El domingo primero de julio próximo, los
ciudadanos sin partido que decidan votar extenderán un voto razonado. Evaluarán
pros y contras, llegarán a una conclusión y ¡Zás! Eso sí, cada uno atenderá su
propio razonamiento pues no hay modelo a seguir. Incluso quien vote a cambio de
un plástico o de una dádiva estará dándole un razonamiento a su voto. No hay
una razón única, quien lo sostenga está engañando con propósitos de inducción,
como lo hacen algunos empresarios disfrazados de sociedad civil. Los “cúpulos”,
por ellos mismos o sus amanuenses, palomean y tachan, sugieren como portavoces
de un poder fáctico más que de la sociedad civil.
Como seres sensibles, es muy
difícil que el ciudadano separe la razón y la emoción. Votar emocionadamente es
inevitable. De lo que sí se tiene que estar advertido y evitarlo es de votar
con la emoción perturbada por el miedo. Si se entrega el voto por miedo se
mantiene abierta la ventana de la mediocridad en la que se ha abismado al país
en las últimas décadas, es el caso del crecimiento económico, por poner un
ejemplo.
En El gran pánico de 1789, el historiador Georges Lefebvre (1874-1959)
diserta sobre las causas y la propagación del miedo, a través noticias falsas,
durante la revolución francesa y su incidencia sobre los campesinos. El
deterioro económico y la inseguridad fueron las causas del gran pánico. De boca
en boca los rumores se esparcían. La prensa no era el mejor medio en un país,
en ese entonces, de analfabetas.
Sin estirar la comparación, pues
no resistiría hacerlo, en México no hay crisis económica, sí se tiene la
frustración del crecimiento que está lejos del cinco por ciento prometido para
reducir las desigualdades. En cambio, la inseguridad si es una condición
actuante y lacerante. En cuanto a la propagación del miedo, se tiene recursos
tecnológicos y hay manera de identificar a los que lo propagan. Ayer lunes 16
de abril, Carlos Slim, el magnate de magnates en México, convocó a una
conferencia de prensa y, premeditado o no, se hizo promotor del miedo a López
Obrador, respecto a la discusión que ha abierto AMLO sobre el nuevo aeropuerto
de la Ciudad de México. José Antonio Meade, de manera explícita, promueve el miedo
en sus spots. Margarita Zavala, a través de Felipe Calderón también promueve el
mismo miedo. Hablan de un México chingón, proclaman su pasión por el país, al
tiempo que inoculan el miedo en la ciudadanía, instruyen un país de miedosos.
Si vas a votar hazlo con tus
razones y tus emociones, pero no con miedo.