viernes, 19 de octubre de 2007

Fin de cuento

Falta poco para el fin del cuento de los extraviados pasos hacia la modernidad, de una contrastante transición en la que los vicios son más poderosos que las virtudes. La opción que se abrió desde el Legislativo con la Ley para la reforma del Estado tiene un año para cumplir sus propósitos y ya corrieron nueve meses. El único logro visible es la reforma a la Constitución en materia electoral. La reforma del Estado ha sido eclipsada por el escándalo. El principal debate que tiene el país es despreciado, se le acusa de ser obra de la partidocracia, de tener como conductor al senador Manlio Fabio Beltrones, pero no se detiene la atención en la pertinencia urgente de los temas de la reforma. Paradójicamente, el escándalo es un argumento más para avanzar en el nuevo ciclo reformador.

Cada autoridad o cada Poder considera que las reglas se cumplen de manera convenenciera. El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, se lanza a señalar a sus adversarios del PAN por supuestos vínculos con el narcotráfico. Señor gobernador no los señale ¡Denúncielos!, de no hacerlo se convertirá en un chantajista y en un cómplice de quienes acusa.

Otra piedra de escándalo es el ex presidente Vicente Fox, quien ha vivido de burlarse de buena parte de la ciudadanía y ahora resulta que los sorprendidos se dicen engañados y están dispuesto, ahora sí, a quemarlo en la pira mediática. Hay que ser claros: Fox engañó a quien se dejó engañar, pero no todos son inocentes engañados, los hubo quienes muy listos hicieron negociaciones favorables con el engañador o su cónyuge y que se vieron favorecidos con decretos presidenciales como el que modificó el reglamento que regula la relación fiscal entre el gobierno y los empresarios de la radio y la televisión. Esto no se puede quedar como un litigio en los medios, como el protagonizado en la cadena Telemundo (USA) el martes pasado. No se vale insinuar mediante filtraciones que desde Los Pinos se tienen expedientes con el que de pretende acallar a Fox. Eso también es chantaje y complicidad. Si en la Presidencia tienen expedientes que prueban los actos delictivos del anterior inquilino de Los Pinos, si es cierta la especie, lo mejor es tomar el camino que esclarezca y resuelva las irregularidades asumiendo los riesgos de un eventual juicio político o del manotazo si jurídicamente no es posible lo anterior.

El Consejero Presidente del IFE no se queda atrás, desde que olfateó en el ambiente que su cabeza era moneda de cambio comenzó a chantajear con el asunto de los spots que se difundieron fuera de norma. Los 281 mil spots no reportados, que según otro consejero del IFE, significan una irregularidad que hablando en plata supera la del “Pemexgate” y “Amigos de Fox”. De qué se trata, de honrar la legalidad o una venganza del inminente defenestrado. La acusación del Consejo del IFE confirma su ineptitud para conducir la institución a su cargo, pues teniendo los recursos para mantener el control sobre la emisión de spots, éste fue rebasado por los principales partidos. De qué le sirvieron los convenios que signó con Televisa y la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión. El Consejo Electoral, en su venganza, le pega a la ya de por sí cuestionada legitimidad de las elecciones del 2006 y le otorga justificación a su destitución.

Cómo es posible que con tantos antecedentes de licitaciones turbias y no se haya podido librar del escándalo la subasta de la empresa paraestatal Aeroméxico. La duda queda sembrada y no hay autoridad capaz de disipar las sombras sobre la libre competencia que parece mas acumulación originaria, otro episodio de información privilegiada y complicidades. Y los panistas, “ordenados” y sobre todo “generosos”, no se dan cuenta, o se hacen los disimulados o, de plano, tienen cruzados lo cables. Su confusión que no reclama mito en esta primera década del siglo veintiuno, al vivo le erigen estatua y al muerto le rinden homenaje. Si siguen así ya se jodió el PAN.

De nada sirve la épica del México ganador, a nada llevan las invectivas contra los mediocres. A falta de una tercera alternativa, el país enfrenta la disyuntiva de la trasportación de la nación, por medio del escándalo o a través de la reforma del Estado.

martes, 16 de octubre de 2007

La parte y el todo

Un instante, una fotografía, un video editado, un pedazo de la realidad que se alza para mostrarse como si fuera la totalidad. Se simplifica una totalidad compleja, no se registran las conexiones de la parte resaltada para significar un todo. Es el paraíso del especialista que trabajando sobre una parcela da forma a una realidad entera. Es la materia de las verdades mediáticas, explotar la capacidad de la parte para representar al todo. Así informado uno, se queda en la superficie y la profundidad se niega.

Así nos encontramos como las campañas de salud para combatir la obesidad que un buen día son acompañadas de reportajes que se suman a los consejos disuasivos para los gorditos. Se les dice coman sano sin distinguir aspectos hereditarios, sin combatir directamente a la industria de la chatarra alimentaria y su copiosa publicidad, sin señalar que la mala alimentación también está asociada a los bajos ingresos de la mayoría y que no alcanza para una canasta de comida sana. Cuántos trabajadores o empleados, estudiantes también, tienen que comer en la calle para saciar su hambre pero no se nutren Pero esas consideraciones son peligrosas, tienen un sesgo anticapitalista y como no se quiere llegar al fondo mejor se derrota a esas campañas haciendo una celebración diaria del antojito, como signo de identidad nacional.

El matrimonio Fox-Sahagún, por la vida material de la que gozan hoy, han sido objeto del comentario en los medios. Seguramente Vicente Fox ha de estar feliz por dos razones: aparece todos los días en los medios y sus adversarios no tienen los elementos suficientes para llevarlo a la cárcel. Los diputados federales crean una comisión para indagar su enriquecimiento, comisión de dudosos resultados prácticos para el propósito que persiguen. El Universal hace más de dos semanas dio a conocer el modus operandi con el que los Fox-Sahagún se hicieron de bienes: lo solicitaban al empresario elegido con la seguridad de que éste iba a satisfacer el capricho a cambio de un favor o deferencia, teniendo el cuidado de usar un prestanombre para que no quedará documentado el bien en su declaración patrimonial. De esta manera, documentalmente es difícil obtener todas las pruebas. Pero el problema se enfoca parcialmente, va dirigido a una familia con el cuidado de no impactar el tráfico de influencias, modelo de enriquecimiento que ocurre en muchos países. Pero la Cámara de Diputados no ha dicho que quiera resolver el fondo del problema, aunque bien podría organizar un golpe mediático, convocar a los empresarios que participaron en el tráfico y muy pocos atenderían el llamado porque se inculparían. Y si no es la Cámara ¿Quién? El Ejecutivo, quien por cierto tampoco da muestras de acabar con la práctica del tráfico de influencias. Así, por fijarse en la parte sin atender la complejidad del todo la impunidad del ex presidente parece garantizada.

El viernes pasado fueron liberadas varias manzanas del centro de la Ciudad de México de la ocupación de los vendedores ambulantes. Una acción del gobierno capitalino digna de ser fotografiada para reconocer vialidades que se habían angostado hasta desaparecer la visibilidad de sus fachadas. Pero no nos engañemos, es una parte de la responsabilidad gubernamental que ha mostrado eficacia frente a una realidad que parece ingobernable como las concesiones del trasporte urbano, el mal hábito de tirar basura en la calle que se suma a otras formas de contaminación, las limitaciones presentes y futuras respecto a la disponibilidad de agua y energía.

El gobernante ha intervenido exitosamente sobre una porción de la realidad que le corresponde gobernar y le falta mucho por hacer para garantizar la sustentabilidad de la Ciudad. Y, por lo pronto, mantener despejado de ambulantes el territorio liberado. Pero es la fotografía y la declaración oficial con la que se quiere sostener la acción, mantenerla invicta y generar la percepción de que la vida cotidiana de los capitalinos, como un todo, ha mejorado. No estaría por demás que Marcelo Ebrard atendiera cuestiones relacionadas con el ambulantaje, como identificar en qué momento la omisión gubernamental se hizo norma como para perder el esplendor del centro histórico. De eso sabe mucho y como pocos. Pero hay una cuestión mayor que tal vez no esté al alcance del actual gobernante ¿Por qué miles de habitantes se lanzaron a ocupar banquetas, un espacio público, para desarrollar una irregular práctica comercial? Las respuestas serán la medida de la complejidad de los retos, respuestas que se pueden encontrar en el uso del clientelismo político o en las fallas del modelo económico, pero sobre todo, enfocar las soluciones en una perspectiva de la totalidad y no sólo un paliativo.
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