sábado, 26 de febrero de 2011

Rendir cuentas ... al Imperio


El próximo jueves tres de marzo, el presidente Felipe Calderón comparecerá ante el presidente de la todavía primera potencia del mundo, Barack Obama (Algo que no hace Calderón a plenitud frente al Congreso de la Unión) Esto sucederá en la capital norteamericana.


La promoción de esta reunión fue disparada por el artero asesinato de un agente estadounidense en el estado de San Luis Potosí, México. Crimen del cual no se ha esclarecido el móvil, aunque el Ejército mexicano haya detenido al presunto culpable y su banda. Como todo lo que sucede en el gobierno de Calderón, tal vez nunca sabremos la verdad de histórica de criminal suceso.


Lo cierto es que la relación entre México y Estados Unidos si bien es cordial entre los gobernantes, sobre todo del lado mexicano, ésta ha sufrido el deterioro que padecen las instituciones mexicanas desde que sus máximos representantes decidieron asimilarse al “consenso de Washington”. La paulatina e inexorable subordinación de México a los Estados Unidos. Se ha cumplido designios de sometimiento y el resultado es ya un problema entre los dos países por la explosiva violencia que se vive al sur del Río Bravo.


El tema no sólo será el asesinato de un agente del servicio de inmigración de los Estados Unidos y la violencia del crimen organizado. Como es costumbre en las escuálidas y formales comunicaciones diplomáticas que se quedan a conocer. De inmediato no sabremos el contenido de la agenda real y, sobre todo, lo que allá se diga. Nos atendremos a futura filtración.


Lo que se puede sospechar, a falta de información, es la preocupación creciente en el Imperio por las decrecientes capacidades del gobierno mexicano, que teniendo tantos recursos no ha logrado la legitimidad que le allane la operación política y administrativa, como para prestigiarlo a los ojos de sus gobernados.


Aunque no se ha expuesto abiertamente, los Estado Unidos entraron en alarma mayor cuando el 11 de febrero el presidente municipal de Ensenada, Baja California, clausuró una empresa generadora de energía a base de gas. Empresa cuya producción suministra de energía al sur de California.(http://tonalpohuallirodmigster.blogspot.com/2011/02/autoritarismo-sin-freno.html)

La reacción del gobierno mexicano fue desproporcionada y de inmediato mando al Ejército a reabrir la planta. Es sabido que los Estados Unidos son celosos de sus intereses, como conocida es la disposición del actual partido en el poder, Acción Nacional, y su líder real de no molestar ni con el pétalo de una rosa a los vecinos el Norte. Tan grande es su sometimiento que el jueves pasado en San Lázaro los diputados del PAN bloquearon un punto de acuerdo en el que se le hacía un llamado a Calderón para que retire al Ejército de la cuestionada empresa.


Pero lo que ya produce paranoia al gobierno de Obama es la especulación de sus agencias de inteligencia de una posible revuelta en contra Calderón. Prospectiva sugerida, sin lugar a dudas, por lo que ocurre en el Norte de África desde enero de 2011. Ése es el tema y la preocupación de los Estados Unidos. Por eso llaman a cuentas a Felipe Calderón, para que les informe sobre los planes de acción ante una eventual revuelta.

martes, 22 de febrero de 2011

Contenidos de guerra




Al gobierno le gustaría que la población en general paladeara las cifras que él cocina, los llamados datos duros que por definición se deben entender como inconmovibles. Al gobierno le gustaría que la gente no se deprimiera y saliera a comprar autos, casas y durables, pues con seis mil pesos al mes es suficiente. Pero la realidad no está hecha sólo de los datos duros de la macroeconomía seleccionados a modo, sino de los datos duros del ingreso de las familias.


Al gobierno le gustaría convencer a la ciudadanía de su cantaleta antipopulista de las finanzas públicas sanas que tanto han pontificado y de un día para otro, sin más, decretan subsidios antes aborrecidos. El discurso no es consistente, se acomoda a la coyuntura sin revisar públicamente los desaciertos. El gobierno quiere lo imposible, presumir sus logros. Pero sí puede electoreramente repartir dinero por decreto.


Si no se ven los logros se debe a varias causas, empezando por la falta de profesionalismo para ejercer el gasto público con eficiencia que impide la realización de logros. Se debe también a la propia prioridad de su guerra en contra del crimen organizado, eje de gobierno confidencialmente anticipado y confiado al ex embajador de los Estado Unidos en México, Tony Garza, por parte del mismo Felipe Calderón (WikiLeaks).


De una guerra que ahora se le quiere lucha pero no deja de mantener contenidos de guerra. La guerra está hecha de bajas –muertos- que día a día hay que contar por decenas, de derroche de recursos presupuestales para un objetivo que técnicamente es inalcanzable, de intervencionismo extranjero que aplaude y regaña, de violencia que tiene cierto parecido con la guerra cristera, de miedo y odio que envenenan los sentimientos de la nación, de proyectos de vida truncados, de eso se va llenando el barril sin fondo de la guerra. Sin lugar para la alegría, ésos contenidos son consustanciales a la guerra, constituyen su definición. La alegría, por su parte, es el gran ausente de esta guerra que en los hechos desacredita la publicidad triunfalista del gobierno, las arengas grandilocuentes que pregonan un México de fantasía que no es visible a los mexicanos de a pie.


Necios mexicanos que no ven el México de fantasía. No lo ven porque se les oculta la riqueza de las arcas públicas, su potencial para brindar desarrollo sin pobreza, cuya llave dispone el secretario de Hacienda y por órdenes de su jefe decide a quién dispensarla. Erario público con derecho de picaporte para los oficiales mayores de las secretarías. Es la alta burocracia la que está en condiciones de disfrutar el México de fantasía, para comprar ranchitos o departamentos cotizados en dólares. Como en toda guerra, también hay corrupción y le es ajena la transparencia.


Al gobierno le gustaría que la sociedad hiciera suya la guerra al crimen organizado como una saga de heroísmo y valentía, ahí donde la sociedad sólo se admira de la depravación en la que han caído las instituciones con la finalidad de conservar el poder para el grupo que tiene en sus manos la conducción del Estado ¿O, alguien ha visto una constante movilización de la sociedad para apoyar a Calderón y sus allegados?

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