martes, 18 de julio de 2023

Foxa

La autopista México-Cuernavaca, de a tiro por viaje, ve interrumpida su circulación. En una de esas encendí el radio frecuencia AM. Jugando con el sintonizador repasé dos estaciones del Grupo Fórmula. La noticia comentada era sobre la confrontación entre la senadora Xóchitl Gálvez y el presidente López Obrador. El registro de los comentaristas era bíblico, David contra Goliat. Periodísticamente el propósito de las notas se afincaba en el impresionismo antes que informar. Nada del otro mundo en la órbita de los medios amarillistas.

El fondo es la construcción mediática de una persona metida en la disputa por la presidencia de la república. La senadora Gálvez tiene como su mentor a Vicente Fox. Él le abrió las puertas de la política, de él proviene la manera desgarbada de moverse en la escena política. Será entonces, con el hallazgo de esa experiencia, que la hidalguense está en la intención de sus promotores convertirla en la versión femenina de Fox. Recuerdo cuánta gente se fascinó con ese estilo. No se tomaron en cuenta los negativos del personaje, él fue la persona indicada para atender sin restricciones a la clase dominante. Fox, una historia de éxito electoral a favor de las élites. Por lo mismo, una perspectiva de izquierda democrática tiene que evitar engolosinarse con el escarnio a la senadora, menos si esa izquierda presume formación política.

Fox diputado

El dato no es si la senadora es indígena, si vendió gelatinas en el origen de sus bienes materiales, si desde el servicio público benefició su particular actividad empresarial o si consulta chamanes o videntes como Martha Sahagún y Elba Esther Gordillo. Tampoco importa evaluarla por sus capacidades en el desempeño de la función pública, por su formación académica (en la política real los posgrados no tienen un peso tan importante a excepción de los gobiernos tecnocráticos) o por su experiencia. La derecha está procesando un producto chatarra, como lo fue Fox, en eso hay que fijarse. Por lo pronto, Xóchitl ya está en el radar de las encuestas de Va por México como la opción más deseada. El colmo es que la izquierda le ayuda con el alud de memes dizque para desacreditarla. Todavía más, la izquierda le ayuda con la profecía de Sheinbaum: “es tiempo de mujeres”. Como anillo al dedo.

Xóchitl senadora

Por otra parte, la izquierda en el poder está haciendo lo que antes criticaba: derroche de recursos para realizar reuniones masivas con acarreados. Esto es para los jóvenes, así fueron las campañas de Luis Echeverría y José López Portillo, bardas y cerros incluidos. Ahí está, esos sí lo conocen los jóvenes, el entarimado estilo Peña Nieto. Bueno, del IEPES del PRI ahora se tiene una versión con el Instituto de Formación Política de MORENA. La pésima conducción del proceso de selección por parte de la élite morenista puede corregirse si se allana el camino para el debate. No sólo se trata de ganar la presidencia, también la mayoría constitucional en el Congreso, esa que desahogue las reformas que detienen la transformación en la aduana del Poder Judicial.

Volvamos a Vicente Fox, hizo del combate a la corrupción una bandera electoral. De seguro se acuerdan de las tepocatas y víboras prietas. Bandera hecha girones por la instalación de la robadera institucionalizada durante su gobierno. Es público, por las denuncias de la actual administración, como hasta la gente de ciencia estaba metida en el ajo de la corrupción. La estafa científica se facilitó con la creación del engendró de asociación civil llamado Foro Científico y Tecnológico, que no sé si fue cancelado con la reforma al Conacyt. Lo que sí sé es que los fideicomisos a disposición de ese Foro fueron cancelados. Fideicomisos que fueron defendidos por Xóchitl Gálvez.

Queda claro a quién sirve la promoción de la senadora. Es un perfil que en automático descalifica a Creel, De la Madrid, Paredes y Téllez.

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