martes, 10 de marzo de 2020

Bellas triunfantes


Fotografía publicada en la cuenta de twitter MeTooUdeG

El feminismo como corriente de la lucha de la humanidad por la igualdad, comienza sus registros en ascenso desde el siglo XIX. Coincidencia o confluencia, el movimiento feminista está ligado a la lucha de los trabajadores. Tiene tres reivindicaciones iniciales: derechos cívicos (voto de la mujer), derechos laborales (a trabajo igual salario igual) y derechos sociales (acceso a la educación y a la salud públicas).

La conquista de derechos por completar y ejercer suele ser detenida o diferida, en los hechos, por la sociedad machista que impone la subordinación irrestricta de la mujer al hombre. En consecuencia, el movimiento feminista, dentro de las sociedades mencionadas, también demanda el derecho de la mujer sobre el dominio y control de su persona. Aquí se rebela contra la violencia institucionalizada (tolerada) que se instruye en la familia, la escuela, centro de trabajo e iglesia. El acoso, el manoseo, la explotación, la violación y la violencia letal, el feminicidio son actos que producen enojo profundo y a la exigencia de justicia.

Sociológicamente, el machismo se naturaliza y hasta se le hace pasar por “respetable”, digno de imitar, de ennoblecimiento, en espacios o roles generalmente vedados para la mujer. Por ejemplo, cuántas mujeres han dirigido las cúpulas empresariales. Den el nombre de una mujer que  haya dirigido la Coparmex. Es una rareza el que una mujer destaque como lideresa de un emporio empresarial, el caso de María Asunción Aramburuzabala en el Grupo Modelo es extraordinario.

Por eso la importancia de la multitudinaria marcha del domingo 8 de marzo, no sólo por lo que defiende en sí, sino que refuerza el derecho a la manifestación que otros han querido criminalizar, medios y celebridades frente a las protestas de los profesores, por ejemplo. El paro nacional del día 9, independientemente de su extensión, redunda en la legitimidad de ese acto colectivo. Recordemos que actualmente varias escuelas y facultades de la UNAM se encuentran en paro indefinido. Las dos convocatorias feministas son éxitos consecutivos en su realización, en espera de labrar su trascendencia si logra desarticular la sociedad machista.

El vigor del movimiento se hizo atractivo, al grado que la derecha, medios e intelectuales afines, hicieron el ejercicio fallido de yuxtaponer (poner algo junto a otra cosa) a las demandas del movimiento, la demanda de las oposiciones partidistas contrarias al actual gobernante. Al final de sendas jornadas, ha resultado más fuerte en sus causas el movimiento, sin darle el juego retórico al oxímoron derecha feminista, pues quedó evidenciado que la lucha feminista es auténtica y no se presta como moneda de cambio al servicio de los políticos.

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