sábado, 27 de abril de 2013

Justo y eficaz


Los acuerdos a su límite, la embestida opositora y la reacción a las reformas así lo quieren. Esperan de Enrique Peña Nieto el obsequio de un acto represivo para inmediatamente gritar ¡Presidente represor!

Pieza en dos actos:

El escándalo veracruzano: se exhiben videos que encuadran el potencial (no son hechos consumados) uso electoral de los subsidios proveídos por la política social. El compromiso del blindaje electoral para que los subsidios no distorsionen las elecciones locales del 2013 no resulta satisfactorio, sectores de la oposición exigen la cabeza de Rosario Robles, titular de Sedesol. Para fines prácticos eso se llama condicionar el Pacto por México, por decirlo amablemente. Y eso que no se abunda en un blindaje más general y pertinente: aislar la aplicación de subsidios del monstruo voraz de la corrupción. Sí, esa perversión que maldijo los subsidios durante sendas administraciones panistas, la de Fox y la de Calderón.

La explosión guerrerense: esta parte o acto es más complejo pues se le van agregando contenidos no comprobados a los contenidos de origen. Se revuelven las aguas del río pues.

En el origen, la causa inmediata de la movilización del magisterio agrupado en la Coordinadora de Trabajadores de la Educación de Guerrero está la reforma educativa (fase constitucional) que impacta los arreglos, usos y costumbres, bajo los cuales se daba el intercambio de apoyo político por la laxitud de los servicios de la educación pública. Créanme que de eso sabe algo el actual gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero.

En el origen remoto hay una historia de desigualdad fincada sobre la injusticia y la represión. Aquí me remito, para no exceder y mal esta entrega, a Guerra en el Paraíso de Carlos Montemayor, también a la trama cinematográfica El Violín de Francisco Vargas.

No obstante estos antecedentes estructurados en la sociedad guerrerense, durante esta semana que concluye, opinadores y merolicos de algunos medios claman por la represión oficial aduciendo que la movilización de los profesores y adherentes es patrocinada por el narcotráfico y/o impulsada por la guerrilla. Estos dichos, hasta ahora dichos son, se han esparcidos sin preocuparse por verificar lo que se afirma. Sería muy saludable de parte de quienes sueltan la especie que primero documentaran eso de la intervención del narco y la guerrilla. Le ayudarían mucho a las autoridades si lo hicieran.

Pero en el terreno de los dichos el que se voló la barda fue el gobernador mencionado, él justifica su ineptitud al afirmar que un movimiento de esta naturaleza, el de la CTEG, está siendo financiado, por ese hecho se explica tanto alboroto. Caray gobernador, por favor complete la información, diga quiénes y haga la denuncia respectiva. Póngale nombre y apellido a la mano negra. De no ser así, incurre en una irresponsabilidad de consecuencias funestas.

Así están las cosas. Los acuerdos se cimbran. Las reformas se encarecen. Los cinco ejes del gobierno parecen líneas en fuga. La determinación de converger los propósitos obliga y tiene un nombre: justicia. Demostrar que la pretendida eficacia es guiada por la justicia. El momento de convencer por lo que la mayoría de la sociedad mexicana demanda: saciar la sed de justicia, la cual erróneamente algunas veces se busca alcanzar por propia mano.

Detener la embestida que quiere escribir la página del Presidente represor o, con toda la legitimidad a disposición, hacer de la transformación de México una historia de justicia.

Buen mensaje se ría que antes de iniciar el sexto mes de gobierno, Enrique Peña Nieto develara los resultados convincentes de las investigaciones de los sucesos vandálicos del primero de diciembre, cuando su toma de posesión, así como de la explosión en la torre B de Pemex del 31 de enero de este año. Claro se puede tratar de secretos de Estado, los cuales desgraciadamente con el tiempo corroen la legitimidad.

jueves, 25 de abril de 2013

Rabia, resentimiento, rencor


Difícil les resulta a los medios narrar el conflicto. Los acontecimientos violentos ocurridos el miércoles 24 de abril en la ciudad de Chilpancingo se ven como más de dos horas de impunidad, como si fueran nada las décadas de impunidad de personajes y grupos poderosos. La tarea de especular un complot también resulta tentadora. El maridaje entre periodistas y académicos se acopla invocando a San Max Weber. Se ve irracionalidad, lo es. Pero se ciegan ante los sentimientos que pulsan los actos vandálicos: rabia, resentimiento y rencor. Sentimientos que no son causados por la reforma educativa, como parece, en realidad son el acumulado por generaciones marcadas por la desigualdad y la injusticia. Su explosión secular de cada primer cuarto de siglo en la que el hijo se enlaza al padre, al abuelo, al bisabuelo y por las generaciones que se quiera, sintiendo la misma rabia y rencor que hacen la violencia puntual, recurrente en su ciclo explosivo.

Es exagerado decir que la disidencia magisterial sólo quiere preservar sus “privilegios” ¿Se les puede llamar privilegiados? En relación a quiénes, en todo caso. Lo que se aprecia en la gráfica de la prensa es el resentimiento social de profesores que tradicionalmente han sido utilizados de apoyo político por los gobernantes, Ángel Aguirre Rivero no es la excepción, a sabiendas de que se afecta la calidad de la educativa. Está bien que se quieran cambiar las reglas, hay que hacerlo en consulta y convencimiento. El desastre no se condensa en los maestros sino en el funcionamiento del sistema político que no ha evolucionado lo suficiente a pesar de las sucesivas reformas políticas. Tampoco han funcionado las reformas a la educación, la creación en el pasado de instituciones como la Universidad Pedagógica Nacional daría a suponer un aparato a favor de la profesionalización de los profesores, los hechos no parecen validarlo. Y qué decir de la descentralización educativa.

No hagamos de la condena, del linchamiento un deporte nacional, eso produce más encono. No, si de lo que se trata es de mejorar la educación pública por qué no preguntar a los docentes primero, que expongan su visión de la educación con calidad y luego entonces aprendan a distinguirla de la situación laboral, pues en este enredo es en el que se aferra la protesta de los normalistas. Todavía mejor, poder distinguir y separar el proceso de los servicios de educación de los procesos políticos.

La ira de la CTEG se ensañó contra las edificaciones sede de los partidos y esta destrucción no tiene que repetirse. Los partidos, sus dirigentes, tienen que reconstruir su relación con la sociedad antes que apoltronarse en los apoyos fiscales, “canonjías y prebendas” recibidos a cambio de mantener las apariencias de una normalidad democrática.

 

martes, 23 de abril de 2013

¿Soberbia?


A más de uno, a muchísimos, sorprendió el espaldarazo de Enrique Peña Nieto para defender a su encargada en Sedesol del ataque a la cabeza que le propinó el Partido Acción Nacional. La ofensiva blanquiazul se hizo pública el miércoles y para el viernes Peña Nieto apapachaba a Rosario Robles durante el acto inaugural de la Cruzada contra el hambre. El caso es, eh aquí lo insólito, no tanto el espaldarazo en sí sino que el presidente Peña Nieto presentó un perfil desconocido para la mayoría y que bien podría tener guardado, eso no lo sé. Si de algo se ha cuidado el Presidente es de no incurrir o parecer soberbio y esa fue la cara que mostró. Entendamos por soberbia su segunda acepción: “Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.” (RAE)

Aparentemente, la actuación presidencial en el evento mencionado fue un arrebato de soberbia. El fondo de alharaca de los denunciantes y el impresionismo con el que frecuentemente difunden la disputa política los medios refuerza la apariencia. Hasta ahora, Peña Nieto ha demostrado que no es lo suyo el desplante pueril. En este contraste, un vacío de información limita el análisis, se ha pasado de la colaboración al enfrentamiento como para vislumbrar el agotamiento del Pacto por México, debilitado de inicio por el endeble liderazgo al interior de las fuerzas opositoras que signan el mismo.

Por qué modificó su perfil, a un alto costo según Ricardo Raphael, cuando se tenía al menos la salida de no atizar el encono. Qué valoró o qué información estaba al alcance del Presidente. Tal vez, la defensa de su colaboradora, en el tono de soberbia fue obligada como vacuna. Prevenir la disposición al chantaje forzado por panistas y perredistas que no han aprobado la conducción de sus dirigentes nacionales. La exhibición que ha hecho la autoridad de los infames manejos en la procuración de justicia durante el pasado sexenio, los intereses relacionados al menú de reformas, de todo un poco (Los hermanos Monreal, la toma de la autopista del Sol, la toma de instalaciones en la UNAM, explosiones no aclaradas, etc.)

El resultado es la elevación de las apuestas por parte de las fuerzas políticas, lo suficiente como para detener la presentación de la iniciativa de reforma financiera que se daría el día de hoy en Palacio Nacional ante el desaire público del PAN y el PRD. El Ejecutivo ha pospuesto el evento y se dispone al diálogo. Supongo que en estos días los integrantes del Pacto por México enseñarán sus cartas para después decidir la continuación o conclusión del mismo.

Entonces se verá hasta dónde el propósito reformador puede ser detenido por el chantaje.

domingo, 21 de abril de 2013

Ostracismo


Para reír o llorar, el escándalo promovido por el Partido Acción Nacional a través de su denuncia acerca del uso electoral de algunos programas de subsidio aplicados por la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal. Pues no sólo es uso de los gobernantes priístas, también lo es de los panistas y de los perredistas. Se trata de modos corruptos frente a los cuales la ley no ha podido inhibir su práctica debido a que la penalización es barata.

Lo que no informa esta enésima denuncia es cómo se obtuvo el video y el audio, un poco de claridad ayudaría a exhibir por completo estas prácticas indebidas de inducción del voto. No lo dicen porque detrás bien podría estar Miguel Ángel Yunes, quien el sexenio pasado algo sabía de cómo bajar recursos federales con fines electoreros como dirigente estatal del PAN en Veracruz. Y de nada les sirvió a los panistas esa indebida ventaja ante la fortaleza del voto libre y secreto.

La respuesta del gobierno, a través de Rosario Robles, también es limitada: el cese de funcionarios que están en la parte baja del escalafón de los empleados de confianza no dice mucho o pone en entredicho. Esto es, no se sabe si esos servidores provienen de la administración pasada (potenciales interesados en difundir el acto delictivo) y, por sí mismo, el hecho habla de la falta de control del delegado federal sobre sus subordinados, en el mejor de los casos. Con delegados así no se va a ninguna parte, pues esencialmente el cargo de las delegaciones, desde que se fundaron en tiempos de José López Portillo, han tenido una función de operación política en menoscabo del servicio público al que están obligadas cumplir. Vicente Fox, que fue gobernador, las padeció y como presidente, las utilizó.

Si realmente los políticos abominan de estas prácticas, los legisladores de todos los partidos tienen la oportunidad de perfeccionar la propuesta de ley anticorrupción de Enrique Peña Nieto y la Comisión Nacional Anticorrupción que se propone, afinar una legislación particularmente punitiva de los altos funcionarios. Que no salga barato incurrir el delitos electorales. La pérdida de derechos políticos sería una medida radical con posibilidades efectivas de inhibir lo que airadamente se denuncia. Cortar de tajo carreras políticas sería de temer, con el beneficio de presionar la renovación constante de la clase política.

Por lo demás, la indignación de Gustavo Madero y Jesús Zambrano habrá que considerarlas como una lección de hipocresía.
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