El poder de penetración de los medios electrónicos, la radio y televisión, no son garantía de obtener mejor información, poco o nada dicen del evidente distanciamiento o las claras diferencias entre el presidente Felipe Calderón y ciertos empresarios. Por el contrario, todo aparece glamorosamente a todo lo que da el Jet Set, aunque el motivo sea el balompié, obsequiándonos un presidente panbolero a falta de mejores prendas, que para colmo lo expone al escarnio público de la rechifla y los abucheos.
Punto y a parte, sin perder el hilo, el domingo pasado se inauguró la cumbre de negocios en San Pedro Garza García, en Nuevo León. El encuentro ha sido oportunidad para que prominentes empresarios expresen sus desacuerdos con la conducción que desde Los Pinos se le da a la política de crecimiento económico como negación del mercado interno y de la generación de empleos.
Desde Miguel Alemán Velasco, organizador de la cumbre, hasta Carlos Slim y Roberto González Barrera, coinciden en dar una calificación muy menor a lo realizado por Calderón. No se dicen decepcionados porque eso sería reconocer que creyeron en él. Lo que sí es cierto es que la decepción no es cubierta en los espacios radiofónicos y en los telenoticiarios con la importancia del caso. El lunes pasado fue ocasión para medir el enfriamiento de la relación entre el gobierno y los empresarios, la columna Templo Mayor del Diario Reforma registró lo que marcó el termómetro:
“QUIÉN SABE qué traería en su cabeza, pero el que llegó con cara de pocos amigos en su visita de ayer a Monterrey fue el presidente Felipe Calderón.“ADEMÁS del rostro compungido, durante su laaarga participación en la Cumbre de Negocios, el mandatario estuvo hasta golpeando el podium, siempre con tono de regaño.“EN RESPUESTA, como que el respetable no conectó con su discurso, estuvo muy distante y no hubo ni una interrupción con aplausos, ni cuando abordó el tema de Luz y Fuerza.“OTRA COSA que llamó la atención fue que los empresarios regios brillaron por su ausencia en el evento, ya que del llamado "Grupo de los 10" sólo se vio a uno de ellos.“LO QUE QUEDÓ ayer muy evidenciado con el evento fue que aquella fuerte relación que tenía Calderón con los empresarios, unos de sus principales aliados que lo llevaron al poder, anda helada paleta.”
Qué esperanzas que la radio y la televisión nos pudieran ofrecer este nivel de detalle. Se sabe que los empresarios del ramo están a partir de un piñón con el presidente Calderón y no pierden oportunidad para mostrarse como fervorosos soldados, es el caso de su posición informativa en relación al conflicto entre el gobierno federal y los electricistas del Valle de México. Todo sea por defender sus privilegios, el de los industriales de la radio y la televisión. No es casual entonces que la relación entre el SME y los medios electrónicos sea ríspida, hay que quedar bien con el patrón que les extiende las concesiones (privilegios). Y si para quedar bien hay que acusar de privilegiados a los electricistas de Luz y Fuerza, entonces que se les linche.
Pero en el fondo del conflicto sindical, el tratamiento de los medios electrónicos puede resultar anecdótico si lo que se juega es la posibilidad que construye el gobierno federal de ofrendar a los empresarios una “reforma estructural”: la reforma laboral. A partir del decreto de liquidación de Luz y Fuerza del Centro se puede sentar el precedente para irse con todo en contra del artículo 123 de la Constitución y la Ley Federal del Trabajo, para crear un marco jurídico restrictivo de los derechos laborales para las generaciones de futuros asalariados, como de hecho ya está ocurriendo.
Por eso la marcha del miércoles 11 de noviembre pone contra reloj a los electricistas del SME. Ya no se tuvo la misma capacidad de convocatoria y si no ha sido por el STUNAM no llegan a congregar a 50 mil almas. Una marcha realmente pacífica que sólo tuvo eventos violentos fuera de la capital, allí donde estaba apostado el ejército negro de la Policía Federal Preventiva, listo para impedir el ingreso de los manifestantes que venían de provincia. Vil provocación.
Como pobre ha sido el cumplimiento de Calderón, la reforma laboral es ya la tabla de salvación del sexenio. Propósito que se cumplirá si el SME no es arropado socialmente por un movimiento mayor. Clave de esta resolución la forman los priístas de moda, que bien pueden regalarle a Calderón, para festejar el Centenario de la Revolución de 1910, la reforma anhelada. La nueva generación de priístas (los Peña Nieto, Osorio Chong, etc.) y quienes les anteceden (Beltrones, Paredes, etc.), se sienten libres de la herencia revolucionaria. Para ellos la revolución se acabó. El signo de los tiempos es hacer negocios invocando al dios del mercado.