jueves, 20 de octubre de 2016

Él y quién más

El mes de octubre en curso se ha proclamado en el ruido de los medios el mes epónimo (exageración) de Javier Duarte Ochoa. La solicitud de licencia al cargo de gobernador constitucional  de Veracruz (12-10-2016). La orden de aprehensión en contra de Duarte girada por la PGR (16-10-2016) y espero que la comparecencia voluntaria del inculpado, pues puede ocurrir suicidio, ejecución, desaparición o fuga, en México es parte de la cotidianidad. Hay quien ha hablado de cimbrar al país, como lo ha hecho el gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares.

Escándalo, linchamiento, morbo, venganza, todo ello y la justicia no se deja ver ¿Realmente la veremos? Va en serio ¿En serio? Aquí pongo dos canales de índole política que nos daría acceso y luz sobre el asunto:

Primero. Hasta ahora no he encontrado una declaración o pronunciamiento al respecto del caso Duarte por parte de la Conferencia Nacional de Gobernadores. Asociación ésta conformada por servidores públicos electos. Fundada y diseñada por los gobernadores priístas para hacer un frente de contención al accionar de la “alternancia” foxista, asociación a la que después se agregarían los gobernadores del PRD y el PAN, en ese orden. La utilidad visible de esta pomposa Conferencia ha sido la de fungir como un mecanismo de negociación para obtener más recursos fiscales de la federación, sin que por ello se haya obtenido en contraparte, un compromiso efectivo de transparencia de las finanzas estatales. La Conago en su imperturbable silencio, como dando a entender, a distraerse con el asunto, el cochinero ha de continuar. Que hable la Conago.

Segundo. Se supone que la administración de las finanzas públicas, sus procedimientos, están construidos para evitar la extracción fraudulenta de recursos públicos. ¡Ah! El supuesto no se sostiene, mucho menos se apuntala. De nuevo hay que acudir a la metáfora de los vasos rotos* para representar el acto recurrente y extendido del aprovechamiento privado del erario por parte del servidor público. No hemos dado con la imperfección o la serie de imperfecciones que se ocultan en los sistemas estatales de ejercicio presupuestal. Por qué si los procedimientos están diseñados para evitar la extracción pecuniaria del arca pública el enriquecimiento de los altos funcionarios sigue ocurriendo.

Sólo quienes conozcan, sepan y tengan la experiencia como titular de alguna secretaría de finanzas o hacienda podrían descubrir los arcanos, si quisieran (Antes de ser gobernador Javier Duarte fue secretario de finanzas de Fidel Herrera Beltrán) También hay que convocar a la sabiduría de los despachos privados especializados en higienizar las finanzas estatales y podrían quedar al descubierto los secretos.

Me temo que el manto de complicidad que se tiende en todos los estados de la república sobre sus finanzas –pese a las toneladas de libros que se producen para “demostrar” el inmaculado ejercicio- no se podrá despejar si no hay voluntad política de los responsables. Como me temo de la inutilidad anticipada del Sistema Nacional Anticorrupción.

Si quisieran, Luis Videgaray, Mario Delgado, Carlos Manuel Villalobos (secretario de Guillermo Padrés) y un experto en sanitización financiera como Pedro Aspe, podrían ilustrar a la ciudadanía sobre las fugas en el manejo de las finanzas de los estados que se dan en los intersticios de los procedimientos, para que todo sea legal, incluso la corrupción.


Por eso no hay que confiarse de las apabullantes condenas ad hominen. Para quienes asista acordarse, el pez gordo que cayó en las redes de la renovación moral impulsada por el entonces presidente Miguel de la Madrid (1982-1988): Jorge Díaz Serrano, ex director de PEMEX, quien con todo y su fuero de senador de la república fue encarcelado por el delito de peculado. De esos tiempos a la fecha se han inventado fórmulas inocuas para combatir la corrupción. Todo se resuelve políticamente.
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*La Cábala es una tradición oral del judaísmo que nos habla de los designios de la divinidad, quienes se dedican a cultivarla se les llama cabalistas. Uno de entre ellos acuñó la metáfora de los vasos rotos para ayudar entender los designios de Dios en su aspecto negativo. El cabalista en mención es, Rabino Isaac Luria (1534-1572) Obvio que utilizo la metáfora de manera ajena a su originalidad místico religiosa.
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