viernes, 31 de enero de 2014

Fidel Castro - Peña Nieto. Diálogo imaginado


Si en algún momento se muestra la miseria (la escasez) del periodismo, es en las reuniones privadas de los jefes de estado. Nunca estaremos enterados de los términos y los dichos de estas conversaciones en la cumbre. Sólo situaciones excepcionales, como cuando Vicente Fox quiso burlarse y humilló a Fidel Castro. Burlador burlado que carga con la impronta del “comes y te vas”.

Eso no volverá ocurrir en esta ocasión entre Fidel Castro y Enrique Peña Nieto, si de diálogo entre políticos se trata. Entonces nada más sabroso que inventar un diálogo entre el pragmático y el autoritario.

Comandante- Señor Presidente de la hermana república mexicana, sea usted bienvenido.

Enrique Peña Nieto- Comandante de la Revolución, me comprometí a rehabilitar nuestra dañada relación y aquí me tiene. Estoy cumpliendo.

C- Me ha cumplido por adelantado al condonar la deuda contraída con las arcas mexicanas. Créame que el pueblo cubano le está agradecido.

EPN- Hechos son amores, aunque de amores distantes se trate.

C- Lo sé. Ya no somos los de antes. Nosotros empecinados en nuestra Revolución y ustedes echando al olvido la propia.

EPN- No ha sido fácil Comandante, como un salto al vacío. Una transformación sorprendente: lo que ayer eran principios los trasformamos en creencias inútiles; las instituciones motivo de orgullo nacional devinieron en mitos.

C- Usted cree que se ha cumplido el fin de las ideologías.

EPN- De ninguna manera. Hoy la ideología se materializa en el dinero, las inversiones. Precisamente lo que le falta a Cuba y la mantiene fuera de la modernidad de los objetos, de los avances tecnológicos. No sólo de guaguancó puede vivir el pueblo cubano.

C- Que-que-qué. Hemos erradicado el analfabetismo y sometido enfermedades letales propias del trópico. Hemos formado un pueblo sin lujos pero con dignidad. Acaso no es un anhelo común erradicar la miseria.

EPN- Lo seguimos procurando, en eso estamos. La diferencia es que acá en México hemos ampliado las libertades.

C- Mi muy respetable amigo, no me hable de libertad cuando en su país la criminalidad se ha extendido en detrimento de la libertad.

EPN- Bueno, bueno, son los riesgos de seguir el curso de los tiempos. Le puedo asegurar que la Historia me absolverá.

C- Lo mismo dije yo y ya ve.

EPN- El mundo es otro, por eso hemos adoptado la dirección correcta, o como diría otro histórico comunista, la línea justa.

C- ¿Será? De lo que no nos escaparemos es de la mirada crítica de la Filosofía.

Entonces, dicho lo dicho, se levantaron de sus asientos, se dieron un abrazo y se congratularon por enterrar la estúpida diplomacia de inspiración tecnocrática.

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Desde las alturas el filósofo los mira (Levinas) No para enjuiciarlos, sino para hacerlos pensar.

“El verdadero problema socialista es un problema de propiedad. No sólo el problema del capital, que permite esclavizar, sino un problema de relaciones con las cosas: el fenómeno de la posesión. Poseer en el mundo no socialista es estar esclavizado por lo que se posee.”

“En medio de la triste opulencia, la escena de Delannoy con la tortilla y la amable anfitriona. La libertad: todo está permitido.”

“Límites del socialismo. Todo el problema no gozar de los bienes para abolir la lucha. Sentido profundo del ascetismo.”

“Robo: no se debe sólo a referencias objetivas. En relación con éstas los bancos son mucho más ladrones que un tipo que roba un pan.”

“Ocuparse de la supervivencia de los débiles es un pecado contra la raza. Pero suponiendo que eso sea verdad…Hay individuos que son felices o desgraciados y cuya felicidad o desgracia puede estar en contradicción o en acuerdo con las exigencias de la vida universal. Pero proclamar el derecho a la felicidad de los individuos ‘fuertes’ es erigir el hecho en derecho. Es combatir la exigencia básica de la religión judeocristiana, cuyo verdadero pathos consiste en sublevarse contra el hecho.”

“Tomarle la palabra a la humanidad: las maldiciones y las bendiciones se realizan – los sacrificios expiatorios son aceptados.”

“La miseria no es la muerte, sino el hambre, la sed, el frío - el dolor, la enfermedad.”

martes, 28 de enero de 2014

El orden de las alianzas


Durante décadas, el orden político expresado en la Constitución fue fiel reflejo del pacto corporativo: campesinos, obreros y sector popular, en éste último se acomodaban desde burócratas, profesores y hasta empresarios.

Con paciencia y persistencia, ese orden fue desmontado y ahora se le estigmatiza como un mito (César Camacho dixit) sin cerciorarse de lo que se dice, mucho menos ruborizarse.

El largo proceso reformador ha roto recientemente la alianza histórica del régimen con los trabajadores. Ya se piensa en finiquitar lo que queda de otra alianza histórica, los campesinos.

El orden de las alianzas ha quedado modificado. De un lado está la clase política con fachada pluripartidista, del otro, los grandes consorcios empresariales. Un pacto no escrito de beneficio mutuo, el pacto de los cuates. De un lado se administra el poder, del otro, se concentra la riqueza en pocas manos. Un modelo nada original, mucho menos moderno. Bástenos con mirar allende el Río Bravo.

Este orden ha tenido su costo: desatención de la sociedad civil y los territorios de la vida local. Realmente se está dispuesto a proseguir con ese costo que nos ha traído el colapso de lo público, empezando por los municipios que son un desastre aunque se ponga en el aparador al Ejecutivo federal: servicios de salud insuficientes, de dudosa universalidad; la mala educación por haber hecho de los profesores promotores de voto (omisión de la reforma educativa cacareada); poner al mejor postor los recurso naturales (bienes comunes); un orden que supone a las fuerzas del mercado como la base primigenia y cornucopia, sin advertir que ese incesante llamado a los mercados puede y es decodificado efectivamente como una incitación al robo. Recordemos, en el origen fue el robo. Digo, por si a alguien se le olvido. De ahí en adelante la criminalidad, la corrupción, son fuente de riqueza que no requiere explicación, simplemente es un atentado a la legalidad que se tolera.

Es el orden que se ha creado ¿Es justo heredarlo así a nuestros hijos? Convocarlos a no leer, a no estudiar, convertirlos en estraperlistas y fulleros de cualquier ralea. La actual alianza elitista nos está matando, no se puede llamar consenso a una deliberación tan restringida. Nuestros letrados legisladores deberían tener una concepción más elevada del consenso, verdaderamente inclusiva. Sé que si no leen las iniciativas a conciencia no tienen por qué atender recomendaciones literarias de un desconocido. Pero nada les cuesta visitar la obra Nathan el sabio, un monumento al consenso surgido de la imaginación de Gotthold Ephraim Lessing. En dicha obra se nos enseña cómo pueden convivir cristianos, judíos y musulmanes. Con la exclusión perdemos todos.


Hoy desde el PRI se celebra a los intelectuales de derecha, créanme que no se los agradecen, los siguen despreciando. Lo peor es que no se quiere recurrir a la experiencia histórica. En 1913 un golpe de Estado fue una solución elitista para resolver las diferencias entre los mexicanos. No fue tal. Cien años después las élites tropiezan con la misma piedra, las reformas se venden como la solución de todos nuestros males.

lunes, 27 de enero de 2014

Delusión y delusorio


Del primer vocablo, su remisión a un concepto o imagen sin verdadera realidad. De la segunda palabra significa, sin ambages, engañoso.

Palabras oportunas para incorporarse en el análisis y verificación de la transparencia y encajarlas directamente en lo documental o archivístico. Y de esta manera poder extirpar el potencial de simulación, de falsedad de lo que está en el papel. No olvidemos, el papel también engaña.

Un ejemplo muy claro de lo que estoy exponiendo en el ámbito de la publicidad comercial son los productos “milagro”, simple venta de ilusiones que engañan.

La propaganda política también recurre a la delusión y a lo delusorio. Se acuerdan del changarro, vocho y TV o del presidente del empleo.

En los tiempos de la clase política colonizada, la estadística y la encuesta se constituyen en herramienta de la delusión y lo delusorio. Con qué cínica facilidad se da respuesta a cuestionamientos remitiendo a estadísticas y encuestas que, por otra vía, la investigación de campo y y la observación directa, no sostendrían los dichos numéricos. Una mistificación a la que recurren los actuarios, como Ernesto Cordero, entre otros.

En los últimos meses, en el primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, las reformas estructurales se han puesto bajo la observación de la delusión y lo delusorio que el tiempo nos habrá de aclarar ¿bajarán los precios de los energéticos y los servicios de radiotelecomunicación? ¿Mejorará la calidad de productos y servicios en estas áreas?

Punto y no aparte, el núcleo de la evaluación postrera del actual gobierno no estará sólo en las reformas. Por decirlo de alguna manera impresionista, el juicio sobre la gestión actual se medirá con los resultados de la Cruzada México sin hambre. Juicio que no se limitará a verificar el cumplimiento de la meta de siete millones de beneficiarios, como alcance del programa. La Cruzada tiene que mostrar su vinculación virtuosa con la economía campesina y la política agropecuaria para ser una solución de fondo, no nada más fortalecer a los ya poderosos consorcios agropecuarios.

Entonces ya veremos si no topamos con la delusión y lo delusorio.
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