viernes, 27 de septiembre de 2013

Sacar la pata


El Secretario de Gobernación salió en defensa de la dependencia a su cargo por las observaciones publicadas respecto a sus subordinados en su desempeño u omisión ante la emergencia meteorológica. Migue Osorio Chong afirmó que con toda oportunidad dio aviso de alerta respecto a las tormentas tropicales (Ingrid y Manuel) las cuales hicieron estragos en varios estados de la república en días pasados. El funcionario exigió a los gobernadores dar la cara. Punto y bueno.

Osorio Chong dio información exculpatoria de cómo se construyeron las alertas. Desde el tramo técnico proporcionado por la CONAGUA, quien dispuso la información sustento de las alertas, hasta las instrucciones giradas (boletines) para emplazar las precauciones de protección civil en los estados y municipios involucrados.

El Secretario sabe que no es un burócrata más. Sus responsabilidades le dan para albergar pretensiones de estadista. Bajo esta consideración, Osorio Chong es del entendimiento de que no se trataba solamente de procedimientos técnico-administrativos, dejar que los oficios siguieran su curso nada más. Menos ante la emergencia que se avistaba. Se tenía que empujar los procedimientos a través de la operación política, pero se confió en los gobernadores. En mala hora, sobre todo por lo que se refiere al estado de Guerrero.

Hizo falta poner a disposición un emisario de alto nivel para reforzar los boletines, para ponerle pies y celeridad, pese al riesgo de que los gobernadores se enfadaran, celosos ellos de su soberanía. Pero no menos importante frente a la magnitud de la emergencia. Es sabido cómo se las gasta el gobernador de Guerrero para parrandear, no es un ente modélico de responsabilidad pública. Si el emisario era rechazado, Gobernación tendría una razonable disculpa. Lo que no se entiende es por qué no se echó mano de recursos, se pudieron elaborar persistentes mensajes para radio y televisión de aviso a la población en red nacional. No se hizo y la emergencia lo ameritaba. No bastaba con disponer la información en la red, como lo procedió la CONAGUA.

El otro asunto, el escándalo evitable, le corresponde al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila. No voy a reproducir aquí lo que ya ha circulado entorno al “pugilato” que armó Laura Bozzo en contra de Carmen Aristegui. Sí retomaré la desacertada actuación del gobernador, expuesta en las explicaciones de sus subordinados que de seguro no convencieron ni a él mismo.

El gobierno de Edomex se defiende de la acusación que se le hace de estar al servicio de la empresa Televisa. En descargo, el gobierno en cuestión afirma que por igual se atienden las solicitudes de apoyo (traslado) de todos los medios de comunicación para llevar a cabo su labor de información. Mal haría de no hacerlo. Lo que no se justifica es el por qué y para qué a representantes de un medio se les proporciona uniforme de una agencia del gobierno y a los demás medios no. Porqué disfrazarlos de lo que no son. Hasta donde está claro los periodistas van a lo suyo, reportear sucesos de interés. Lo que no se aclaró y debería hacerse –sería una aportación para los del oficio- es si el reality show ya es considerado un género periodístico. Todavía más. Si los periodistas fueron a documentar sus reportes la conductora de Televisa no iba en ese plan, iba de “rescatista”, iba a “ofrecer ayuda humanitaria” (Cuando su empresa y quienes la patrocinan tienen los recursos suficientes como para no solicitar la ayuda gubernamental) No cree señor gobernador, en tratándose de una actividad y riesgosa, como es la del rescate en apoyo a damnificados tiene que estar estrictamente desmarcada de la realización de un reality show -lo cual es sinónimo de frivolidad- o piensa ser émulo de Genaro Luna productions.

Por favor Don Eruviel, no ofenda la inteligencia del respetable.

martes, 24 de septiembre de 2013

País de la decepción


Hace décadas, la publicidad gubernamental consignaba: todo lo bueno proviene de PEMEX. En la actualidad se encuentra en su nadir. PEMEX sin horizonte así como está. Dentro del foro abierto por el Senado para allegar información a los legisladores sobre la reforma energética, en su primer día de ejercicio se coincidió: La desinversión y la falta de tecnología que padece la paraestatal es resultado del marco jurídico aún vigente. Obvio, sino cual interés por reformar. De esto y la catástrofe energética hablaron distinguidos consultores desde su respectiva asociación civil u lo que sea, en pro de realizar la reforma energética, de manera específica la apertura del sector, entre más mejor. Cifras, comparaciones, metáforas. Con ganas de espantar, ya porque se nos va el tren o nos lleva.

Por qué no se da la inversión pública con suficiencia, pues en parte, porque se dan desproporcionados incentivos fiscales a los que más tienen, las grandes empresas en primer lugar. Se mantienen subsidios a los bancos a través del IPAB. Que se amuele PEMEX, cuando ayer se le consideraba el impulso de la industrialización ahora se le califica como responsable de la desindustrialización. Acaso la disposición actual del crédito privado no influye también en la desindustrialización. Ah, de eso mejor no hablar.

Que no se produce la tecnología para las nuevas plataformas de explotación. En dónde están las instituciones de investigación pública y privada capaces de proveer la tecnología, que hace el CONACYT y el SNI. Fracaso de la UNAM, del IPN, del Tec de Monterrey, del ITAM, por no mencionar a los institutos del sector energético ¿Acudirán al foro a defenderse? Ahora bien, la generación de tecnología en general también es un asunto de las empresas llamadas de punta. Muchas, cierto, la incorporan de su casa matriz que está fuera de México. Cómo estamos en ese rubro, cuantas empresas mexicanas se han vuelto dominantes o competitivas por las patentes registradas que validan su aportación tecnológica. Pero eso ni mencionarlo.

Se quiere reformar y no se tiene la propuesta del marco regulatorio. Un salto al vacío, retahíla de promesas copiadas de la propuesta del gobierno anterior. La corrupción o la falta de capacidad de los altos funcionarios no es parte del debate con la importancia que merece.

Esto último es muy grave y debería ser la avanzada del actual proceso reformador. Funcionarios honestos y aparato público en la consecución de resultados y objetivos. Pero fíjense que no, que siempre no, lo del gobierno eficaz se sustituyó por un gobierno reformador. Una variante de presidente del empleo que en cuestión de días se transmutó en el presidente “Eliott Ness”.

Se impone el prurito de yo no vengo a administrar. Si de eso pedimos los ciudadanos de los gobernantes, para que al final de la gestión se le reconozca por su administración, por su gobierno eficaz y al servicio de todos. Los presidentes de México y el síndrome de Benito Juárez.

Lo importante qué es una buena administración, sobre todo cuando ocurren emergencias como las generadas por los desastres naturales. En esos momentos son pocos los colaboradores reales y brillan los que ostentan su calidad de meros acompañantes. Con el azote de los fenómenos meteorológicos, Ingrid y Manuel, se mostraron las insuficiencias de David Korenfeld (CONAGUA), Luis Felipe Puente Espinosa (Coordinador federal de Protección Civil), de José María Tapia Franco (FONDEN). También de los titulares de SEDATU y SEMARNAT, responsables de la gestión del territorio, se hicieron chiquitos. Todos ellos evidencian el total desfase entre la preparación y los cargos conferidos. Lo de siempre, cuates y cuotas.

Si no hay cambio positivo en la operación del gobierno, de sus aparatos e instrumentos, las reformas sí que serán un gran desperdicio de energía.

 
Powered By Blogger