Francamente indigestible la
comilona informativa, relacionada ésta, con lo sucedido hace 45 años en la
Plaza de la Tres Culturas en Tlatelolco y su ritual marcha conmemorativa de
cada 2 de octubre.
Imágenes grotescas bajo la
etiqueta de “anarquistas”, sin dotar de sentido, como si de un neologismo se
tratara y su significado estuviera por difundirse. Provocadores ¿Quiénes?
Infiltrados ¿De quién? Sin responder a estas preguntas la noticia no se
completa, es puro barullo de imágenes.
Para salir del amarillismo que no
me dice nada (bueno) busco las asociaciones desprendidas de la etiqueta:
Ricardo Flores Magón, anarquista sin el cual no se entendería el carácter social
de la revolución mexicana. Miguel Bakunin, fundador de la Primera Internacional
de Trabajadores. Emma Goldman, defensora de los derechos civiles en los Estados
Unidos. Más allá de los personajes o junto con ellos, sin ignorar que la lista
es larga, se trata de una doctrina decepcionada de la libertad, la igualdad y
la fraternidad promulgada por la revolución francesa. El anarquismo que ve en
el Estado la cancelación de la libertad, en la propiedad privada el origen de
la desigualdad. Bajo estas condiciones la fraternidad es falsedad.
Cómo relacionar las imágenes con
la enciclopedia previa. Entonces falta completar la información. Alguien se ha
detenido a informar sobre estos jóvenes anarquistas que concentran las imágenes
de la conmemoración del 2 de octubre. O no queremos llegar a la verdad.
Conjeturo: son jóvenes a los que la familia, la escuela y el Estado les ha
fallado. Porque estos jóvenes no son los que presume Carlos Slim en el programa
que patrocina: Universus, “verborreicos”
y trajeados.
Personalmente considero que el Estado
es necesario para garantizar la libertad, proveer justicia y mitigar las
desigualdades sociales. Pero cuando el Estado no cumple con esos objetivos,
para mi fundacionales, hay que señalar lo que está fallando en el Estado, de
manera específica en las instituciones gubernamentales (Ya vemos como el mismo
gobierno federal empieza a reconocer las fallas institucionales que aceleraron
el impacto negativo de las tormentas “Ingrid” y Manuel”, falta que llegue a
fondo y con todas las consecuencias del caso).
Por eso no comparto las reformas
que ensanchan la desigualdad. Por eso apoyo las reformas que fortalecen al
Estado para cumplir con los objetivos mencionados arriba, como la Hacendaria. Y
no acepto la inacción en contra de la corrupción y no por casualidad viene
acompañada de la frivolidad (Las Vegas, Dubai, etc.)
Y si de anarquismo y anarquistas
se trata, no sé qué tanto sufrimiento se tenga que acumular, si esto es
necesario. O se trata de un voluntarismo exacerbado al absurdo como se expone
en la novela de Joseph Conrad, EL Agente
Secreto. Lo que sí me incordia son
las imágenes desinformadas que promueven la represión y el autoritarismo.