Dicen que el domingo 17 de enero
hubo elección para elegir gobernador en Colima. Eso dicen. Lo que los medios
dejaron ver es la irrelevancia del evento electoral, como si se tratara de algo
inevitable y pasajero, pero no deseado. Al final de la jornada la vida continúa.
Será signo de que los comicios regresan al hoyo que siempre han tenido bajo el
autoritarismo. Tantas reformas para regresar al pasado, a una democracia
simulada, con un sistema de partidos que aceleradamente pierde credibilidad.
Una democracia electoral parecida al reino de los ciegos, donde el tuerto es
rey. El Tuxpeño, Jesús Reyes Heroles, no vivió para presenciar el derrumbe de
su legado.
Las glorias que son contadas en
estos días tienen que ver con la cacería de un delincuente llamado Joaquín
Guzmán Loera. Un delincuente taquillero, sigue en las marquesinas de la prensa
no importando que una nueva estrella en el firmamento delictivo ha hecho su
aparición: Humberto Moreira. Dos casos, la misma descomposición.
De nuevo en la cárcel, “El
Chapo”, con proceso de juicio en su contra, juicio que reclama pruebas sólidas
y bien blindadas, pues audios y video de por medio -difundidos
irresponsablemente por quienes los tienen a su resguardo- serán materia para
alegar el debido proceso por parte del inculpado*.
Lo de Moreira es otro caso, en su
biografía cuenta el haber sido gobernador de Coahuila y presidente del PRI. Elementos
de un perfil le había servido para librar la acción de la justicia mexicana por
falta de pruebas respecto al uso indebido de los recursos públicos o por ser
parte del banquete de complicidades. Este personaje no trafica drogas, nada más
ha sido señalado de birlar miles de millones al erario de su entidad. Por la
tozudez de la justicia norteamericana, que lo ha mantenido en la mira (dos
colaboradores del ex gobernador se encuentran arrestados en Texas) y con el
auxilio de la autoridad española, Moreira fue detenido el viernes 15 del mes en
curso en el aeropuerto de Barajas. Si hay pruebas en contra de él, que sean
reservadas para el debido proceso.
El caso de Moreira da para
entretener a los criptólogos del gobierno, supongo que están trabajando duro en
ello y así encontrar el mensaje oculto elaborado por la colaboración o complicidad
entre Estados Unidos y España. Mensaje que tiene un destinatario: el gobierno
de México, el presidente Peña Nieto.
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*Sin mirar al corto plazo, el
gobierno tiene en sus manos recuperar la credibilidad perdida: atender la
solicitud de la sociedad, expresada en diversos medios, que le pide al gobierno
ir más allá de la captura de la cabeza de tal o cual delincuente, le exige
capturar redes delictivas que se extienden sobre el andamiaje jurídico y dentro
de las estructuras del comercio, las finanzas y de los gobiernos. Me temo que
no es el camino elegido por la actual administración, se insiste en los
montajes a lo Lozano Gracia, García Luna, ejemplos de una imitación de series
C.S.I. pero Región 4. Una actriz y una diputada dentro de la red de Guzmán
Loera es una vacilada con aroma a misoginia.