“Han
amasado su riqueza con medios injustos…
No
cuidan de los bienes sagrados y comunes, /sino que roban y saquean cuanto
encuentran, /”
Solón
de Atenas
El
periodismo venal -ahora le dicen mercenario- no es novedad. Puede proceder del
propio periodista cuando hace de su oficio un mecanismo de extorsión. Años
atrás, se daba en conexión de un servidor público o de una fuente
gubernamental. A solicitud, el medio o el periodista jalaba del gatillo para
liquidar reputaciones. En las últimas décadas, los medios corporativos aliados
del poder económico alientan el periodismo gatillero. Con mayor razón ahora que
ven cancelados privilegios concedidos. Cómo de que me cobras impuestos, cómo de
que no me contratas, cómo de que limitas las concesiones. Todos aquellos
episodios concebidos para favorecer la actividad extractiva sobre los bienes
públicos, haciendo de la producción y el consumo algo secundario. El
extractivismo ha sido de grandes empresas, también de gremios o sindicatos y,
por supuesto, de altos funcionarios y de políticos. De éstos últimos, con qué
facilidad combinan lo público con lo privado para amasar riquezas.
Se
tiene un conglomerado elitista que se muestra enchiquerado por su infodemia y
sus prejuicios (clasistas, racistas) Se trata de aristoi incompatible
con la democracia, opuesta a demos por definición. Este es el marco
comprensivo, que no por antiguo desechable, en el que se desenvuelve la
escandalera mediática de todos los días. Pero es el marco que desprecia la
oposición moralmente derrotada pues le queda grande la palabra democracia,
reacia a utilizar la palabra pueblo prefiere sustituirla por un ismo. Este es
el núcleo de la actual conversación, discusión o disputa política.
Entonces,
si desde su posición valorativa no pueden ser demócratas y les da asco convocar
al pueblo pues se consideran los mejores, a las élites de México todo les
resulta irracional, entiéndase como no deseado, desagradable. De ahí al
vaticinio onanista -y no son chairos- esto ya se acabó, el presidente López
Obrador dio por terminado su sexenio.
Por
eso el gusto por los temas incidentales o de coyuntura. Así como dijeron que AMLO
no sabría manejar la relación con Donald Trump. Así también suplicaron a Joe Biden,
por favor controla al presidente de México. Por mencionar las discusiones más
desafortunadas de la oposición, ello por sólo documentar sus fobias e
intereses. En relación con la pandemia han hecho el oso mayúsculo y sin
considerar el alto riesgo al que expusieron a la población con sus mentiras. Lo
mismo están haciendo ahora con la reforma eléctrica. Parece que el ridículo les
llama, así lo ejemplifica la etiqueta #TodosSomosLoret. Qué no saben como
surgió Latinus y para qué sirve. Periodismo venal al servicio de
políticos en desgracia y de asociaciones civiles proempresariales.