viernes, 14 de diciembre de 2007

Paren el odio

Signo de los tiempos el que un diario destaque en sus ocho columnas no un acontecimiento o pronunciamiento respecto a algún suceso o lo que está por suceder Es el caso de El Universal. Cómo el odio asociado a los blogs se constituyó en la nota principal. Acaso no hubo evento noticioso por destacar. Pero la relevancia adquirida de un sentimiento que se extiende en el (mal)trato social es más que una noticia, es un malestar de dimensiones colectivas, preludio de tiempos violentos.

No es casualidad que ese encabezado “Guerras de odio en los blogs políticos” se encontrara en el proceso de redacción de este artículo. No se requirió de una comunicación misteriosa, la espesura del odio que se encuentra en el ambiente es sensible a más de un sentido y se podría cortar con un cuchillo. Pero cada quien encuentra la desmesura del odio por otras fuentes, en otros envases. Es el caso de los videos que aceleradamente ocupan la atención de cibernautas. Los videos del publicista Guillermo Rentería señalando a los políticos y al Congreso como enemigos de la libertad de expresión, o el video de Tabasco y la Luna que acentúa la irresponsabilidad gubernamental en el desfogue de la presa peñitas. En ambos el sustrato de diferentes mensajes tiene un sentimiento común: el odio.

Lo que tenemos ante nuestros ojos son síntomas de una sociedad polarizada por la economía y ni la democracia ha podido contener esa polarización, por el contrario, queda atrapada en la polarización y no pocas veces se convierte en su medio. No faltó razón a los legisladores encarecer las campañas negras para aminorar los contenidos de odio en los procesos electorales. Y todavía así no se encuentra el límite civilizado de genuina libertad de expresión y su trasgresión por una “libertad de odio” que no es tal. Se trata de un sentimiento que desencadenado termina por cancelar libertades.

En el seno familiar el odio no es un sentimiento atípico, pero sí un subterráneo oculto por la represión de los padres o sublimado por otro sentimiento: el amor. Pero tratándose de una comunidad o de una sociedad, el odio convertido en sentimiento colectivo es el anuncio, el preámbulo de la violencia. Se parte de la seguridad de que la manifestación del odio no tiene sanción, pero no sólo eso, también está la seguridad de que el Estado no tiene la capacidad coercitiva para contener el odio que se desborda en la violencia (intrafamiliar, de barrio, en la comunidad indígena, en el estadio, en el crimen organizado)

No es espacio para listar las acciones, hechos o discursos que pavimentaron el camino del odio sobre el cual hoy se desplaza el país, y los blogs son un tramo relativamente reciente. Lo que sí se puede traer a la memoria es la complacencia con la que se ha dado cabida a los publicistas que producen odio colectivo: el mexicano Alazraki, el español Antonio Sola y el norteamericano Dick Morris. ¿Tenía idea Felipe Calderón del paquete de odio que le dejarían sus publicistas? Y pensar que el hoy Presidente les pagó y no haya que hacer con una cosecha no embodegable, que está a la intemperie.

Si algo no se quiere que prospere en la política el camino más seguro es sembrar odio, pues no hay acuerdo que se pueda cimentar sobre ese sentimiento. Ya vemos lo que ha pasado con el nombramiento de los nuevos Consejeros del IFE, la aversión se puso por delante y se malogró el acuerdo que se tenía pactado. No se atendió a las capacidades técnicas, a la experiencia, a la formación académica. Rodaron cabezas anticipadamente, en un efecto dominó que sólo se detuvo difiriendo los nombramientos hasta el 2008. Ojalá tengan cuidado los legisladores y verifiquen que los nuevos Consejeros tengan el certificado en sus antecedentes de no ser o haber sido sembradores de odio.

martes, 11 de diciembre de 2007

Neocorporativismo azulado

El relevo en la dirección de Acción Nacional siguió las pautas de un partido en el gobierno y burocratizado, que en expresión picaresca del régimen priísta se llamaría dedazo en tonalidad azul. La pequeña aclamación que entronizó a Germán Matínez Cázares no sólo está en código priísta, también ofrece una versión del corporativismo actualizada. Atrás quedó la lucha entre El Yunque y los doctrinarios que no logró generar un mensaje atendible por la sociedad pues la contienda resultó, dicho en el argot del boxeo, un tongo.

Los organismos gremiales no están inscritos en la organización partidista como sectores, no lo necesitan para influir en su seno. El PAN es el partido que se apoya en los empresarios y en el clero sin incorporarlos a su organización. Desde mediados de los ochentas el corporativismo empresarial, la Coparmex para mayor precisión, vio en el PAN un instrumento para realizar sus intereses. A partir de la reforma al 130 constitucional en los noventas, la iglesia católica gozó de mayor dispensa para involucrarse en la política: en el dilema de virar a la izquierda o a la derecha, la teología de la liberación o el PAN, esta organización se fortaleció.

La ascendente historia de “éxito” del PAN no está asociada a su ideología o a la capilaridad social de un partido de masas. Han sido estructuras corporativas, no ciudadanas, ni familiares, las que han llevado al PAN a conquistar el gobierno de la república sin tener extendida inserción social. Los empresarios y el clero han encontrado en el PAN el partido a modo para defender sus intereses. Así, los panistas no requieren de una gran estructura pues ya tienen su apoyo en las extendidas estructuras de las corporaciones y, sobre todo, la del aparato gubernamental. Se preparan para hacer época en el gobierno.

Sus opositores, el PRD y el PRI, tienen sus propias estructuras corporativas de trabajadores y campesinos, entre otras. El derrotero de la democratización no tomó el camino de la ciudadanización. La intervención de gremios como el SNTE son importantes para definir la competencia electoral. No existen las condiciones, ni existirán en el mediano plazo, para que los partidos se mantengan vigentes sin el abono de las corporaciones.

Nada nuevo bajo el sol, solamente se han desplazado unos intereses a favor de otros creando un arreglo inestable ¿Cuánto tiempo durará? Depende de la realización de una agenda abultada: alimentación, empleo, educación, salud, salarios, seguridad, medio ambiente. Inscrita en la resolución de la justicia que, entre otras cosas, efectivamente disminuya las desigualdades sociales. Pero ese es un deseo, pues el incentivo primordial de toda élite es la desigualdad.

Adicionalmente, el PAN cuenta con el apoyo mediático de la radio y la televisión que antes favorecía al PRI. El neocorporativismo es el signo una democratización irresueltamente ciudadana y una de las barreras para el progreso de la sociedad como un todo nacional. Pero hay una barrera peor que le atribuyó la monarquía española, concebir (y destinar) esta extensión del planeta como tierra de saqueo. Y así nos preparamos para el bicentenario.
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