jueves, 25 de febrero de 2021

Cierran filas

“Desde este momento los amigos, y los amigos de los amigos, se prepararán para <cerrar filas> no en defensa de las instituciones democráticas, sino para defender su propio partido, su propio grupo, su propio clan.”

Norberto Bobbio





La solicitud de desafuero del gobernador de Tamaulipas, interpuesta ante la Cámara de Diputados por parte de la Fiscalía General de la República, ha sido respondida por un llamado a cerrar filas entre quienes forman parte del Partido Acción Nacional y sus allegados. Francisco García Cabeza de Vaca, empresario y político, entra al proceso ante los legisladores, cuando su partido se encuentra en el nivel más bajo de identificación popular que haya tenido el PAN en los últimos veinticinco años. Él no es precisamente un figurón nacional, se siente bien dentro de la tierra del estado que gobierna, algo más parecido a la cuadratura de un señor feudal, sin caballeros de armadura, pero con narcos armados. La condición de inseguridad de esa entidad lleva años, lustros. Lo sucedido a migrantes centroamericanos apenas el mes de enero de este año, quienes perecieron calcinados dentro de un vehículo, son una cuenta del rosario de crímenes aberrantes que ha padecido la entidad.

Lo significativo del caso, desde el análisis político, no es el gobernador en sí. Lo relevante es que se abre un proceso y una oportunidad para visibilizar el poder invisible, engarzado en la relación entre autoridades y crimen organizado, desde las propias instituciones del Estado. No se trata de un libro de factura periodística, ni de una serie de televisión más. Lo que se puede alumbrar con reflectores es el México oculto que guarda, desde los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu hasta la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. En medio la guerra contra el narco declarada por Felipe Calderón. Un dato. El abogado del gobernador de Tamaulipas es Roberto Gil Zuarth. Más que un reconocido y prestigiado litigante, se le identifica como político apadrinado por Carlos Salinas. Hay que seguir con atención lo que escriben articulistas y columnistas relacionados íntimamente con los gobernantes del periodo neoliberal.

Hay dos libros con valor heurístico, que les permitirá a quienes esto leen, seguir con mirada crítica el proceso a Francisco García Cabeza de Vaca. Uno ya se los he recomendado, Italia oculta Terror contra la democracia, de Giuliano Turone. El otro libro es de un pensador canónico de la Ciencia Política, Norberto Bobbio, Democracia y secreto.

Para finalizar. El cierre de filas es reactivo, por eso es muy peligroso. No tienen propuesta de un país para todos. Lo que los mueve son los vicios en el ejercicio del poder que les han dado riqueza y prestigio. 

martes, 23 de febrero de 2021

Deliberar

“Suelo decir a menudo que los intelectuales -usamos este término muy descuidadamente- están seguramente dotados de antenas, perciben de dónde sopla el viento y se acomodan.”

Luciano Canfora.


Se ha destacado entre los “intelecuates”*, una rogativa al gobierno de López Obrador. Piden deliberar, que ellos sean los meros consultados en la toma de decisiones del gobierno federal. Ese planteamiento no es sustanciado con una descripción de hechos, como les gusta pregonar, por eso es una percepción por demostrar. Mucho menos hacen comparaciones con las administraciones que antecedieron a la actual. Hubo y en qué calidad, deliberación desde el gobierno de Salinas de Gortari para acá. Interesante tema de investigación. Ya desde otro punto de apreciación, se puede opinar que la amplia libertad de expresión es un indicador de que la deliberación existe y es pujante. Bueno, también existe el acto de deliberar en modo cortesano ¿Será ese modo causa de nostalgia?

Cuando niegan la existencia de deliberación, un observador extranjero podría sospechar que los poderes constitucionales, distintos al Ejecutivo, se han quedado sin poder ejercer su obligada deliberación. Hay que despejar la sospecha. En México al Congreso, tanto como el Poder Judicial, no se les han menguado sus capacidades de deliberar. Y dirán, no nos referimos a eso. Lo que queremos decir es que a nosotros los “intelectuales” el gobierno no nos pela.

Cierto es que de entre los quejosos no tienen alguna designación como consejeros de un ente público, ya ni como asesores de funcionarios de tercer nivel, ni sus despachos o centro de trabajo (instituto o universidad) son contratados con la misma manga ancha dable en el pasado reciente. Ese pasado que tenía sus modos de deliberar. Nada más recordar la deliberación de la reforma energética, a punta de billetes a las cuentas de los legisladores o a la contabilidad de ingresos de medios de comunicación.

El cerco policiáco al Senado para deliberar la reforma energética (La Jornada de Oriente)

Se les olvida que en la gran deliberación de junio de 2018 se tomó la decisión colectiva y ciudadana de darle otro rumbo al país, por eso también se alcanzó la mayoría del Congreso para la alianza que ganó la presidencia. Todo lo que se propuso hacer quien resultó el candidato ganador se hizo programa de gobierno. Nadie se puede sentir sorprendido si, por ejemplo, si se construye el aeropuerto Felipe Ángeles de Santa Lucía, el Tren Maya en el Sureste o la refinería de Dos Bocas.

Para los que sienten falta de deliberación en las decisiones del gobierno de Andrés Manuel, pónganse a hacer la tarea, esto es hagan política, formen un partido, ganen la presidencia y muestren, en los hechos, su arte deliberativo. Pero si eso les da flojera pueden aliarse con los desprestigiados partidos y así regresar a los viejos modos de deliberar.

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*Los intelecuates se conocieron en la escuela o facultad donde adquirieron su formación profesional, o se hicieron amigos en el lugar de sus desempeños académicos. Enseñaban y ostentaban alguna modalidad del marxismo. En otros tiempos rivalizaban con los liberales, la seducción del poder político y el habla tecnocrática les cambió la manera de andar. 

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