viernes, 28 de marzo de 2008

Tesoristas contra callejeros

El gobierno está enredado en su doblez de intenciones, quiere abrir el sector energético al capital privado y envolverse en la bandera nacional revolucionaria del cardenismo histórico. Le aterra tomar una posición definida y en consecuencia no haya como presentar una reforma energética que quede bien con todos. No presenta un proyecto y tampoco tiene el liderazgo para conducirlo. Para esto último no sirven Juan Camilo Mouriño, ni Georgina Kessel, en las mismas están Santiago Creel y Héctor Larios Córdova, coordinadores parlamentarios de senadores y diputados del PAN. Ha preferido el gobierno en turno tomar la ruta espectacular e infructuosa del spot para allanar el camino de la reforma. Buscar el tesoro que se esconde en las profundidades del mar.

Ante la indecisión y falta de claridad del gobierno, el Frente Amplio Progresista ha encontrado en esta debilidad estratégica el impulso para poner en el centro del escenario a su líder fundacional, Andrés Manuel López Obrador. Su liderazgo, sin titubeos, se muestra claro y firme en su posición: No a la privatización. Su medio para hacer prevalecer esta toma de posición es la movilización, sin descartar el uso del spot. La calle está a disposición para hincar las barricadas contra la reforma energética.

Frente a esta polarización reanimada, el PRI, a través de Manlio Fabio Beltrones, se sitúa por encima de sus adversarios. A uno lo emplaza a que de una vez presente su propuesta de reforma ante el Congreso, de lo contrario, los legisladores priístas harán lo propio. Por otro lado, no condena la resistencia civil que impulsa el FAP, pero advierte que es una acción con riesgo de salirse del control de sus impulsores y propone la vía de la institución legislativa para darle un nuevo arreglo a la gestión y operación de PEMEX.

Ante la ineptitud reformadora, la evocación de reformas pretéritas es inevitable. En 1977, el país tenía un sistema electoral sin credibilidad y existían brotes de grupos armados que respondían a la falta de espacios democráticos. Don Jesús Reyes Heroles, encontró en el mecanismo de la consulta abierta, el medio formador de consensos de señera reforma política. Reforma que no se hizo con unanimidades, tuvo sus opositores, entre ellos el Ing. Heberto Castillo Martínez. Claridad de propósitos, realismo, diálogo sincero, contribuyeron al éxito reformador del Tuxpeño. Con el tiempo, no pasó mucho, entró a jugar con las nuevas reglas el opositor Ingeniero.

No hubo spots, nadie salió a la calle. Eran otros tiempos, en los que el Congreso acompañaba idílicamente las decisiones del Ejecutivo. El debate se impuso porque contó con un conductor excepcional, al que lo ilustre no le vino por declaración o decreto, ni le hacían falta. Era la política de decisiones, que no hacía mayores concesiones a la imagen diseñada en un despacho publicitario. El servicio público brillaba sobre vicios privados. Y no es nostalgia por tiempos autoritarios, pero sin oficio político la democracia se estanca, no evoluciona.

lunes, 24 de marzo de 2008

Desestabilización

Semana non santa ha tenido el Partido de la Revolución Democrática. Sus elecciones internas realizadas el domingo 16 de marzo, una vez más, han sido motivo de escándalo. Pero en el ambiente se ha formado la caja de resonancia que le ha dado una exposición exagerada en los medios. Una ferocidad diazordacista que omite la referencia. En 1968, hablar de la conjura comunista como el ingrediente promotor de la revuelta estudiantil servía de pantalla para ocultar el origen de la protesta: la falta de democracia. Hoy, el recurrente cochinero perredista ha sido el pretexto para que pierda visibilidad el descrédito de Juan Camilo Mouriño, secretario en Gobernación. También se aprovecha el burro para evadir un verdadero debate sobre la reforma energética, pues el gobierno ya tiene una decisión tomada: ir tras el tesoro escondido.

El gobierno carece de operadores políticos para remontar la adversidad que le impuso López Obrador con dos señalamientos: el tráfico de influencias en el que incurrió Mouriño, por un lado, por el otro, la redefinición de los beneficiarios de la renta petrolera que implica la reforma energética. La presidencia patito ha puesto en jaque al Presidente Constitucional.

Es sabido que el gobierno ha decidido un combate sangriento al crimen organizado. Es del dominio público el efecto de la desaceleración de la economía norteamericana. Por sí mismos estos hechos no son la fuente de la desestabilización en curso, tampoco la legitimidad de origen del actual gobierno federal. El origen está en la operación política que privilegia la resta sobre la suma. Ya desde la unción de Germán Martínez Cázares como líder nacional del PAN se liquidó la representación de las familias panistas que eran dueñas de ese partido. Hoy, Germán representa a Felipe Calderón y el PAN quedó escriturado a nombre del michoacano. En enero, con los cambios en el gabinete, Calderón cerró el círculo y volvió a restar. El equipo compacto tenía una misión asignada: la reforma energética.

Las decisiones tomadas, a la usanza autoritaria, han sido el mejor regalo que se le ha hecho a un político que se creía en desgracia. Hoy López Obrador ha resucitado y se ha convertido en líder de la posición extrema que permitirá la realización de una reforma energética transparente. Él ha decidido los términos al poner en el centro del debate el tema de la renta petrolera. Con todos los recursos públicos disponibles a su disposición, el presidente Calderón ha sido incapaz de plantear y conducir el debate energético. Lo insultante de su actitud es que ha sustituido la presentación de un proyecto a debate por la emisión machacona de un spot que trivializa la reforma que se busca. Todavía peor es el contentillo de su principal argumento: PEMEX es técnicamente incapaz para aprovechar la riqueza petrolera, como declarar la incompetencia técnica del país en su conjunto y resignarnos al rol de país productor de materias primas. Si realmente México no tiene capacidad técnica para administrar su riqueza es como aceptar la no viabilidad como país. Que lo digan abiertamente y ya se verá si se mantienen el Poder.

No se atreven a exponer con claridad como se reparte al día de hoy la renta petrolera: gobierno federal, estados, contratistas (incluyendo políticos), sindicato. Y como quedaría la renta mentada de abrirse, sin restricciones, la participación del pastel.

Eso sí, al desestabilización del PRD es ya un fallido elemento distractor. El gobierno, antes que la tienda de enfrente, debe rendir cuentas. Que el gobierno no apueste a la desestabilización para conseguir sus propósitos. Lo sucedido en la elección de delegados del D.F. en el Partido Alternativa es un ominoso signo de cómo la deliberación civilizada puede ser anulada por la operación de grupos de choque.

Lo que venga para el país es responsabilidad de Felipe Calderón.
NB. El viernes pasado no circulamos, sirva este lunes de reparación.
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