Es una proposición compleja. Es la concepción, el reconocimiento al prójimo (al “otro” diría el filósofo) Muy en el centro de una religión social como el cristianismo, concepción tan abandonada por los que se dicen cristianos. Estamos en un tiempo donde al prójimo lo ponemos al margen de nuestros intereses creando desamoroso orden. Pues reconocer al prójimo, enaltecerlo, no se nos da con facilidad.
Hacemos filantropía porque es deducible de impuestos, hacemos caridad porque a cambio queremos tener mayores seguridades de llegar al cielo después de muertos. La realidad, el imaginario nos empuja a ignorar al prójimo. La iglesia católica, sus jerarcas, está más enfrascada por asumirse como cómplice del poder económico y político. La familia, ayer refugio, hoy es campo de batalla en el que despliega la violencia intrafamiliar cada vez con mayor frecuencia.
La publicidad y teorías económicas del mercado nos han insistido, y lo aceptamos, en hacer del egoísmo nuestra guía de vida. Nos dicen que en los objetos encontramos la fuente non del placer, que una tarjeta de crédito nos hará libres. Tal es la distorsión que se acuña sobre nuestra “propia” persona que terminamos aceptando que tener superpoderes es posible y algún día podremos estar por encima de los demás, cerquita de Dios y hablándole de tu. Pero como eso es una ilusión al primero que endosamos la desilusión es al prójimo. La violencia criminal, la explotación, el robo, la extorsión, el anhelo de impunidad tiene un afectado directo: el otro. Un sentido negativo para la proposición de inicio “sin ti no soy yo”.
Cabe entonces hacer una reformulación: Yo soy tu. Con este planteamiento, encontrar, ver y desear lo bueno, lo mejor en el otro es lo esperado, tu mejoría es mi mejoría y me veo en tu bienestar (Rousseau y Marx) que viene de la tradición del cristianismo primitivo con cierta lectura de los Evangelios. Yo soy tu, una proposición tan fuera de nuestra realidad presente pues los líderes globales nos atosigan con su propuesta: Tú no eres nadie.
Esta noche sólo te quiero decir que sin ti no soy yo, yo soy tu y tu eres todo. Una propuesta radical para un porvenir incluyente, amoroso.