La política exterior también es
política interior. Así se podría compendiar la visita de Andrés Manuel López
Obrador a Washington, D. C. y, por supuesto, su encuentro del 8 de julio de
2020 con Donald Trump. Reunión de trabajo entre los presidentes para remarcar el inicio del nuevo tratado comercial de la región de Norteamérica. Declaración
conjunta que incluye un pronunciamiento sobre la corrupción. Cena de gala ofrecida
por Trump a la cual se invitó como parte de la comitiva de AMLO a diez
empresarios mexicanos.
Qué nos dice el primer viaje de
AMLO como presidente de México al extranjero sobre el juego político doméstico,
el que se juega en la cancha mexicana. Ahí va este apunte al cual le marco una
perspectiva de observación: la estrategia de la tensión que todos los días se
ensaya para disminuir el capital político del gobierno obradorista (llámenle
golpe blando o reptante, guerra híbrida o de baja intensidad)
Si la campaña contra López
Obrador y su gobierno ha puesto entre sus mensajes una supuesta orientación en
contra de los empresarios y a favor del comunismo, el viaje demuestra la
falsedad del mensaje opositor. Mismo que se seguirá difundiendo, puesto que los
opositores se plantean una disputa por el poder, nunca por la verdad.
Adicionalmente, López Obrador puso en un foro exterior el tema de la corrupción
en México. Un tema que no es ideológico, sino conductual y ahora penal, propio de las élites
que gobernaron México en los últimos años.
Si la campaña contra el gobierno
se libra los medios, el modelo de la comunicación directa desde las fuentes
oficiales cumplió con las expectativas de información. El Sistema Público de
Radiodifusión se vio reforzado por el canciller Marcelo Ebrard, la embajadora
Martha Bárcena, el embajador de Estados Unidos Christopher Landau y, de manera
excepcional, la empresaria Patricia Armendáriz. El despliegue de los grandes medios
nacionales, sin exclusivas pactadas, no hicieron el espectáculo. Eso sí, en la
prensa se puede recoger esa modalidad periodística que le llamo oracular, que
nos habla de los que pasará el día de mañana, en fuga al futuro, casi siempre
en sentido catastrófico. Esto se puede relacionar, obviamente, con la reducción
de los gastos de la publicidad oficial, pero también con la estrategia de la
tensión en la que se coordinan los gobernadores de oposición, cuentan con
espacio para difundir su posición y nunca una descalificación desde los medios
tradicionales. Cómo pululan columnas que fungen como voceros de estos
gobernadores.
De importancia el impacto del
viaje presidencial. La lista de los diez empresarios, si bien no se puede
afirmar que están con todo al lado de la 4T, por lo menos están convencidos o
por pragmatismo, no le hacen pucheros a trabajar con el actual gobierno. Llaman
la atención las ausencias de José Antonio Fernández Carbajal (FEMSA), Daniel
Servitje Montull (Grupo Bimbo), Alejandro Ramírez (Cinépolis) y Claudio X. González
Laporte (Kimberly-Clark de México). La razón no solamente se debe a la
exclusión deliberada de las compañías de comida chatarra (ver la columna de
Enrique Galván Ochoa*) sino que de tiempo atrás estos empresarios han financiado
las campañas contra AMLO y en la actualidad no están de acuerdo con su
gobierno. Algunos han preferido adoptar un bajo perfil, ocupando la actuación
sin visibilidad, la del poder oculto en la estrategia de la tensión.
Como el Covid-19, la estrategia
de la tensión se mantendrá por tiempo indefinido. Sólo el voto masivo por la
transformación reducirá los daños provocados por la derecha.
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*“El presidente Andrés Manuel
López Obrador asistió a la cena que le ofreció el presidente Donald Trump en la
Casa Blanca acompañado por 100 mil millones de dólares. Es la fortuna conjunta
de sus invitados. Fueron seleccionados cuidadosamente. Los jefes de las
televisoras, para asegurar una buena cobertura. Pero no fueron convidados los
dueños de las compañías de comida chatarra, responsables en buena parte de la
vulnerabilidad de la población ante la pandemia. En el terreno puramente
diplomático, el trabajo del canciller Marcelo Ebrard y su equipo resultó
impecable. La oposición acusa a AMLO de ser chavista. Después de que el
megacapitalista Trump expresó que es el mejor Presidente que ha tenido México,
a ver qué le inventan.” Enrique Galván Ochoa, Dinero. La Jornada,
13-07-2020.