viernes, 15 de febrero de 2008

El paseo

La confrontación entre las autoridades y el crimen organizado sigue produciendo derramamiento de sangre y golpes espectaculares. Son ya una costumbre los partes noticiosos que dan cuenta de esta guerra que va para largo, estableciéndose como un mal endémico.

El IFE ha dado hasta el día de hoy viernes, plazo para que se retire toda publicidad gubernamental que tenga contenidos de promoción personal. También se tendrá que hacer un listado de lo que es información gubernamental y lo que es propaganda disfrazada de noticia. Qué formatos son vehículo impecable de necesidades informativas y cuáles son inserciones de propaganda descarada a tal o cual autoridad responsable.

Nada sobresaliente, incluida la reposición de una gira pospuesta del presidente Felipe Calderón a los Estados Unidos por Massachussets, Nueva York, Illinois y California. Se celebraron reuniones con todo tipo de interlocutores, destacando académicos, hombres de finanzas, gobernadores y sobre todo, el más importante, la comunidad de mexicanos residentes en aquel país. El viaje sirvió para reproducir el optimismo acerca de las fortalezas de la economía mexicana frente a la actual recesión norteamericana, donde el gobierno de George W. Bush toma medidas para mantener a la sociedad de consumo más importante del planeta. Las autoridades de Hacienda minimizan los efectos de la recesión, que no pasarán más allá de un catarrito.

Abundar sobre los efectos en la economía nacional de la crisis estadounidense no está demás, más vale que el gobierno siga con atención e informe con oportunidad pues nadie quiere una neumonía. Prever la posibilidad de una variación brusca en el tipo de cambio. Mantener al tanto a la población del multimillonario programa de infraestructura, conocer sobre sus alcances y sus avances. Verificar el ofrecimiento de las tiendas de autoservicio de hacer descuentos importantes en algunas mercancías que ofrecen. Poner el acento en la política social. Todo lo que sea pertinente para que la recesión no haga estragos mayores, recuérdese que la pobreza de millones de mexicanos es un dato anterior a esta crisis. Y no se diga la capacidad de consumo de la clase media, que se ve limitada ante su insolvencia para pagar sus créditos (Reforma)

En una situación como la presente, quienes más recursos tiene, la minoría del gran capital, tienen la información privilegiada para asegurar sus intereses. Su queja es anticipo de que no están dispuestos a ser sorprendidos. Y no extraña que un empresario como Emilio Azcárraga Jean ya reclame la falta de atención del gobierno, que no apoya a los empresarios nacionales. Cierto o no, lo dicho por el principal accionista de Televisa es ya signo del jaloneo empresarial.

Hacer confianza ante la crisis puede tener un alto costo político, como para pronunciar el retroceso electoral de Acción Nacional en los estados durante los últimos meses. En la parte política las decisiones se van acordando con el Congreso y los gobernadores, eso ya es marca del sexenio. Pero es en las decisiones económicas donde se pone en riesgo los deseos de prosperidad para el país. Que le vaya bien a México, aún a costa del Presidente.

martes, 12 de febrero de 2008

Desodorizar

Consumado el relevo parcial de consejeros del Instituto Federal Electoral, un remolino de opiniones se han volcado sobre una premisa, el ninguneo. Los nuevos consejeros son unos desconocidos, dicen unos. Eran los últimos de la lista, afirman otros. Son del PRD, de los chuchistas, adversarios de López Obrador, se escucha por allá. Acullá retumba, son hijos de Manlio Fabio Beltrones. Y eso que no se añaden aquí los chismes. La realidad es que Leonardo Valdés, Benito Nacif y Marco Antonio Baños empiezan una nueva vida y ellos sabrán que hacer con su pasado. Hoy tienen el cargo y les corresponde a ellos aportarle dignidad a la encomienda. No está fácil, los humores que dejó la gestión de Luis Carlos Ugalde no se han disipado.

Una primera prueba será asegurar la convivencia del nuevo Consejo. Un segmento mayoritario de los consejeros está devaluado y no se puede decir que aquí no ha pasado nada. Los seis consejeros que sobrevivieron quedan mal parados y todavía no se tiene suficiente claridad de los motivos de su permanencia. Están inutilizados, cualquier protagonismo en su actual circunstancia será visto con sospecha. En el mejor de los casos, no les queda otra que allanarse a los nuevos consejeros y no estorbar, confirmar que estarán en calidad de bultos. Una condición moralmente insoportable, aunque cínicamente posible. Los que llegan tienen la obligación, ante el desequilibrio del actual Consejo, de no dar pie a que las diferencias afloren y salgan de control. Esta es una tarea inmediata que pone a prueba el acierto de los nombramientos hechos por la Cámara de Diputados.

Una segunda prueba es la real independencia de los nuevos consejeros, la superación de cuota partidista que los agravia de inicio. Esta prueba se formará en la actuación, sobre todo en el desempeño que tengan los consejeros en la próxima elección federal del 2009 que renueva la Cámara de Diputados.

En los medios se ha comentado el asunto de los más de doscientos mil spots que no fueron reportados por los partidos en la pasada campaña presidencial. Esta es otra prueba para el IFE, de cuya resolución dirá mucho de la consistencia y aptitud del nuevo Consejo. Y este tipo de pruebas no le han resultado nada fáciles al Instituto cuando tiene que llamar al orden a los partidos. Uno fue el caso del Pemexgate, el otro fue el de los Amigos de Fox, que exhibieron las limitaciones legales de aquel IFE, las cuales se suponen superadas por la reforma electoral reciente.

Es claro que se trata de un chantaje que interpuso Luis Carlos Ugalde para impedir su defenestración. Habrá que ver si los nuevos consejeros compran el chantaje o demuestran habilidades para desactivar la mina sembrada o para anticipar y enfocar el alcance del daño. Para ello se tendrá que revisar los convenios del IFE con Televisa y la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, convenios que a partir de la nueva legislación serán innecesarios en el futuro, y averiguar por dónde se hizo el espacio para el abuso de promocionales. Que los radiodifusores y dueños de televisoras muestren las facturas, pues lanzarse sobre los resultados de un monitoreo que se dieron después de que la elección había sido declarada cosa juzgada fue un proceder temerario del anterior Consejero presidente.

Existe una prueba más, entre otras, relacionada al contexto de la lucha interelitista que libran empresarios y políticos. Directamente no es de la competencia del IFE, pero querrán llevarlo al baile. Los consejeros sabrán si aceptan la invitación.
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