miércoles, 7 de junio de 2023

El trasvase

Las elecciones de Coahuila y el Estado de México, del pasado domingo 4 de junio, constataron una tendencia del voto ciudadano iniciada en el 2018. El trasvase de las preferencias antes asignadas al PRD y su captación por MORENA. Más cuantioso se hace el trasvase de votos antes del PRI hacia MORENA. Los tres partidos mencionados, en sus orígenes, se reconocen como corriente del caudaloso río de la Revolución Mexicana. MORENA se ha dedicado a devolver a su cauce a esa corriente histórica.

La RM había cumplido un ciclo con la llegada del civilismo (1946) en el serial de presidentes no militares iniciado por Miguel Alemán, el cual continúa hasta nuestros días. La Revolución se había bajado del caballo, decían. Siguió su curso en el nuevo ciclo, el de las corporaciones gremiales de campesinos y obreros, la base civil del partido hegemónico que surtía las candidaturas para acceder a los Congresos, a las gubernaturas y presidencias municipales. Cuando el PRI, a través de su jefe máximo -el presidente en turno- decidió reducir la corriente de la Revolución por considerarla incosteable, adoptó nuevos criterios para reclutar personal destinado a los más altos cargos del país: el dominio del cálculo actuarial y del inglés, junto a la acreditación de posgrados. Exclusión automática de la clase política tradicional. La era tecnocrática iniciada en 1982 con Miguel De la Madrid se dio en el contexto brutal del reaganismo.

Como respuesta a ese viraje no consensado, en 1987 se dio la fractura del PRI que hizo explotar el proceso sucesorio en el año siguiente. Para 1989 se dio la fundación del PRD, en la orientación de revitalizar la corriente histórica de la Revolución desde ese instituto político. Para los tecnócratas, con Salinas a la cabeza, adquirió un valor estratégico la convergencia programática con el PAN, a pesar de la frágil viabilidad del ensayo bipartidista, el cual duró hasta el 2018. Ese año MORENA se hizo cargo de reencauzar la Revolución. Aunque nada es para siempre, el alcance del partido guinda ha sido borrar al PRD y debilitar al PRI “neoliberal”. Así se entiende el trasvase observado, que posiblemente continúe hasta el 2024.


Comparsa

Otra constatación del pasado domingo fue la actuación del PAN, pues abandonando su larga trayectoria como partido opositor, se asimiló como comparsa del PRI. El PAN tiene un serio problema de relevo generacional, ni Ricardo Anaya ni Marko Cortés, han levantado a su partido. Tampoco han dirigido al blanquiazul desde sus identidades conservadoras que forman su tradición. Se adhirieron al conservadurismo económico de los tecnócratas. Aliados con el PRI se hicieron fuertes, debilitado el PRI se debilitó el PAN. Sin educar a su base social no tiene forma de mostrar músculo y son asociaciones civiles las que se han aprovechado de esta debilidad. La política de ese partido, cuando tuvo la presidencia de la república, se limitó a moverse en circuitos muy elitistas y a estimular la prensa venal.

Tercera constatación dominical. La tripulación empresarial de Va por México no da resultados esperados. Claudio X. G. G. capitán de esa alianza conformada por el PAN, el PRI y el PRD, tendrá que rendir cuentas a sus patrocinadores. Pronto se sabrá si los magnates opositores a MORENA persisten en su empeño político o prefieren la estabilidad de los equilibrios macroeconómicos alcanzados por un gobierno de izquierda. Si la ideología pesa más que el realismo.

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