lunes, 3 de junio de 2024

La resurrección

En 1977 inició el ciclo de reformas políticas de lo que se llamó genéricamente transición democrática. En este año 2024, las elecciones del domingo 2 de junio, puede ser considerado el cierre del ciclo de la transición para volver a poner el acento en el estudio politológico del sistema político mexicano. Qué vimos en este proceso, independientemente de largas y tediosas campañas, la resurrección del SPM. Aquí se pueden poner palabras similares en lugar de resurrección: reaparición, regeneración, renacimiento, restablecimiento, restauración, palingenesia y todas las que nos sugiera la RAE.

La victoria de MORENA y sus aliados como un regreso del añorado carro completo (expresión de la picaresca priísta) tiene puntos clave a destacar:

La presidencia de la república como orquestadora del proceso sucesorio, controladora del proceso de principio a fin. Comenzando por conducir la definición de la candidatura oficial. El presidente de turno pone a quien le sucederá. Puede tener ligeras variantes, pero el apoyo presidencial se impone, incluso por omisión. Luis Echeverría a José López Portillo. JLP a Miguel de la Madrid. MMH a Carlos Salinas. CSG a Ernesto Zedillo. EZ a Vicente Fox Quesada. Fox a Felipe Calderón. FCH a Enrique Peña Nieto. EPN a Andrés Manuel López Obrador. AMLO a Claudia Sheinbaum Pardo.



Los prospectos que no alcanzaron la nominación se pliegan. Aquí abrevio la lista: Mario Moya Palencia, Javier García Paniagua, Manuel Bartlett, Francisco Labastida y el reciente caso de Marcelo Ebrard Casaubon.

La retórica popular, despreciada por los tecnócratas, vuelve a ocupar su sitio compuesta de referentes históricos. De un pueblo que lucha contra los malos, aunque la mayoría de ellos se salga con la suya y se adapte al sistema para no vivir en el error a través de la cooptación -así lo vimos con la integración de personajes del Grupo Atlacomulco. No todo es discurso, tiene que acompañarse de bienes tangibles que pueden variar en el tiempo. Esa retórica también requiere de intelectuales, de periodistas.

La resurrección tiene que ser completa, pasará por los poderes judicial y legislativo, nada de subirse al ring, de confrontar de manera irreductible al Ejecutivo. Los órganos autónomos probablemente devuelvan sus funciones a la presidencia.

De las agrupaciones gremiales se les sugerirá apoyo y más apoyo, con sabia discreción. Cero protagonismos.

En teoría, la resurrección del SPM deberá reflejarse en la educación, en salud, seguridad y en el sector de relumbrón, Medio Ambiente, harto de retórica y escaso de resultados. También en la impartición de justicia. Y por qué no, retomar la asignatura de la constitución moral. Sin dejar de recordar que los deberes están sujetos al pragmatismo. Del debía ser al siempre no. A conformarse con los paliativos y sobrevivir, como la mayoría del pueblo.

Finalmente, para la clase media, hacerle entender que el sistema no es anticapitalista, ni comunista, sino todo lo contrario.

 

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