaria con el aquí no pasa nada. Los cínicos se adueñan del destino de un país, cumplen cabalmente la premonición de José López Portillo.

En el cruce cartesiano de las desgracias actuales están el déficit del Estado de derecho y el capitalismo.

Para proseguir esta afirmación despidamos dos lanzas.

La primera: la Secretaría de Gobernación descubre el hilo negro en Guerrero, “Ilegalidad hizo crecer el número de muertos” y promete investigar administraciones anteriores de lo que posiblemente ya prescribió. Se escuda en boletines y telefonemas de alerta enviados a los gobernadores. Éstos, a su vez, utilizaron las redes sociales, medios impresos y electrónicos.

Gustan de ignorar que su función, la de un alto funcionario, no sólo es administrativa sino sobre todo política, de mucha sensibilidad. No se les paga sólo para emitir boletines de alerta, sino por la sagacidad de movilizarse con anticipación a las zonas en riesgo, salir de la oficina o de donde se encontraran para tener, de perdida, el relato in situ y de cara a la contingencia. Llegar antes del siniestro para un mejor control de daños. El temporal estaba avisado.

La segunda: el Consejo Coordinador Empresarial despotrica una vez más en contra de la reforma hacendaria, no dice de dónde saldrán los recursos que mueven a la función y los servicios públicos, más aún, de donde se sacarán recursos para atender necesidades de los sectores de la sociedad más dañados por el régimen económico dominante. Acaso se les ocurra un Teletón ampliado.

El CCE tiene que reconocer que a lo largo del proceso reformador que no inició en el actual gobierno, sus demandas se han ido cumpliendo una a una, desmontando la mixtura de la economía hacia la liberalización despiadada –informalidad y crimen incluidos- o cómo se explican el crecimiento de la desigualdad y la pobreza.

Volvamos ahora al punto donde se cruzan los ejes, en el territorio del desastre impulsado por las lluvias, en la perspectiva de su estructuración, de su formación.

El déficit del Estado de derecho no es de ahora, se renquea desde hace mucho con ese mal. Más de treinta años de reformas no han movido esa deficiencia institucional. Se presume de la perfección e idoneidad de las leyes que no trascienden democráticamente a la efectividad de su cumplimiento. Todo se cumple al gusto del mejor postor o de la discrecionalidad de ocasión. La legalidad es de papel, lo que realmente sucede es ya otro asunto. Bendito papel que trasportas la ilusión de la ley cumplida, sin relatar las estafas e injusticias perpetradas al amparo de tu materialidad oficial.

El capitalismo dominante, generador de riqueza a partir de la devaluación del trabajo (bajos salarios y cancelación de derechos) Riqueza mercantil que para venderse destruye la riqueza natural. Por definición, el capitalismo explota al trabajador y los recursos naturales. La tecnología hace más apabullante esta dominación. Abrir nuevos desarrollos (Laguna de Tres Palos y el sistema de humedales del que forma parte) aprovechar mano de obra que habita zonas de riesgo, contagiar a comunidades con la ilusión del progreso (La Pintada, Atoyac de Álvarez, Guerrero) dejando sin efecto la legislación y los instrumentos de la política ambiental. El capitalismo no se detiene, todo lo ha de exprimir, es su naturaleza depredadora de aquí y ahora. Como los dinosaurios, el capitalista no se detiene en las consecuencias.

Es tiempo de una revisión a fondo del largo proceso reformador.

 

viernes, 27 de septiembre de 2013

Sacar la pata


El Secretario de Gobernación salió en defensa de la dependencia a su cargo por las observaciones publicadas respecto a sus subordinados en su desempeño u omisión ante la emergencia meteorológica. Migue Osorio Chong afirmó que con toda oportunidad dio aviso de alerta respecto a las tormentas tropicales (Ingrid y Manuel) las cuales hicieron estragos en varios estados de la república en días pasados. El funcionario exigió a los gobernadores dar la cara. Punto y bueno.

Osorio Chong dio información exculpatoria de cómo se construyeron las alertas. Desde el tramo técnico proporcionado por la CONAGUA, quien dispuso la información sustento de las alertas, hasta las instrucciones giradas (boletines) para emplazar las precauciones de protección civil en los estados y municipios involucrados.

El Secretario sabe que no es un burócrata más. Sus responsabilidades le dan para albergar pretensiones de estadista. Bajo esta consideración, Osorio Chong es del entendimiento de que no se trataba solamente de procedimientos técnico-administrativos, dejar que los oficios siguieran su curso nada más. Menos ante la emergencia que se avistaba. Se tenía que empujar los procedimientos a través de la operación política, pero se confió en los gobernadores. En mala hora, sobre todo por lo que se refiere al estado de Guerrero.

Hizo falta poner a disposición un emisario de alto nivel para reforzar los boletines, para ponerle pies y celeridad, pese al riesgo de que los gobernadores se enfadaran, celosos ellos de su soberanía. Pero no menos importante frente a la magnitud de la emergencia. Es sabido cómo se las gasta el gobernador de Guerrero para parrandear, no es un ente modélico de responsabilidad pública. Si el emisario era rechazado, Gobernación tendría una razonable disculpa. Lo que no se entiende es por qué no se echó mano de recursos, se pudieron elaborar persistentes mensajes para radio y televisión de aviso a la población en red nacional. No se hizo y la emergencia lo ameritaba. No bastaba con disponer la información en la red, como lo procedió la CONAGUA.

El otro asunto, el escándalo evitable, le corresponde al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila. No voy a reproducir aquí lo que ya ha circulado entorno al “pugilato” que armó Laura Bozzo en contra de Carmen Aristegui. Sí retomaré la desacertada actuación del gobernador, expuesta en las explicaciones de sus subordinados que de seguro no convencieron ni a él mismo.

El gobierno de Edomex se defiende de la acusación que se le hace de estar al servicio de la empresa Televisa. En descargo, el gobierno en cuestión afirma que por igual se atienden las solicitudes de apoyo (traslado) de todos los medios de comunicación para llevar a cabo su labor de información. Mal haría de no hacerlo. Lo que no se justifica es el por qué y para qué a representantes de un medio se les proporciona uniforme de una agencia del gobierno y a los demás medios no. Porqué disfrazarlos de lo que no son. Hasta donde está claro los periodistas van a lo suyo, reportear sucesos de interés. Lo que no se aclaró y debería hacerse –sería una aportación para los del oficio- es si el reality show ya es considerado un género periodístico. Todavía más. Si los periodistas fueron a documentar sus reportes la conductora de Televisa no iba en ese plan, iba de “rescatista”, iba a “ofrecer ayuda humanitaria” (Cuando su empresa y quienes la patrocinan tienen los recursos suficientes como para no solicitar la ayuda gubernamental) No cree señor gobernador, en tratándose de una actividad y riesgosa, como es la del rescate en apoyo a damnificados tiene que estar estrictamente desmarcada de la realización de un reality show -lo cual es sinónimo de frivolidad- o piensa ser émulo de Genaro Luna productions.

Por favor Don Eruviel, no ofenda la inteligencia del respetable.

martes, 24 de septiembre de 2013

País de la decepción


Hace décadas, la publicidad gubernamental consignaba: todo lo bueno proviene de PEMEX. En la actualidad se encuentra en su nadir. PEMEX sin horizonte así como está. Dentro del foro abierto por el Senado para allegar información a los legisladores sobre la reforma energética, en su primer día de ejercicio se coincidió: La desinversión y la falta de tecnología que padece la paraestatal es resultado del marco jurídico aún vigente. Obvio, sino cual interés por reformar. De esto y la catástrofe energética hablaron distinguidos consultores desde su respectiva asociación civil u lo que sea, en pro de realizar la reforma energética, de manera específica la apertura del sector, entre más mejor. Cifras, comparaciones, metáforas. Con ganas de espantar, ya porque se nos va el tren o nos lleva.

Por qué no se da la inversión pública con suficiencia, pues en parte, porque se dan desproporcionados incentivos fiscales a los que más tienen, las grandes empresas en primer lugar. Se mantienen subsidios a los bancos a través del IPAB. Que se amuele PEMEX, cuando ayer se le consideraba el impulso de la industrialización ahora se le califica como responsable de la desindustrialización. Acaso la disposición actual del crédito privado no influye también en la desindustrialización. Ah, de eso mejor no hablar.

Que no se produce la tecnología para las nuevas plataformas de explotación. En dónde están las instituciones de investigación pública y privada capaces de proveer la tecnología, que hace el CONACYT y el SNI. Fracaso de la UNAM, del IPN, del Tec de Monterrey, del ITAM, por no mencionar a los institutos del sector energético ¿Acudirán al foro a defenderse? Ahora bien, la generación de tecnología en general también es un asunto de las empresas llamadas de punta. Muchas, cierto, la incorporan de su casa matriz que está fuera de México. Cómo estamos en ese rubro, cuantas empresas mexicanas se han vuelto dominantes o competitivas por las patentes registradas que validan su aportación tecnológica. Pero eso ni mencionarlo.

Se quiere reformar y no se tiene la propuesta del marco regulatorio. Un salto al vacío, retahíla de promesas copiadas de la propuesta del gobierno anterior. La corrupción o la falta de capacidad de los altos funcionarios no es parte del debate con la importancia que merece.

Esto último es muy grave y debería ser la avanzada del actual proceso reformador. Funcionarios honestos y aparato público en la consecución de resultados y objetivos. Pero fíjense que no, que siempre no, lo del gobierno eficaz se sustituyó por un gobierno reformador. Una variante de presidente del empleo que en cuestión de días se transmutó en el presidente “Eliott Ness”.

Se impone el prurito de yo no vengo a administrar. Si de eso pedimos los ciudadanos de los gobernantes, para que al final de la gestión se le reconozca por su administración, por su gobierno eficaz y al servicio de todos. Los presidentes de México y el síndrome de Benito Juárez.

Lo importante qué es una buena administración, sobre todo cuando ocurren emergencias como las generadas por los desastres naturales. En esos momentos son pocos los colaboradores reales y brillan los que ostentan su calidad de meros acompañantes. Con el azote de los fenómenos meteorológicos, Ingrid y Manuel, se mostraron las insuficiencias de David Korenfeld (CONAGUA), Luis Felipe Puente Espinosa (Coordinador federal de Protección Civil), de José María Tapia Franco (FONDEN). También de los titulares de SEDATU y SEMARNAT, responsables de la gestión del territorio, se hicieron chiquitos. Todos ellos evidencian el total desfase entre la preparación y los cargos conferidos. Lo de siempre, cuates y cuotas.

Si no hay cambio positivo en la operación del gobierno, de sus aparatos e instrumentos, las reformas sí que serán un gran desperdicio de energía.

 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cuando la lluvia cae


El temporal en dos frentes, el  Golfo de México y la Costa del Pacífico – Ingrid y Manuel- han dejado agua a raudales. Desbordamiento de ríos y trazo urbano como ríos de la ocasión. Mesoamérica rendida al dios del agua, Tláloc, venerado como deidad de la fertilidad, la reproducción de la naturaleza vegetal. Así era en el mundo prehispánico.

Ahora, lo que los meteorólogos llaman tormenta tropical o ciclón, según sea la especificación técnica, en el despliegue de su fuerza pone a prueba al Estado moderno en sus dos componentes: en tanto gobierno, la disposición de recursos fiscales y el aparato público para atender la emergencia; en tanto sociedad, resurge el principio de la solidaridad tanto tiempo anestesiado por la codicia mercantil. Solidaridad que encuentras en la desgracia del otro tu oportunidad. La conciencia abierta hacia la alteridad es una llamada a la reorganización y movilización civil.

Lluvia que cae en medio de un proceso de reformas, hasta ahora auspiciado por el Pacto por México, en continuidad con la apertura comercial iniciada por Miguel de la Madrid, aunada con la disminución del Estado peyorativamente calificado de interventor. Reformas que han tocado derechos sociales, también privilegios –de aprobarse en sus términos la reforma hacendaria. Enrique Peña Nieto ha arriesgado su capital político. La legitimidad electoral alcanzada se dilapida, aparentemente. La divisa del gobierno eficaz palidece ante la continuidad sibilina de hacer las reformas que no pudo hacer el Partido Acción Nacional en doce años.

Un proceso de reformas que no es acompañado por el crecimiento de la economía. Como diría Luis Echeverría Álvarez, la economía está en atonía. La economía está en recesión, declaró ayer el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas.

Los empresarios que empiezan a disfrutar de los ahorros que les ha facilitado la reforma laboral no se dan por satisfechos y abominan de la reforma hacendaria. Son los dueños del país y lo quieren todo.

El actual gobierno de la república, con todo y la reforma a la administración pública federal y el decreto de austeridad inaugural, no ha roto la inercia que dejaron los gerentes blanquiazules, mucho menos con el abuso de los mensajes publicitarios de lo que se supone es actividad gubernamental.

En esta desazón del gobierno que se propone eficaz, llega Tláloc para poner a prueba las estructuras gubernamentales en sus tres niveles. Temporal coincidente con el desafío vigente del movimiento magisterial y los desbordamientos sociales que pueda traer.

Por lo pronto, el Estado de sitio se mantiene en el corazón del centro histórico de la ciudad de México, sustrayéndolo como espacio por excelencia para el ejercicio del derecho de manifestación. No sin antes haber utilizado ese espacio para el acarreo de miles de mexiquenses la noche del Grito de Independencia el domingo pasado: Viva Peña Nieto, se leía en sus afiches. Si fue decisión de los presidentes municipales, de la secretaría de gobernación o instrucción de Los Pinos, el hecho es desafortunado y hasta el momento no hay desmentido de parte de la autoridad.

Ya lo he escrito, vienen meses difíciles. El irresuelto conflicto magisterial, la contracción económica inducida por los empresarios, no dan para buenos augurios.

Verano lluvioso, crudo invierno. Algo tendrá que hacer el gobierno de Peña Nieto para detener su desgaste. El Pacto por México no sustituye a la representación nacional, considerarlo así es usurpación. Acelerar el ejercicio del gasto público autorizado es una parte que está al alcance del gobierno ¿Será suficiente para reconstruir la interlocución con la sociedad en su conjunto?
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