Todos los días la provocación aparece en México para socavar -eso pretenden- un gobierno legítimamente constituido. Las noticias falsas, los insultos, el odio son divisas de la derecha fascista (Acción Nacional, Movimiento Ciudadano) pertrechada desde algunas sedes del poder. Además, tienen a su servicio la cobertura de medios de comunicación tradicionales y segmentos robotizados de las redes sociales dispuestos para armar la provocación del día.
Hay mucho enojo de la derecha
fascista. Eso es así porque sus políticos ya no pueden robar a manos llenas
como lo hacían antes, sus empresarios selectos ya no encuentran a modo las
arcas públicas para succionarlas. En consecuencia, ya no salpican igual a
periodistas, despachos, asociaciones civiles, académicos. Ya no es como antes.
Inoculan su enojo y lo hacen viral a una clase media previamente intoxicada por
el placebo del glamur, lo exclusivo, de ilusas ansías de clase y raza.
A esta envestida fascista ha sido
invitado el Parlamento Europeo que, dicho sea de paso, tiene integrantes de
estirpe nazi. Quienes hicieron la invitación fueron los eurodiputados españoles
de derecha. Quien les dio la orden fueron las empresas españolas de la
industria energética.
El Parlamento Europeo tiene que
confirmar públicamente su calidad de mensajero de grupos empresariales o
disculparse de sus resoluciones envenenadas hacia México. En caso de presumir
buena fe, están obligados a informarse para que se les acomode la sesera y
atiendan resoluciones concernientes a su territorialidad. Por su descuido, en
parte, la Gran Bretaña se separó de la Unión Europea. Aún así, quieren
representar sin fundamento el gobierno del Mundo, cuando no aciertan con las
resoluciones efectivas a contener la invasión rusa sobre Ucrania. Eurodiputados
que no atienden con firmeza el reclamo de los consumidores españoles por las
constantes alzas al consumo de energía. Eurodiputados incapaces de plantearse
la soberanía energética del territorio que dicen representar. Eso sí,
envalentonados toman una sarta de resoluciones desde su ignorancia y desprecio
por México.
Se les olvida a los eurodiputados
la condena del gobierno mexicano, socialmente consciente, a la invasión alemana
sobre Austria antes de siquiera iniciar la segunda guerra Mundial, como condena
hoy la invasión a Ucrania. Ese México que acogió en su regazo a familias
europeas que huían del fascismo.
Sepan eurodiputados que los
mexicanos queremos recobrar nuestra soberanía energética para así evitar los
abusos en el cobro a consumidores y el subsidio a grandes empresas. De eso nada
les dice la derecha mexicana. Esa derecha que se opone a la reforma eléctrica
en proceso de deliberación en el Poder Legislativo.
Sepan legisladores del PAN, MC,
PRI y PRD, la ciudadanía estará al pendiente de su proceder a la hora de votar
la reforma eléctrica.