jueves, 3 de noviembre de 2011

Tres comentarios




Uno: ya avanzada la noche de ayer miércoles 2 de noviembre de 2011, dos horas después del execrable crimen,  me enteré por CNN en español de la ejecución –no encuentro otra palabra- del presidente municipal de La Piedad, Michoacán. Cosa de considerar, Ricardo Guzmán Romero era un personaje desconocido para la inmensa mayoría de los mexicanos. Él, quien fuera abatido en la recta final de las campañas locales de ese estado, con las cuales se renovarán alcaldías, congreso local y gobierno estatal el próximo domingo 13 ¿Qué oportuno asesinato? No les parece. Deja todo a la especulación previa desinformación. O el crimen organizado le está ganando la guerra de inteligencia –perversa- a los gobernantes o dentro de los gobernantes relacionados con ese estado de la república hay quien ha decidido traspasar los límites. El problema, me parece, le ha puesto una bomba en las manos del presidente Calderón, quien es a la vez michoacano y hermano de la candidata a gobernar ese estado por su partido Acción Nacional. Es una bomba porque si gana su hermana serán acusados de beneficiarse con el crimen del edil. Es una bomba porque durante los últimos años existe un déficit de indagatoria y condena conforme a derecho de los miles de crímenes que se han cometido en este país. Si se da con los criminales será mal visto, pues se le echará en cara al gobierno de investigar con parcialidad en un caso que implica el asesinato de uno de sus militantes. Si no se da con los criminales también será mal visto, pues se confirmará que el Estado no tiene capacidades para dar y enjuiciar con los criminales.



Dos: un desplegado a favor de Marcelo Ebrard cuyo contenido no es nada deleznable. Muchos coincidimos con lo que allí se expresa. No sé qué tanto pueda incidir en el resultado de las encuestas que nominarán al candidato de la izquierda, pues Andrés Manuel López Obrador la lleva de calle en los ejercicios demoscópicos previos. Lo que me queda claro es que López Obrador debe entender que las encuestas no le otorgan un cheque en blanco, dicho esto de resultar beneficiado por el ejercicio de consulta. Eso sí, échenle un vistazo al elenco de este desplegado y compárenlo con el que apoya el lanzamiento de MORENA. Ideológicamente no hay abismos, es cuestión de ver que en uno está Jaime Ross y en el otro pronunciamiento está Rolando Cordera.



Tres: la presentación esta mañana del Programa para México, en el Polyforum Cultural Siqueiros ubicado en la esquina de Insurgentes Sur y la Calle de Filadelfia, en la colonia Nápoles de la Ciudad de México. Programa que es la conclusión de los distintos foros que organizó en las últimas semanas la Fundación Colosio. Lo que vale considerar no es sí se trata de un documento salomónico que atiende por igual los planteamientos de Enrique Peña Nieto y los del senador Manlio Fabio Beltrones. No. Eso es muy superficial. Lo que nos indica con elocuencia el evento es que en el PRI hay dos aspirantes y la inclusión está asegurada. Para que se aplaquen los que se frotan las manos con una contienda fratricida dentro del PRI.


lunes, 31 de octubre de 2011

La democracia que gime




La democracia plebiscitaria que vivió México durante mayor parte del siglo pasado tenía un pluralismo de ornato. El resultado de la mayoría de las elecciones estaba preestablecido desde la enunciación del candidato del partido hegemónico. Las reformas sucedidas desde 1977 han considerado la incertidumbre de los resultados electorales como la demostración de que la competencia entre partidos es real, demostración de que la voluntad ciudadana tiene un papel decisivo. Ha sido un largo camino el recorrido para que la democracia (electoral) sea creíble. Es así por exigencia de la ciudadanía y el consenso de las fuerzas políticas.



No obstante, después de colmada la alternancia política en el año 2000, se ha venido abriendo paso una actitud retrógrada que quisiera volver al esquema de resultados electorales consolidados con anterioridad al día de las elecciones. Saber quién es el bueno antes que considerar que es lo mejor para el país, qué proyecto se requiere para atender las necesidades materiales y espirituales de un pueblo prostrado en la pobreza y la ignorancia.



Ya en su oportunidad, Vicente Fox quiso imponer en una primera intención a su sucesor. Un fuerte movimiento opositor lo llevó a imponerse sobre el candidato que no quería que ganara. Para ello el señor Fox se valió de campañas negras e intervino a favor del candidato de su partido. Había otros interesados en incidir para predeterminar antes de la elección al ganador: los poderes fácticos debidamente orientados por la industria de la radio y la televisión. Todos sabemos que el resultado del 2006 no fue contundente e inobjetable, que lejos de traer la tranquilidad del deber cumplido en cada ciudadano, el karma de unas elecciones en las que se traficó con cuotas de votos en lugar del sufragio libre, nos devolvió una sociedad dividida, polarizada.



Por ello la reforma electoral siguiente al accidentado proceso electoral federal incluyó una serie de restricciones para contener la pretensión de cargar los dados y devolvernos al esquema de elecciones arregladas. Se ha dicho que la reforma limitó la libertad de expresión y no veo qué individuo que afirma tal cosa realmente le haya sido cancelada su libertad de expresión. Sí afecto la manga ancha para enriquecerse en la radio y la televisión con la venta de tiempo aire para la propaganda político electoral. Eso les dolió y su molestia la han tratado de falsear como un atentado a la libertad de expresión. Donde lloran está el muerto y esos pillos ya han encontrado la manera de beneficiarse de recursos públicos para mantener sus negocios viviendo de la cartera de comunicación social según nivel de gobierno.



A pesar del ánimo reformador para fortalecer el principio del sufragio libre y efectivo, existe una poderosa corriente que quiere reinstalar la imposición porque ya no quiere más experimentos democráticos. Hay grupos que quisieran tener a esta fecha, en este momento, la certeza de saber quién es el sustituto que ocupará el lugar del actual presidente. Está el grupo del presidente Calderón, urgido de asegurarse el sistema de prebendas alcanzado en su gestión y, sobre todo, tener garantías de que no serán indiciados y llevados a la cárcel. Están los poderes fácticos que buscan mantener sus privilegios y anticipar la seguridad de negocios futuros. Hay intereses que no quieren el juego democrático que ose modificar el arreglo neoliberal que hoy nos asfixia. Por el contrario, quieren un proceso altamente manipulable para realizar sus ansiadas reformas estructurales, aunque nadie les ha dicho que el consenso de Washington ya hizo agua. Son gente que no sale a la calle, al campo, a los barrios, a los ejidos y comunidades. Ni banqueta, ni parcela han ofendido las suelas de sus zapatos.  Si por casualidad abandonaran sus búnkeres, sus transportes blindados y sus aparatos de seguridad para contactar con la gente real, estoy seguro empezarían a razonar sobre una aportación de fondo, no de caridades, para modificar las condiciones de existencia de la mayoría de sus desconocidos compatriotas.


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