No es alusión a la reunión de Los Pinos, la del miércoles 4 de julio. Esa reunión del Ejecutivo con los líderes partidarios y de bancadas (exceptuando al PRD) es una buena noticia. Se reunieron en un espacio público, la residencia oficial, pero sin recurrir a la mediatización. Y no es política en lo oscurito, es la reserva mínima que requieren las decisiones políticas. Después de siete meses algo distinto tenía que ocurrir. Incluso el hecho de que el PRD no haya asistido no es del todo malo. El Ejecutivo requiere de un recordatorio permanente de sus obligaciones. Una foto, un saludo y no vaya a hacer que se le suban los humos al presidente y se dé un excedido revuelo en los medios. Políticos a la política.
Tampoco es alusión a la faramalla de la consulta pública convocada para escuchar la opinión ciudadana sobre la reforma del Estado que tuvo el martes su última reunión. Hay mecanismos alternos, no publicitados, donde se está armando la propuesta de reforma. Lo de la consulta es populismo de una democracia no consolidada.
Lo patéticamente ridículo es la mórbida debilidad de los políticos ante los medios electrónicos. El hecho, la comparecencia de Eduardo Medina Mora y Javier Lozano Alarcón en el noticiario estelar de Televisa que conduce Joaquín López Dóriga. Se asumieron en calidad de indiciados por las declaraciones del nacionalizado mexicano Zhenli Ye Gon, al que despectivamente no pocos periodistas se refieren como el Chino.
De una extensa entrevista, realizada el mes de mayo por la agencia Prensa Asociada (AP por sus siglas en ingles) como parte de una investigación periodística inconclusa sobre el empresario Zhenli Ye Gon. De la cual sólo dos minutos correspondieron a su conversación en español, en México se hizo un escándalo muy al tenor de como nos tiene acostumbrados el panismo gobernante. De esos dos minutos se hizo una edición y con ella se pusieron el saco los funcionarios del gobierno federal. Un boletín bien estructurado hubiera sido más que suficiente. Pero parece que hay mucha basura debajo de la alfombra calderonista, de otra manera no se entiende la sobre reacción de sus funcionarios.
Zhenli Ye Gon, nacido en la República Popular de China, adoptó la nacionalidad mexicana pues fue en México donde se enriqueció en un negocio químico farmacéutico. Resulta que una llamada anónima denunció a este empresario como narcotraficante y el 15 de marzo se incautaron de su residencia en las Lomas de Chapultepec, más de doscientos millones de dólares. Cantidad de dinero que reforzó la pesquisa de que se trataba de un narcotraficante, pero no se acumularon las pruebas suficientes, muchos menos se develó la extensión del negocio, de sus redes (socios). La investigación todavía es enclenque.
ZYG huyó y sólo sus cercanos íntimos quedaron presos. La investigación en su contra estaba y está en curso. Ahora resulta que el lunes dos de julio sus abogados hicieron una petición por escrito al presidente Calderón a través de la embajada de México en Washington. Le pidieron un mal arreglo para evitarse un buen pleito. La proposición indecorosa, pero no inusual, incomodó al gobierno y tragó el anzuelo. Cayeron en la provocación por no saber callar. Y así se vieron Medina Mora y Lozano Alarcón al responder a un video, este sí, producto de una investigación periodística. Para complicar las cosas, ZYG está en el radar de los intereses de Estados Unidos y se aleja de la justicia mexicana.
Lo sucedido recuerda el mito de Acteón, que relata el avatar del cazador cazado. Los panistas, que han hecho del video un medio para atacar a sus adversarios políticos, ahora son exhibidos con otro video. Así se ven estos panistas, cual cazadores transformados en atemorizados ciervos, convertidos en pieza de caza.
Tampoco es alusión a la faramalla de la consulta pública convocada para escuchar la opinión ciudadana sobre la reforma del Estado que tuvo el martes su última reunión. Hay mecanismos alternos, no publicitados, donde se está armando la propuesta de reforma. Lo de la consulta es populismo de una democracia no consolidada.
Lo patéticamente ridículo es la mórbida debilidad de los políticos ante los medios electrónicos. El hecho, la comparecencia de Eduardo Medina Mora y Javier Lozano Alarcón en el noticiario estelar de Televisa que conduce Joaquín López Dóriga. Se asumieron en calidad de indiciados por las declaraciones del nacionalizado mexicano Zhenli Ye Gon, al que despectivamente no pocos periodistas se refieren como el Chino.
De una extensa entrevista, realizada el mes de mayo por la agencia Prensa Asociada (AP por sus siglas en ingles) como parte de una investigación periodística inconclusa sobre el empresario Zhenli Ye Gon. De la cual sólo dos minutos correspondieron a su conversación en español, en México se hizo un escándalo muy al tenor de como nos tiene acostumbrados el panismo gobernante. De esos dos minutos se hizo una edición y con ella se pusieron el saco los funcionarios del gobierno federal. Un boletín bien estructurado hubiera sido más que suficiente. Pero parece que hay mucha basura debajo de la alfombra calderonista, de otra manera no se entiende la sobre reacción de sus funcionarios.
Zhenli Ye Gon, nacido en la República Popular de China, adoptó la nacionalidad mexicana pues fue en México donde se enriqueció en un negocio químico farmacéutico. Resulta que una llamada anónima denunció a este empresario como narcotraficante y el 15 de marzo se incautaron de su residencia en las Lomas de Chapultepec, más de doscientos millones de dólares. Cantidad de dinero que reforzó la pesquisa de que se trataba de un narcotraficante, pero no se acumularon las pruebas suficientes, muchos menos se develó la extensión del negocio, de sus redes (socios). La investigación todavía es enclenque.
ZYG huyó y sólo sus cercanos íntimos quedaron presos. La investigación en su contra estaba y está en curso. Ahora resulta que el lunes dos de julio sus abogados hicieron una petición por escrito al presidente Calderón a través de la embajada de México en Washington. Le pidieron un mal arreglo para evitarse un buen pleito. La proposición indecorosa, pero no inusual, incomodó al gobierno y tragó el anzuelo. Cayeron en la provocación por no saber callar. Y así se vieron Medina Mora y Lozano Alarcón al responder a un video, este sí, producto de una investigación periodística. Para complicar las cosas, ZYG está en el radar de los intereses de Estados Unidos y se aleja de la justicia mexicana.
Lo sucedido recuerda el mito de Acteón, que relata el avatar del cazador cazado. Los panistas, que han hecho del video un medio para atacar a sus adversarios políticos, ahora son exhibidos con otro video. Así se ven estos panistas, cual cazadores transformados en atemorizados ciervos, convertidos en pieza de caza.