viernes, 6 de julio de 2007

Patéticamente ridículos

No es alusión a la reunión de Los Pinos, la del miércoles 4 de julio. Esa reunión del Ejecutivo con los líderes partidarios y de bancadas (exceptuando al PRD) es una buena noticia. Se reunieron en un espacio público, la residencia oficial, pero sin recurrir a la mediatización. Y no es política en lo oscurito, es la reserva mínima que requieren las decisiones políticas. Después de siete meses algo distinto tenía que ocurrir. Incluso el hecho de que el PRD no haya asistido no es del todo malo. El Ejecutivo requiere de un recordatorio permanente de sus obligaciones. Una foto, un saludo y no vaya a hacer que se le suban los humos al presidente y se dé un excedido revuelo en los medios. Políticos a la política.

Tampoco es alusión a la faramalla de la consulta pública convocada para escuchar la opinión ciudadana sobre la reforma del Estado que tuvo el martes su última reunión. Hay mecanismos alternos, no publicitados, donde se está armando la propuesta de reforma. Lo de la consulta es populismo de una democracia no consolidada.

Lo patéticamente ridículo es la mórbida debilidad de los políticos ante los medios electrónicos. El hecho, la comparecencia de Eduardo Medina Mora y Javier Lozano Alarcón en el noticiario estelar de Televisa que conduce Joaquín López Dóriga. Se asumieron en calidad de indiciados por las declaraciones del nacionalizado mexicano Zhenli Ye Gon, al que despectivamente no pocos periodistas se refieren como el Chino.

De una extensa entrevista, realizada el mes de mayo por la agencia Prensa Asociada (AP por sus siglas en ingles) como parte de una investigación periodística inconclusa sobre el empresario Zhenli Ye Gon. De la cual sólo dos minutos correspondieron a su conversación en español, en México se hizo un escándalo muy al tenor de como nos tiene acostumbrados el panismo gobernante. De esos dos minutos se hizo una edición y con ella se pusieron el saco los funcionarios del gobierno federal. Un boletín bien estructurado hubiera sido más que suficiente. Pero parece que hay mucha basura debajo de la alfombra calderonista, de otra manera no se entiende la sobre reacción de sus funcionarios.

Zhenli Ye Gon, nacido en la República Popular de China, adoptó la nacionalidad mexicana pues fue en México donde se enriqueció en un negocio químico farmacéutico. Resulta que una llamada anónima denunció a este empresario como narcotraficante y el 15 de marzo se incautaron de su residencia en las Lomas de Chapultepec, más de doscientos millones de dólares. Cantidad de dinero que reforzó la pesquisa de que se trataba de un narcotraficante, pero no se acumularon las pruebas suficientes, muchos menos se develó la extensión del negocio, de sus redes (socios). La investigación todavía es enclenque.

ZYG huyó y sólo sus cercanos íntimos quedaron presos. La investigación en su contra estaba y está en curso. Ahora resulta que el lunes dos de julio sus abogados hicieron una petición por escrito al presidente Calderón a través de la embajada de México en Washington. Le pidieron un mal arreglo para evitarse un buen pleito. La proposición indecorosa, pero no inusual, incomodó al gobierno y tragó el anzuelo. Cayeron en la provocación por no saber callar. Y así se vieron Medina Mora y Lozano Alarcón al responder a un video, este sí, producto de una investigación periodística. Para complicar las cosas, ZYG está en el radar de los intereses de Estados Unidos y se aleja de la justicia mexicana.

Lo sucedido recuerda el mito de Acteón, que relata el avatar del cazador cazado. Los panistas, que han hecho del video un medio para atacar a sus adversarios políticos, ahora son exhibidos con otro video. Así se ven estos panistas, cual cazadores transformados en atemorizados ciervos, convertidos en pieza de caza.

martes, 3 de julio de 2007

Siete meses

Han pasado siete meses de gobierno del actual sexenio, se ha cumplido un año de la elección. El dos de julio sigue atravesado en la prensa escrita como una mala digestión, se regurgita la fecha y no por mera terquedad de entregarse a ese reflujo alimenticio de rumiantes. Son siete meses en que el ejercicio gubernamental no ha desplegado su ensalmo legitimador. Los recursos de los que dispone el Ejecutivo no se han aplicado a cabalidad o se han aplicado mal, o para efectos no inmediatos, es el caso del combate al narcotráfico.

No es persistir en el alegato del fraude electoral o en la eficacia de salir a las calles. Se trata del gobierno en turno, de sus capacidades para legitimarse en el ejercicio de sus funciones. Qué tenemos, en qué le han ayudado sus colaboradores al presidente. Es un aspecto importante para el cual no hay encuesta o anuncio publicitario pueda resolver la aptitud del equipo. La lucha contra la delincuencia organizada, a la propuesta insignia del gobierno se le suponía una preparación sólida cuando lo único sólido fue confiarse en la obediencia del Ejército. Ahora se reconoce que los responsables directos, SSP y PGR, estaban más que infiltrados y se recurre a rotar los mandos policíacos, a darles otra asignación burocrática a los que no pudieron. La eterna improvisación.

Tenemos una Secretaría de Gobernación que flota en el ambiente, que discurre en una retórica rancia: “por instrucciones del Sr. Presidente” “de acuerdo a la normatividad vigente” y muletillas por el estilo. Es hora que en Gobernación no se han plantado como el componente de mayor desgaste del gabinete, no les importa y prefieren atrincherarse en sus oficinas. Tampoco se tiene idea de cuáles son las funciones y obligaciones de la Oficina del la Presidencia, sólo sabemos que su titular es el número dos del gobierno y sus dos grandes tareas comentadas en los medios han sido: atender la grilla al interior del PAN y estar al tanto de la operación electoral en las elecciones locales. Las actividades partidistas en detrimento del servicio público.

En el gabinete económico Agustín Carstens tiene suficientes y sobradas calorías para las encomiendas que tiene asignadas. En su primera actuación sacó sin mayores problemas la ley de ingresos y egresos. Carstens fue artífice de la nueva ley del ISSSTE y hoy encuentra su mayor desgaste con los trabajos para la aprobación de la llamada reforma fiscal. Cree en el neoliberalismo y tiene que convencer a una mayoría de incrédulos. No se le ve apoyo ostensible de sus compañeros, ni del partido gobernante. De seguir así, el fastidio lo alcanzará pronto. No se ve que lo ayude Luis Téllez, que mas parece quiere despachar en Palacio Nacional, pues Comunicaciones y Transportes definitivamente no es lo suyo. No se ha fajado frente a la ley de radio, televisión y telecomunicaciones que echó abajo la SCJN. No se ha posicionado frente al tema del aeropuerto internacional de la Cd. de México. Su oferta de reprivatizar las carreteras se ha visto empañada por el desastre sin fin de la autopista del sol. Otra transfugaz estrellita no ha hecho mejor las cosas. En Trabajo y Previsión Social, el encargado Javier Lozano debe su notoriedad al cambio de sus oficinas, a la polémica con Marcelo Ebrard sobre las marchas y el libre tránsito y a su reciente afiliación al PAN. No ha dicho para cuando la reforma laboral.

Qué decir del gabinete social: nada.

Si así está el equipo de trabajo presidencial es lógico que la legitimación por la vía del ejercicio se demore ¿Hasta cuándo? No hay fecha precisa, pero tómese por seguro que mientras la legitimación llega o se hace, el descontento social estará a disposición de quien lo deseé encabezar. Gobernando desde la sombra, López Obrador sigue siendo un líder con ganas de capitalizar ese descontento a plena luz del día. A un año después de las elecciones vuelve a ser él, el tema obligado en los medios.

Desde el campo de las instituciones, el Congreso (visiblemente liderado por Manlio Fabio Beltrones) construye una reforma del Estado que es esclusa obligada en el imaginado paquete de reformas de la actual administración.
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