Se afirma que el Presupuesto de
Egresos de la Federación ha sido cortado a machetazos. Se pasa de lado que los
machetazos comenzaron por lo menos desde 1983. Fueron machetazos para reducir
las capacidades del Estado, el Estado obeso era necesario adelgazarlo, decían,
para abrir paso a la pujanza de la iniciativa privada que, por cierto, no
estaba mal asistida. Los machetazos neoliberales no resolvieron los pendientes
de la desigualdad económica, ni fueron remedio para acabar con la corrupción
como se supuso, puesto que el mal aludido procedía de las largas uñas de los
políticos. ¡Sorpresa! Se adelgazó al Estado o este tuvo nuevos beneficiarios y
los políticos, como la yunta, seguían andando en sus andadas. Para eso se creo
toda una cadena de organismos autónomos en función de vigilar los excesos del
Ejecutivo ¿Vigilaron? Lo más grave de la reducción de capacidades del Estado ha
sido la explosión y expansión de la inseguridad. El indicio fue la proliferación
de rejas y plumas que cancelaron el libre acceso por miles de calles. Era la
inseguridad y de alguna forma había que protegerse. Siguió la proliferación de
empresas privadas de seguridad. Se fueron sumando expresiones más duras de la
inseguridad, el trasiego de droga procedente del Sur (Colombia) y el
contrabando de armas. El secuestro, la extorsión y el serial de asesinatos. Se
le estaba dando en la madre al Ogro filantrópico. Se deshizo, por ejemplo, una empresa del
Estado productora e importadora de papel para no tener sometida a la prensa por
el monopolio sobre ese insumo, todavía no se descubrían los prodigios de la publicidad
gubernamental.
Todo esto lo menciono por las
actuales exigencias que se hacen al Estado con el afán de cumplir la justicia
social, exigencias que no dan en el fondo del asunto. Uno es el caso de los
apoyos a las estancias infantiles, se reprocha el abandono de esas estancias
por no ser receptoras inmediatas del subsidio otorgado por el gobierno. Siendo
una obligación del Estado la atención temprana de niños que todavía no alcanzan la edad para ingresar a prescolar, yo le reprocharía al Estado la disminución
del impulso y de expansión del sistema normado por la SEP de los Centros de
Desarrollo Infantil. Esto es, no atender la creación de CNDI’s y optar por un
paliativo como las estancias; otro asunto que ha mortificado a las buenas
conciencias fue la intentona de retirar los apoyos a los refugios para mamás e
hijos víctimas de la violencia intrafamiliar. Pues qué no el Estado, a través
de un organismo como el DIF debería contar con la infraestructura y los apoyos
para hogares rotos por ese tipo de violencia. La subrogación no quita de
responsabilidades al Estado. Estos son dos temas que ponen sobre la superficie
los efectos de un Estado que ha venido reduciendo sus capacidades. Está bien
que se le exija al Estado, pero poco podrá responder como Estado debilitado.
Sería oportuno contar con un
ejemplo macro sobre la disminución de las capacidades del Estado. En sus
inicios, la política de desmantelamiento lógicamente quedó justificada, ahora
hay que hacerse cargo de las consecuencias no deseadas. El mea culpa de los tecnócratas no ha sido escrito, tampoco articulado
de viva voz. Desconozco de la existencia de una investigación sobre las
modificaciones constitucionales en materia agraria hechas en el sexenio de
Carlos Salinas, con relación a sus efectos nocivos sobre la seguridad en el
campo y la protección de los recursos naturales. Con el desbarajuste, ahora se avanza en la formación de
instituciones como la Guardia Nacional como una medida extrema y son legítimas
las expresiones de temor. Remediar está lejos de parecerse a una canasta de
dulces mexicanos. Se quiere acabar con el dispendio de obras truncas y onerosas
como la termoeléctrica en Huezca, Morelos, y se atraviesa un horrendo asesinato
de un opositor al proyecto, el activista Samir Flores. Independientemente del
resultado de la consulta del 23 y 24 de febrero para reencauzar el proyecto de
la termoeléctrica, el esclarecimiento del crimen no puede dilatarse. Los
disparos letales recayeron en una persona, quien los activo también le disparó
al proyecto de la CFE. Como las balas de Mario Aburto impactadas sobre el
cuerpo de Luis Donaldo Colosio, lesionaron y baldaron de por vida a la clase
política priísta.
El temor al autoritarismo hay que
separarlo de la obligada recuperación de las capacidades del Estado.