martes, 2 de octubre de 2018

La burocracia dorada si tiene quien le escriba

No recuerdo defensa tan enjundiosa de derechos laborales de los empleados de confianza del gobierno. Por atavismo, el servidor público de confianza ha existido al margen de conflicto laboral. El principio que rige es sencillo, a este tipo de empleado se le tiene confianza o no se le tiene. La confianza es la base de su permanencia.

Otro principio, asociado al anterior o su corolario dicta: todo nuevo gobierno se arroga el derecho de reelaborar la plantilla de los empleados de confianza. La barredora sexenal no se ha dejado de aplicar. Claro que me refiero a la de la administración pública federal. De poco han servido disposiciones legales.

La defensa de la burocracia dorada parte de un supuesto erróneo, el de su inamovilidad. Por ser la burocracia una maquinaria sus piezas son remplazables. ¡Hay refacciones!

Otro argumento que supone intocable al burócrata dorado es afirmar que son expertos, dicho sea, en un doble sentido: por su formación académica y por su experiencia profesional. Esas prendas no las portan todos, es más, se dan caso en que son simuladas. El experto se sostiene mientras lo apoye el mando inmediato superior formando una escalera de la ignominia, de autoritarismo descarnado. Las situaciones extreman se dan cuando esa estructura de los empleados de confianza es utilizada para construir gineceos o club de efebos encubiertos.

Dónde han estado esos expertos a la hora de permitir inversiones tóxicas. Qué decir del experto gubernamental que mira para otra parte al momento d la revisión de una Manifestación de Impacto Ambiental. Cómo se les pasó a los expertos la estafa maestra, el caso Odebrecht, el socavón del paso exprés.


Cuánto esmero intelectual se ha leído en la prensa por un decreto legislativo que todavía no se publica. Por una ley de remuneraciones que todavía no forma parte de la maraña legal. Según trascendidos, en la Corte se hacen preparativos para que la ley no los alcance. También se ha filtrado la especie de que doscientos servidores de confianza del Banco de México han iniciado su proceso de jubilación para no ser afectados por la austeridad republicana. Cosas de la vida, uno de los organismos que impone la austeridad a los demás no quiere que la austeridad lo roce.


A cincuenta años del 2 de octubre, la oligarquía liderada por rentistas financieros tiene en la burocracia dorada su mejor guardián. Es el Fobaproa (IPAB) el orgullo de su rentismo. Es en este siglo que las muertes violentas se cuentan por decenas de miles. Las desapariciones se cuentan por miles. Pero tenemos expertos en el gobierno. Ahora los jóvenes, sino son capturados para desempeñar actividades delictivas se incorporan a la economía informal, al empleo eventual o al de base mal remunerado. La pensión por jubilación digna les está negada ya. Ese es México a cincuenta años del 2 de octubre.
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