jueves, 7 de mayo de 2015

Elipsis*

“La crítica justa al Sistema no consiste (tal y como nos complacemos casi siempre) en cogerlo en falta o en interpretarlo insuficientemente…sino en tornarlo invencible, no criticable o, como suele decirse, ineludible”.
Blanchot

El discurso de las fuerzas armadas, más allá de las obligadas referencias de la efeméride que lo convoca, para mí siempre han tenido una construcción elíptica: te lo digo Juan para que lo entiendas Pedro. El pasado 5 de mayo no fue la excepción, la Batalla de Puebla de 153 años atrás y el fraseo ceremonial exaltando a la nación, la soberanía y al pueblo (Los dos últimos conceptos se dificultan en estos tiempos en los que se apela a los inversionistas antes que al pueblo, se encomia la globalización por sobre la soberanía) En esta ocasión, el discurso del General Cienfuegos Zepeda estuvo determinado por la agresión delincuencial sufrida por miembros de las fuerzas armadas apenas el pasado primero de mayo recién, en el estado de Jalisco. Lugar y ocasión para expresarse doloridamente por el orgullo herido.

“Hoy, nuestro país vive nuevamente, se ve acosado por circunstancias que no merece”. Circunstancias que no se dan por generación espontánea, más bien son propiciadas por una serie de causalidades, pero no de casualidades. Circunstancias en las que el ejército cumple órdenes al grado de situarlo, a veces, al filo de la ley. La policía, las policías, están en otro organigrama y en su propia responsabilidad, estar al frente del combate a la delincuencia.

La circunstancia de ahora brindan a la delincuencia una asignación actancial, un protagonismo que se ha venido moldeando desde mediados de los ochentas. Por ello el secretario Cienfuegos los señaló como “Apátridas”, “cáncer”, “cobardes criminales”, “desadaptados” sin mencionarlos por nombre, apellido o apodo.

Las circunstancias de ahora que permiten “se mezclen entre nosotros” y por ello se pide denunciarlos “a ellos y a los que los apoyan”. Exige, en paralelo, abatir la corrupción, derrotar a la impunidad.

Cierto es que la violencia criminal ha adquirido una dimensión desproporcionada y raramente observada en el pasado inmediato. Es sabido, durante décadas del México posrevolucionario, sistémicamente –no constitucionalmente- el crimen organizado basado en el narcotráfico se encontraba bajo el control del ejército y la violencia era evitable. Fue precisamente gracias a la presión norteamericana y de sus agentes de la DEA que el crimen organizado adquirió visibilidad nacional desde los 80’. El ex convicto Rafael Caro Quintero es ícono de esta afirmación. En el momento en el que los Estados Unidos decidieron manipular la agenda sobre el tema el crimen organizado se expandió y adoptó expresiones explosivas. Pero lo peor vendría cuando en los 90’ Bill Clinton decidió sellar el espacio aéreo y las costas norteamericanas para “evitar” el paso ilegal de estupefacientes y descuidó los tres mil kilómetro de frontera con México. Con ello, los consumidores norteamericanos aseguraron su abasto, al tiempo que los grupos criminales en México tuvieron una frontera a modo, abastecedora de armamento prohibido o de uso exclusivo de las fuerzas armadas. No contentos le dieron proyección global a Joaquín Guzmán Loera a través de la revista Forbes.


Para completar el desastre, la alternancia en el año dos mil dio forma a la conjura de los gobernadores cuando decidieron darse una organización civil, la conferencia nacional de gobernadores CONAGO ¿CONARCO? Pronto los ediles emularon a los gobernadores en una variedad de asociaciones. Desde entonces, bajo presión o por conveniencia, esas estructuras, sus cuerpos policíacos se convirtieron en socios del crimen organizado. Y lo que sabe el ejército de las estructuras federales, pero cumple órdenes de apagar el fuego aunque se inmole.
________________________________________________
*Elipsis: “Figura* de construcción que se produce al omitir expresiones que la gramática* y la lógica exigen pero de las que es posible prescindir para captar el sentido*. Éste se sobreentiende a partir del contexto”. BERISTAIN, HELENA. Diccionario de Retórica y Poética. Editorial Porrúa, 1985. P. 162.

domingo, 3 de mayo de 2015

Presidente fuerte


Rumbo a las elecciones intermedias del 7 de junio de 2015, Enrique Peña Nieto llega como un presidente fuerte, así lo parece. Tiene a las tres principales fuerzas políticas comiendo de su mano. Ha conseguido las reformas “estructurales” que no consiguieron tres de sus antecesores, también ha recentralizado los sistemas educativo y electoral. Para completar, el sistema nacional anticorrupción deja intacto el fuero presidencial, entre otros.

Esto no quiere decir todo ha salido a pedir de boca. Tlatlaya, Ayotzinapa y Apatzingán son el rostro de una presidencia fuerte en el sentido autoritario, en el perfil de tiempos sangrientos que se creían superados.

La investigación periodística sobre la casa blanca, comprada por Angélica Rivera a la constructora favorita de Peña Nieto. Investigación que puso al Presidente bajo el señalamiento de corrupto y que ahora está en cauce de ser limpiada por el secretario de la función pública. De casa blanca, Carmen Aristegui y sus colaboradores esperaban un efecto demoledor, como el de Watergate que llevó a juicio político al presidente Richard Nixón, hasta finalmente quitarlo de la presidencia norteamericana. Pero lo que no vio Aristegui y su equipo es la protección que se le da en México al presidente –cualquiera. Aquí no estamos para realizar hazañas emuladores (y envidiadas) como la de los periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward. El reportaje de la casa blanca pronto fue golpeado al surgir la especie verosímil sobre la garganta profunda de la investigación a la mexicana (Salvador García Soto): Marcelo Ebrard. De octubre pasado a la fecha han corrido seis meses, Peña Nieto aseguró su impunidad, mientras Carmen Aristegui fue sacada de su espacio radiofónico por su ex patrón, al tiempo que Ebrard fue posteriormente despojado de su candidatura plurinominal a diputado por parte del tribunal electoral.



Se podrá decir ahora, la fuerza real del Presidente está aprueba frente al crimen organizado, los espectaculares actos incendiarios del crimen organizado en Tamaulipas lo deja ver. Para el secretario de gobernación, entrevistado por El Universal –con la seguridad, la pose y un corte de sastre muy digno de Daniel Craig- la delincuencia organizada es una actividad a la baja. La cosa nostra está bajo control. Lo mismo fue a decir en Reynosa, Tamaulipas. Osorio Chong aseguró que el tema dejará de ser la principal preocupación de los mexicanos. Que así sea.

Pero en Jalisco el crimen organizado vino a contradecir los dichos del secretario. Primero de mayo, día de narcobloqueos, incendio de sucursales bancarias y de gasolineras en varios municipios de ése estado, actividad criminal que se extendió hacia estados limítrofes. No se trata de una insurrección, de una rebelión, de una sublevación o alzamiento, no lo es mientras no haya proclama o bandera explícita. Son actos espectaculares que se han cuidado de no generar bajas civiles y con el tino de victimar a miembros de las fuerzas del Estado. Si juegan así seguro serán aplastados. El crimen organizado no es suicida, podrá ser sanguinario pero prefiere llegar a arreglos con la autoridad que se deje y en Jalisco parece que se ha dejado mucho. La situación en esa parte del territorio deja muchas incógnitas, las suficientes para recrear un escenario a modo de una presidencia fuerte y una atmósfera de miedo en plena campaña electoral.

Entre tanto Peña Nieto, promotor de las inversiones y líder de la economía de mercado, se despacha medidas populistas con el reparto millonario de televisores digitales a familias que carecen de ellos y de “tablets” para estudiantes de primaria. Bajo las actuales circunstancias, el Presidente está confiado en un resultado electoral que indirectamente le dé más poder, sabe que la baja calidad de la ciudadanía le permite eso y más. Así será en tanto no se conforme una masa ciudadana capaz de reducir o someter el proceder autoritario de la presidencia, mientras no se tenga una oposición real, seguiremos hacia la reconfiguración de la democracia electoral como medio del autoritarismo.

Valga pues una nota final, ilustrativa de que no hay nada nuevo bajo el sol. Existió un dramaturgo y director de teatro –Bertolt Brecht- que forjó una obra de denuncia al capitalismo salvaje, al fascismo y al stalinismo. Dramaturgia terriblemente actual acerca de un teatro dialéctico montado sobre la triada moral, justicia, absurdo. En una de sus piezas llamadas didácticas, los actores anuncian de inicio a los espectadores lo siguiente:

“Vamos a contaros
La historia de un viaje. Lo emprenden
Un explotador y dos explotados.
Observad con atención el comportamiento de esa gente:
Encontradlo extraño, aunque no desconocido
Inexplicable, aunque corriente
Incomprensible, aunque sea la regla.
Hasta el acto más nimio, aparentemente sencillo
¡Observadlo con desconfianza! Investigad si es necesario
¡Especialmente lo habitual!
Os lo pedimos expresamente, ¡no encontréis
Natural lo que ocurre siempre!
Que nada se llame natural
En esta época de confusión sangrienta
De desorden ordenado, de planificado capricho
Y de Humanidad deshumanizada, para que nada pueda
Considerarse inmutable”



Powered By Blogger