lunes, 25 de febrero de 2019

Capacidades del Estado

Se afirma que el Presupuesto de Egresos de la Federación ha sido cortado a machetazos. Se pasa de lado que los machetazos comenzaron por lo menos desde 1983. Fueron machetazos para reducir las capacidades del Estado, el Estado obeso era necesario adelgazarlo, decían, para abrir paso a la pujanza de la iniciativa privada que, por cierto, no estaba mal asistida. Los machetazos neoliberales no resolvieron los pendientes de la desigualdad económica, ni fueron remedio para acabar con la corrupción como se supuso, puesto que el mal aludido procedía de las largas uñas de los políticos. ¡Sorpresa! Se adelgazó al Estado o este tuvo nuevos beneficiarios y los políticos, como la yunta, seguían andando en sus andadas. Para eso se creo toda una cadena de organismos autónomos en función de vigilar los excesos del Ejecutivo ¿Vigilaron? Lo más grave de la reducción de capacidades del Estado ha sido la explosión y expansión de la inseguridad. El indicio fue la proliferación de rejas y plumas que cancelaron el libre acceso por miles de calles. Era la inseguridad y de alguna forma había que protegerse. Siguió la proliferación de empresas privadas de seguridad. Se fueron sumando expresiones más duras de la inseguridad, el trasiego de droga procedente del Sur (Colombia) y el contrabando de armas. El secuestro, la extorsión y el serial de asesinatos. Se le estaba dando en la madre al Ogro filantrópico. Se deshizo, por ejemplo, una empresa del Estado productora e importadora de papel para no tener sometida a la prensa por el monopolio sobre ese insumo, todavía no se descubrían los prodigios de la publicidad gubernamental.


Todo esto lo menciono por las actuales exigencias que se hacen al Estado con el afán de cumplir la justicia social, exigencias que no dan en el fondo del asunto. Uno es el caso de los apoyos a las estancias infantiles, se reprocha el abandono de esas estancias por no ser receptoras inmediatas del subsidio otorgado por el gobierno. Siendo una obligación del Estado la atención temprana de niños que todavía no alcanzan la edad para ingresar a prescolar, yo le reprocharía al Estado la disminución del impulso y de expansión del sistema normado por la SEP de los Centros de Desarrollo Infantil. Esto es, no atender la creación de CNDI’s y optar por un paliativo como las estancias; otro asunto que ha mortificado a las buenas conciencias fue la intentona de retirar los apoyos a los refugios para mamás e hijos víctimas de la violencia intrafamiliar. Pues qué no el Estado, a través de un organismo como el DIF debería contar con la infraestructura y los apoyos para hogares rotos por ese tipo de violencia. La subrogación no quita de responsabilidades al Estado. Estos son dos temas que ponen sobre la superficie los efectos de un Estado que ha venido reduciendo sus capacidades. Está bien que se le exija al Estado, pero poco podrá responder como Estado debilitado.

Sería oportuno contar con un ejemplo macro sobre la disminución de las capacidades del Estado. En sus inicios, la política de desmantelamiento lógicamente quedó justificada, ahora hay que hacerse cargo de las consecuencias no deseadas. El mea culpa de los tecnócratas no ha sido escrito, tampoco articulado de viva voz. Desconozco de la existencia de una investigación sobre las modificaciones constitucionales en materia agraria hechas en el sexenio de Carlos Salinas, con relación a sus efectos nocivos sobre la seguridad en el campo y la protección de los recursos naturales. Con el desbarajuste, ahora se avanza en la formación de instituciones como la Guardia Nacional como una medida extrema y son legítimas las expresiones de temor. Remediar está lejos de parecerse a una canasta de dulces mexicanos. Se quiere acabar con el dispendio de obras truncas y onerosas como la termoeléctrica en Huezca, Morelos, y se atraviesa un horrendo asesinato de un opositor al proyecto, el activista Samir Flores. Independientemente del resultado de la consulta del 23 y 24 de febrero para reencauzar el proyecto de la termoeléctrica, el esclarecimiento del crimen no puede dilatarse. Los disparos letales recayeron en una persona, quien los activo también le disparó al proyecto de la CFE. Como las balas de Mario Aburto impactadas sobre el cuerpo de Luis Donaldo Colosio, lesionaron y baldaron de por vida a la clase política priísta.


El temor al autoritarismo hay que separarlo de la obligada recuperación de las capacidades del Estado.
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