martes, 14 de julio de 2020

Para consumo interno

La política exterior también es política interior. Así se podría compendiar la visita de Andrés Manuel López Obrador a Washington, D. C. y, por supuesto, su encuentro del 8 de julio de 2020 con Donald Trump. Reunión de trabajo entre los presidentes para remarcar el inicio del nuevo tratado comercial de la región de Norteamérica. Declaración conjunta que incluye un pronunciamiento sobre la corrupción. Cena de gala ofrecida por Trump a la cual se invitó como parte de la comitiva de AMLO a diez empresarios mexicanos.

Qué nos dice el primer viaje de AMLO como presidente de México al extranjero sobre el juego político doméstico, el que se juega en la cancha mexicana. Ahí va este apunte al cual le marco una perspectiva de observación: la estrategia de la tensión que todos los días se ensaya para disminuir el capital político del gobierno obradorista (llámenle golpe blando o reptante, guerra híbrida o de baja intensidad)

Si la campaña contra López Obrador y su gobierno ha puesto entre sus mensajes una supuesta orientación en contra de los empresarios y a favor del comunismo, el viaje demuestra la falsedad del mensaje opositor. Mismo que se seguirá difundiendo, puesto que los opositores se plantean una disputa por el poder, nunca por la verdad. Adicionalmente, López Obrador puso en un foro exterior el tema de la corrupción en México. Un tema que no es ideológico, sino conductual y ahora penal, propio de las élites que gobernaron México en los últimos años.

Foto de Patricia Armendáriz, subida por ella a twitter.

Si la campaña contra el gobierno se libra los medios, el modelo de la comunicación directa desde las fuentes oficiales cumplió con las expectativas de información. El Sistema Público de Radiodifusión se vio reforzado por el canciller Marcelo Ebrard, la embajadora Martha Bárcena, el embajador de Estados Unidos Christopher Landau y, de manera excepcional, la empresaria Patricia Armendáriz. El despliegue de los grandes medios nacionales, sin exclusivas pactadas, no hicieron el espectáculo. Eso sí, en la prensa se puede recoger esa modalidad periodística que le llamo oracular, que nos habla de los que pasará el día de mañana, en fuga al futuro, casi siempre en sentido catastrófico. Esto se puede relacionar, obviamente, con la reducción de los gastos de la publicidad oficial, pero también con la estrategia de la tensión en la que se coordinan los gobernadores de oposición, cuentan con espacio para difundir su posición y nunca una descalificación desde los medios tradicionales. Cómo pululan columnas que fungen como voceros de estos gobernadores.

De importancia el impacto del viaje presidencial. La lista de los diez empresarios, si bien no se puede afirmar que están con todo al lado de la 4T, por lo menos están convencidos o por pragmatismo, no le hacen pucheros a trabajar con el actual gobierno. Llaman la atención las ausencias de José Antonio Fernández Carbajal (FEMSA), Daniel Servitje Montull (Grupo Bimbo), Alejandro Ramírez (Cinépolis) y Claudio X. González Laporte (Kimberly-Clark de México). La razón no solamente se debe a la exclusión deliberada de las compañías de comida chatarra (ver la columna de Enrique Galván Ochoa*) sino que de tiempo atrás estos empresarios han financiado las campañas contra AMLO y en la actualidad no están de acuerdo con su gobierno. Algunos han preferido adoptar un bajo perfil, ocupando la actuación sin visibilidad, la del poder oculto en la estrategia de la tensión.

Como el Covid-19, la estrategia de la tensión se mantendrá por tiempo indefinido. Sólo el voto masivo por la transformación reducirá los daños provocados por la derecha.

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*“El presidente Andrés Manuel López Obrador asistió a la cena que le ofreció el presidente Donald Trump en la Casa Blanca acompañado por 100 mil millones de dólares. Es la fortuna conjunta de sus invitados. Fueron seleccionados cuidadosamente. Los jefes de las televisoras, para asegurar una buena cobertura. Pero no fueron convidados los dueños de las compañías de comida chatarra, responsables en buena parte de la vulnerabilidad de la población ante la pandemia. En el terreno puramente diplomático, el trabajo del canciller Marcelo Ebrard y su equipo resultó impecable. La oposición acusa a AMLO de ser chavista. Después de que el megacapitalista Trump expresó que es el mejor Presidente que ha tenido México, a ver qué le inventan.” Enrique Galván Ochoa, Dinero. La Jornada, 13-07-2020.


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