viernes, 6 de septiembre de 2019

Religiosidad en el estilo de gobernar


“En su universo, los mendigos son príncipes, los mudos, sabios. Dotados de fuerza, los vagabundos recorren la tierra, la vuelven cálida y la transforman. Esto, justamente esto, es el jasidismo: poner el acento en la presencia y, también, en el cambio. En el jasidismo todo es posible, todo llega a ser posible por la presencia de un solo hombre que sabe escuchar, amar y entregarse. En esto consiste la leyenda jasídica, en intentar humanizar el destino.”
Elie Wiesel

Cuando se difunde tanta información falsa. Cuando se dan coyunturas tan inextricables -para mí, aclaro- como el relevo de mandos en ambas cámaras del poder legislativo es difícil abordar un tema, un problema ¿Y ahora de qué escribo? Siempre hay una salida o excusa, da igual. Las noticias se hacen enfadosas. Si no fuera por los libros no tendría pretexto para escribir. Y de lo que escribiré a continuación no será del gusto de agnósticos, ateos o de librepensadores, tampoco de creyentes doctrinarios. La veta religiosa aparecerá aquí para abrir una perspectiva de comprensión que se distinga del análisis cargado de odio, de insidia. Espero que así se entienda.

Si algo ha quedado a ojos vista es la mutación en el ejercicio del poder que se expresa en una paradoja: se retoma el Palacio Nacional como símbolo de la autoridad presidencial y se fumigan los modos de la política palaciega. Un palacio sin cortesanos. Es un modelo que se exige el presidente Andrés Manuel y les exige a sus colaboradores. Es su praxis política.

El elemento que destaco, eso pretendo, es la religiosidad del gobernante. No es en el sentido doctrinario de un culto, tampoco eclesial. Eso lo pondría en colisión con el Estado laico. Religiosidad como forma de ser, de relacionarse, de ponerse al servicio de los demás anteponiendo valores a través de fraseos coloquiales: “pórtense bien”, “no soy un ambicioso vulgar”. Alto contraste con la era tecnocrática. López Obrador hace de la historia de México su religión, la maestra que a través del pasado nos despeja el futuro. 

El otro componente de su religiosidad, que es sin oraciones, ni templos ni vanguardias, es ese afán de recorrer el país (otros presidentes ya lo habían hecho) Pero al presidente le viene ese afán antes de ostentar el cargo. Ha recorrido el país y de ahí una de las claves de su rotundo triunfo en las urnas en el 2018. Es más, así conquistó el poder antes de ganar las elecciones. Mayoritariamente la sociedad lo había adoptado como su guía. Una Larga Marcha, que a diferencia de la Mao Tse Tung (1893-1976), no fue una hazaña militar.

Pablo de Tarso (inicios de la era cristiana) tal vez sea una mejor comparación, su itinerancia para visitar a las originarias comunidades cristianas, de Jerusalén a Roma, con el arma de la palabra hecha epístola. De Tijuana a Chetumal, la palabra se hace en las “mañaneras” y en las asambleas populares. Suena ocurrente, lo parece. Aquí pongo unas citas para sustanciar la ocurrencia, tomadas del trabajo de Günther Bornkamm:


“Lejos de presentar las ideas filosóficas, morales o religiosas, en deducciones que llenen largos párrafos y en discusiones de carácter especulativo, evita a conciencia el lenguaje técnico y elevado, y se mueve a un nivel dialogal lleno de vida, con frases cortas e incisivas; presenta objeciones que responden al punto de vista de un adversario imaginario, hace intervenir al oyente o al lector como si fuesen interlocutores y, como quien dice, no les pierde ni un momento de vista”“lo único verdaderamente importante para él era la misión que había recibido y no su propia persona.”

“No hemos hablado todavía aquí de una determinación de la asamblea, acerca de la cual los Hechos guarda silencio, pero que Pablo menciona al final de su informe: ‘sólo que nosotros debíamos pensar en los pobres, cosa que he procurado cumplir con esmero’”.

“para él la parte esté siempre en función del todo y que, sin embargo, al mismo tiempo no se crea en el derecho de perder de vista lo singular por razón del conjunto. Ambas cosas están para él mutuamente implicadas…Al apóstol le incumbe aquí la tarea de poner fin a la disputa surgida entre dos grupos rivales que se criticaban o se menospreciaban unos a otros por razón de sus respectivas actitudes con respecto a determinadas prescripciones dietéticas, y a exhortarles a la reconciliación.”

“el inmenso trabajo que Pablo tuvo que llevar a cabo en la floreciente comunidad efesina, y también el enorme influjo que debió ejercer en los alrededores de la ciudad y en sus demás comunidades. Esto lo confirman las cartas que escribió desde Efeso, en las cuales hace frente a sus problemas y a sus desviaciones, dando fuerzas, infundiendo ánimo y enseñando, pero también amonestando y atacando.”

“Pablo no luchó en solitario. Precisamente las cartas, que escribió desde Efeso o en las que alude a Efeso muestran que le apoya un aguerrido ejército de colaboradores.”

Pidiendo disculpas por el exceso de citas, solo por eso. Jamás está en mi intención convertir al lector hacia determinada creencia. El interés está en destacar semejanzas en la forma de relacionarse para alcanzar fines. Así poder entender que el movimiento de AMLO tiene altas probabilidades de no ser pasajero, a pesar de MORENA.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Discurso sobre el informe


El primero de septiembre escuchamos un discurso referido al estado que guarda la administración pública de turno. Hace tiempo que los desacuerdos cerraron las puertas del Congreso para que el presidente de la república se hiciera presente en el inicio de trabajos de la legislatura de ocasión y diera lectura al informe presidencial. Acabar con el día del presidente se hizo consigna. Nadie proporcionó idea sobre qué hacer ante este vacío simbólico y sistémico. Total, la resolución de un cuadro novedoso no tiene consenso. Así, sin sorpresas, debido a que se dieron informes (discursos) previos, el espacio para torcer lo dicho quedó restringido. Además, entre semana el titular del Ejecutivo da conferencias de prensa y los fines de semana realiza asambleas populares para informar a sus conciudadanos.


Hay que tomar en cuenta que en esta alusión al primer informe de gobierno se habla desde una estructura programática del sexenio de Peña Nieto y no quedó suficientemente modificada. Hasta dentro de un año veremos el empaque de la 4T sin residuos.

Está el rubro agropecuario, por ejemplo, del que se hicieron varias referencias, pero solo en el año 2020 se verán indicios, efectos, de la actual orientación de la política al campo. Lo mismo habrá qué decir de la política social con relación a su efecto de contener y disminuir la delincuencia y la violencia. López Obrador acepta que no tiene que presumir mucho en materia de inseguridad, a parte de la creación de la Guardia Nacional. La delincuencia sigue y sigue, sin detener sus acciones sangrientas. De lo que sí se puede estar seguro es de que las acciones sangrientas no provienen del Estado. Las razias se acabaron y, en consecuencia, sus daños colaterales se extinguieron. De lamentable memoria lo sucedido en el Tecnológico de Monterrey el 19 de marzo de 2010.

La economía estancada es una adversidad frontal a los mejores deseos de la 4T. Los signos de las finanzas públicas sanas evitaron un cuadro desastroso. Desatorar el gasto público y acuerdos puntuales con empresas y empresarios quizás puedan detener la caída para el cuarto trimestre de este año. Pudo ser peor, se supo vadear la guerra de aranceles esgrimida por el gobierno de Donald Trump. Un punto a favor.

El “elefante reumático” no fue invitado al evento, su ausencia comentada en las crónicas del día después. La administración pública federal, la Función Pública para mayor especificidad, que está a la caza de las desviaciones tiene que dar un paso adelante. No solo se trata de evitar la corrupción, sino de poner en modo transformador a la burocracia. Inercias y rezongos gremiales postran al elefante ¿Habrá un programa especial para activar a la burocracia en su conjunto? El esquema de capacitaciones, auditorías y sanciones es rutina del pasado de simulación previsible. Falta por encontrar la fórmula para convertir a los servidores públicos en actores de la cuarta transformación.

Con avances, deficiencias y omisiones discursivas, el presidente López Obrador mantiene la llama de la esperanza en su gobierno. Por qué le cae bien a la mayoría de la gente, porque ha sabido situarla como su interlocutor. Los que no se sienten colocados en esa condición y además se han consumado en odiadores del presidente, el primero de septiembre fue un gancho al hígado.

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