Si algo se esperaba de la
encuesta de MORENA con miras a la sucesión presidencial, eso era la unanimidad.
Bajo esa expectativa, la encuesta cocinada fracasó. Un dato incontrovertible es
el desacuerdo, en el cual cooperó la dirigencia del partido oficial y las
distintas autoridades que le metieron mano al proceso. Ese desacuerdo se
escritura en la impugnación de Marcelo Ebrard ante instancia partidista, aun
sin respuesta formal, poniendo de relieve la esquiva unanimidad. Creo que no se
calculó esa posibilidad o le dieron nulas probabilidades. En consecuencia, el
litigio cobra forma en dos giras proselitistas. La de quien busca legitimarse y
la de quien busca hacer valer sus derechos conculcados por la inequidad y la
trampa.
Esta situación debería quedar reconocida
por el movimiento, no limitarse al griterío de neo chayoteros y neo intelectuales
orgánicos. Lo que se pretendió como defensa del proyecto de nación, de cierta
ideología, se desvió a la disputa por la marca 4T. Más mercadológico no podía
estar. Como el César, el presidente López Obrador hizo ostensible su
favoritismo (En otra ocasión me he referido al cesarismo de don Andrés Manuel https://tonalpohualli-rodmigster.blogspot.com/2022/12/ave-cesar.html
). La mañosa entrega del bastón de mando. Mañosa en doble sentido. Una porque
no requirió de participación indígena, fue una usurpación de los usos y
costumbres de los pueblos originarios; la otra maña fue simbolizar una ficticia
entrega de mando de una etérea 4T que no tiene expresión legal o de
obligatoriedad. Dicho metafóricamente, López Obrador atascó a sus seguidores
con rebanadas de aire. La entrega del mando -del poder- verificará el próximo
primero de septiembre a quien gane las elecciones presidenciales del 2024.
El efecto es una gran confusión
en forma de interrogante ¿Quién manda aquí, el de Tepetitán o la Doctora? Esa
manga ancha de un presidente interviniente en una selección de la cual proclamó
su no intervención ¿Confunde o aclara? Esa manera expuesta de darle la vuelta
al dedazo para consumarlo.
Nos recuerda las formas de los
césares para resolver la sucesión ante la inexistencia de un hijo consanguíneo
heredero. Anthony Birley pone el ejemplo de Adriano, su recurrencia a la adopción
de hijos, de nietos, para señalar al sucesor. El dedazo imperial. Primero
adoptó a Cómodo y la muerte le alcanzó al designado antes de suceder al César.
Después adoptó a Antonino, quien sí se convirtió en emperador. A éste le
sucedería el nieto adoptivo de Adriano, Marco Aurelio. La decisión unipersonal
del gobernante tomaba en cuenta el origen familiar, la formación y la carrera
de cargos públicos acumulada para proceder a la adopción. El pueblo y el
derecho formaban parte de la decoración.
Tiene motivos Claudia Sheinbaum
para estar enojada, pero no con Ebrard, sino con AMLO. En privado es dable que
reclame: en eso no quedamos señor presidente. De lo que no se puede quejar es
del apoyo de gobernadores, de titulares de algunas secretarías, conforme a un
cronograma de dos años que la lanzaría como figura nacional, más allá de las fronteras de la
CDMX. Eso le hacía falta porque como jefa de gobierno sus acciones no tenían
relevancia o incidencia para un reconocimiento nacional. ¿Quién compró las
vacunas? ¿Quién negoció el T-MEC?