viernes, 3 de febrero de 2012

¿Michoacanazo II?






No puedo hablar de lo sucedido en los debates que organizó el PAN entre sus candidatos pues no los vi. Nada más estoy informado de lo que ha salido en la prensa. La opinión generalizada se muestra decepcionada por el espectáculo ofrecido. Y no es que se trate de un asunto de interés muy popular. Se trata de eventos que debieron conmover a quienes siguen el curso de la política nacional. Lo que se dice de este singular intercambio es que no representaron un debate con ideas atractivas, que lo atoró el interés del presidente Calderón por imponerse. O sea que el debate estaba intervenido desde Los Pinos.



Lo que se diga no atina a la nuez de un debate, la personalidad de los debatientes. Es muy difícil armar un debate cuyos animadores son una beata, un fatuo y un sociópata (Vázquez Mota, Creel y Cordero) Un trío de espanto para la elocuencia: la que implora a Dios su viudez, el que engola su verbo a falta de razones y el chaparrito antisocial que amenaza con más sopa de macroeconomía. Es imposible. Lo que aclara el debate es la pérdida de sustancia en Acción Nacional, incluso del activo que se han jactado poseer: la decencia. Pero todo eso se acabó con Fox. De ahí en adelante la vulgaridad, la impostura y el maquillaje son las constantes del partido de la derecha.



Ya veremos la noche del 5 de febrero, si es efectiva la operación, el manotazo, la orden: No se hagan bolas, el bueno es Felipe Cordero.



En este momento, para no perder más el tiempo en el seudodebate, lo que está para conmocionar es el reforzamiento del operativo militar en Michoacán. Leo en la página cinco de La Jornada: “Llegan 4 mil militares a Michoacán para reforzar el combate al crimen” “Uno de los objetivos del Ejército es detener a miembros de Los caballeros templarios” Ya suman 10 mil soldados de comisión en Michoacán. Una vez más es evidente la ausencia de la Procuraduría General de la República, de la SIEDO en específico. Bueno, es que tiene otras ocupaciones, perseguir a los priístas.



Esta avalancha militar no canta mal las rancheras. Téngase presente que en este mes toma posesión Fausto Vallejo como gobernador constitucional de Michoacán. Acaso se le prepara un comité de recepción verde olivo, de mantenerlo encorsetado por la milicia o de plano que no llegue a tomar posesión del cargo que ganó en las urnas. Las fuerzas políticas de oposición, los medios y la sociedad en general deberán estar muy atentos. Ya sabemos cómo se las gasta Calderón y créanme que no es contrario a su naturaleza fraguar otro michoacanazo. Lo escrito aquí, más que una exageración, es el seguimiento previo del patrón conductual autoritario que le caracteriza al Presidente.




martes, 31 de enero de 2012

"Bazucazos" electorales





El proceso electoral consta de cuatro etapas: preparación, jornada comicial, presentación de resultados y dictamen con todo y declaración de validez. Estamos todavía en la preparación, larga etapa en la que todo puede pasar.



Desde Los Pinos existe la convicción, el ansia fuerte y loca, de evitar el triunfo del Partido Revolucionario Institucional o del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, según se dé el resultado. La alternancia no se ve en el horizonte de lo que desea Felipe Calderón. No, él quiere institucionalizar una nueva era de glaciación de color azul. Para tal propósito, contaminar el proceso electoral con expedientes judiciales es una acción muy a modo pues en sí no representa violación de la legislación electoral. Se dirá que sólo se busca perseguir el delito.



Pero primero va el uno y luego va el dos. Esto es, en una primera etapa de lo que se trataría es descarrilar la locomotora priísta, la candidatura de Enrique Peña Nieto. Reactivar o abrir indagatorias, tengamos presente que ya empezó con uno de sus correligionarios –Vicente Fox- y no es que a Calderón le apure el enriquecimiento inexplicable del ex presidente. Nada de eso. Lo que inquieta del guanajuatense son sus dotes de profeta y a quien quiera oírlo le ha expresado que el próximo presidente de México será el ya citado Peña Nieto.



 El caso es que la Procuraduría General de la República, con una actuación gris respecto a una de sus principales encomiendas, como lo es combatir el crimen organizado, donde ha tenido un bajo perfil, jala para sí todos los reflectores como brazo de la persecución política del gobierno federal. Ya empezó incautando el trasiego de millones de pesos del gobierno priísta de Veracruz el viernes pasado. Ayer lunes 30 de enero lanzó otro “bazucazo” a tres ex gobernadores priístas de Tamaulipas. Pero de qué se trata esta enjundia persecutoria. Se busca detener el regreso del PRI, de acabar antes de las elecciones con las aspiraciones del mexiquense. Si eso se logra antes de que inicien las campañas a fines de marzo, entonces vendrá el dos.



Liquidado el priísta viene la siguiente operación: detener a López Obrador con la reactivación de la campaña negra y la emisión de “bazucazos” procedentes del presupuesto federal para disuadir el voto a favor del tabasqueño. Neutralizada la oposición desde Los Pinos se considera que hasta con un candidato que es antítesis del carisma y además pendenciero, el PAN tiene asegurada por un nuevo sexenio la presidencia de la república. Eso es lo que creen.



Pero yo creo y espero que la ciudadanía castigue a Acción Nacional en las elecciones federales de julio próximo, de manera clara y contundente, relegándolo al tercer lugar. Quien ha sembrado la discordia entre los mexicanos no merece un refrendo de otros seis años. La oposición, por su parte, no se puede confiar ante un presidente faccioso y marrullero, mentiroso y que nos ofende con su cínica sonrisa. Quien además acomoda la versión de los hechos sin conceder nada a los adversarios. Sólo su “verdad”. El otro día en Davos, justo cuando hizo la recomendación a los europeos de utilizar la bazuca, Calderón recordó elogiosamente un episodio que ocurrió en tiempos de Bill Clinton, el salvamento financiero de la economía mexicana que entró en crisis con Ernesto Zedillo. No dijo que eso sucedió en tiempos donde el PRI era gobierno, ni tampoco informó sobre los costos del salvamento en materia de soberanía. En fin, hay que considerar que una verdad a medias termina por ser una mentira completa. No sé si alguien lo dijo ya pero suena bien.

  


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