viernes, 15 de septiembre de 2023

Los retablos de Don Andrés Manuel

“Seguimos adelante, como si tal cosa, mostrándole entera confianza, sobre la base de que un truhan no creería en nuestra honradez, y que un hombre honrado se convierte en un truhan cuando se rodea de suspicacias.”

T. E. Lawrence

El presidente López Obrador, durante su mandato, ha puesto la agenda. Dentro de ella lo realizado, lo difícil y lo imposible le han dado el vaivén a su gestión. Pero hace más de un año, cuando desde la mañanera el presidente disparó a Ricardo Monreal, quedó claro que la ocupación presidencial estaba en la sucesión https://tonalpohualli-rodmigster.blogspot.com/2022/09/bang.html

De lo realizado, los programas sociales son la insignia del gobierno, igualmente las obras de infraestructura en el Sureste del país.

De lo difícil, el combate a la inseguridad y las mejoras en educación y salud públicas, digamos que siguen en curso. Son los puntos inconclusos de la agenda.

De lo imposible se puede anotar con rotundidad a la Constitución moral, su abstención de participar en la sucesión presidencial y su jubilación de la política. Son los tres retablos por enmarcar aquí*.

Primer retablo: la Constitución moral, el proyecto de mayor profundidad del obradorismo se quedó en la superficie y se lo llevó el viento. Se hizo una recepción de propuestas ciudadanas a través del portal de Hacienda. No se informó sobre el número de participantes, ni de las orientaciones generales de las propuestas. Se dio vuelta de página formando una comisión para redactar lo que finalmente fue una Guía Ética. No se volvió a hablar del compendio moral y se dio por concluido. Pero había que dejar constancia de resultados a la vista y la retórica giró hacia la revolución de las consciencias. México era otro en su condición moral. Luego, para mantener el dicho abstracto, se recurrió a proclamar el humanismo mexicano ¡Milagro, milagro! Discurso al margen de una técnica o método demostrativo de la elevación moral de los mexicanos. Cuando de verdad la inseguridad, la injusticia y la vulgaridad no han desparecido del paisaje. Lo deseable de una Constitución moral quedó en ascuas.

Segundo retablo: la abstinencia actoral en la sucesión. Hacer creer que el presidente no intervenía. Lo vimos, cada que la ocasión se presentaba en la conferencia mañanera el presidente se metía en la sucesión. Como el mantra era el no al dedazo, López Obrador comenzó a patinar y desde entones no se ha quitado los patines. Se la ha pasado patinando. La encuesta como medio neutral y objetivo, sin cuchareadas, resultó una encuesta cocinada por un chef y demasiados pinches.

La encuesta fue un rodeo para llegar a la esencia del dedazo, declarar anticipadamente al sucesor independientemente del evento electoral. La unción del presidente en turno de su relevo. Aseguró que no se iba a meter y después se alineó a lo grotesco. La entrega de un bastón de mando, propio de un ritual de los pueblos originarios para simbolizar el cambio de mando. Rito que los priístas utilizaron para presumir las raíces indígenas del ungido, el cual nunca fue indígena. Ahora el ridículo fue extremo, no participó ningún indígena. Si algunas raíces pueden presumir López Obrador y Sheinbaum, esas son las de los conquistadores europeos.



Tercer retablo: la jubilación. Andrés Manuel lo ha anunciado hasta el cansancio. Me retiraré de la política al concluir mi mandato. Se olvida de que en la política no hay jubilación, pero sí marginación. Por razones encontradas, son muchos los que se encargaran de mantenerlo en el circo de la política. No es cuestión de voluntad, de yo quiero.

*Nunca está demás volver a la representación del embuste hecha por un clásico de las letras españolas https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-retablo-de-las-maravillas--0/html/ff328a9c-82b1-11df-acc7-002185ce6064_5.html

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