No recuerdo defensa tan
enjundiosa de derechos laborales de los empleados de confianza del gobierno.
Por atavismo, el servidor público de confianza ha existido al margen de
conflicto laboral. El principio que rige es sencillo, a este tipo de empleado
se le tiene confianza o no se le tiene. La confianza es la base de su
permanencia.
Otro principio, asociado al
anterior o su corolario dicta: todo nuevo gobierno se arroga el derecho de reelaborar
la plantilla de los empleados de confianza. La barredora sexenal no se ha
dejado de aplicar. Claro que me refiero a la de la administración pública
federal. De poco han servido disposiciones legales.
La defensa de la burocracia
dorada parte de un supuesto erróneo, el de su inamovilidad. Por ser la
burocracia una maquinaria sus piezas son remplazables. ¡Hay refacciones!
Otro argumento que supone intocable al burócrata dorado es afirmar que son expertos, dicho sea, en un doble sentido: por su formación académica y por su experiencia profesional. Esas prendas no las portan todos, es más, se dan caso en que son simuladas. El experto se sostiene mientras lo apoye el mando inmediato superior formando una escalera de la ignominia, de autoritarismo descarnado. Las situaciones extreman se dan cuando esa estructura de los empleados de confianza es utilizada para construir gineceos o club de efebos encubiertos.
Dónde han estado esos expertos a
la hora de permitir inversiones tóxicas. Qué decir del experto gubernamental que
mira para otra parte al momento d la revisión de una Manifestación de Impacto
Ambiental. Cómo se les pasó a los expertos la estafa maestra, el caso
Odebrecht, el socavón del paso exprés.
Cuánto esmero intelectual se ha
leído en la prensa por un decreto legislativo que todavía no se publica. Por
una ley de remuneraciones que todavía no forma parte de la maraña legal. Según
trascendidos, en la Corte se hacen preparativos para que la ley no los alcance.
También se ha filtrado la especie de que doscientos servidores de confianza del
Banco de México han iniciado su proceso de jubilación para no ser afectados por
la austeridad republicana. Cosas de la vida, uno de los organismos que impone
la austeridad a los demás no quiere que la austeridad lo roce.
A cincuenta años del 2 de octubre,
la oligarquía liderada por rentistas financieros tiene en la burocracia dorada
su mejor guardián. Es el Fobaproa (IPAB) el orgullo de su rentismo. Es en este
siglo que las muertes violentas se cuentan por decenas de miles. Las
desapariciones se cuentan por miles. Pero tenemos expertos en el gobierno.
Ahora los jóvenes, sino son capturados para desempeñar actividades delictivas
se incorporan a la economía informal, al empleo eventual o al de base mal
remunerado. La pensión por jubilación digna les está negada ya. Ese es México a
cincuenta años del 2 de octubre.