miércoles, 24 de junio de 2009

El uso de los muertos



La tarde del pasado cinco de junio sigue pesando en el ánimo de los hermosillenses. No es para menos. La autoridad les debe una respuesta clara y justiciera a los padres que perdieron a sus hijos en el incendio de la guardería ABC. A falta de resolución oficial que atienda a los deudos, las autoridades han dispuesto una arena para el duelo de los Chapos. El Chapo Bours contra el Chapo Calderón. No se trata hacer justicia en este duelo. Se trata de un duelo para sacar raja electoral. Por aquí y por allá se publica que la desgracia de las familias afectadas será factor para modificar las intenciones del voto en Sonora (Como el efecto Torres Gemelas de Nueva York que favoreció a George W. Bush 11-09-2001) Pero nada se publica sobre si esa desgracia modificará las formas de hacer política carroñera. Tampoco se dice que tras la pantalla de una supuesta disputa electoral entre el PAN y el PRI, se mueve una oligarquía regional que es el fiel de la balanza, la que decide quien gana o quien pierde. Sea el PRI o sea el PAN.


Lo que se ve en este tiempo de campaña electoral es la defensa hasta la ignominia de los que siempre se han beneficiado de este estado de cosas, ya desde la empresa privada, ya desde los altos puestos públicos. Se ve al empresario Alejandro Martí, padre del adolescente asesinado por sus secuestradores, irrumpir en la escena política después de que no le fue bien en su lucha contra la inseguridad. De luchador por la seguridad a vocero del voto firmado. Como bien ironiza Rafael Cardona (La Crónica De Hoy 24-06-2009) la demanda o consigna del empresario trocó del “si no pueden renuncien” al “si no renuncian inviten”. El Sr. Martí pasa de padre lastimado a militante de la lucha contra la partidocracia. De la noche a la mañana se convierte en líder ciudadano por obra y gracia de Televisa. Vale la muerte aberrante de un hijo tremenda manipulación. Parece que para el empresario si lo vale o no se ha dado cuenta de que lo usan.


Hay otros muertos que también son usados con fines político electorales. Los más de doce mil muertos producidos por la guerra del gobierno en contra del crimen organizado. Crímenes que están lejos del alcance de la justicia institucional, situados en un limbo judicial, cuyos muertos ya son parte de la estrategia electoral de Felipe Calderón y su partido, el PAN. Para su vanidad que vende como heroísmo, el PANgobierno nos está salvando de la delincuencia y todo mundo debe agradecer tal cruzada. Ayer, en el estado de Morelos, muy animado estaba el presidente Calderón en defender su postura, que sin cuidado se ha fusionado con la campaña electoral de su partido. Desatado, este Chapo radicado en Los Pinos, declara que no pide permiso para cumplir con su deber. Una declaración innecesaria pues su obligación es cumplir la ley, ley que obliga procedimientos que no quedan bien parados con la operación de madruguete como el efectuado en Michoacán en mayo pasado.


Por eso, el uso de los muertos ha empañado las campañas electorales. No se ven las campañas porque están debajo de la montaña de personas ejecutadas por la violencia del crimen organizado o por la irresponsabilidad de la autoridad, como es el caso de la guardería de Sonora. Y es muy cómodo hacer uso político de los muertos: no se quejan, no votan, son de una ductibilidad macabra para inducir el miedo ¿Qué sucede cuando se invita inconsideradamente a los muertos a la política? Guerra civil o genocidio.


La administración federal no ha dado muestras de estar conducida por el mejor gabinete, ni medianamente. Ha sido el Ejército el que ha cargado con las deficiencias del actual ejercicio, resolviendo por la coerción la incapacidad para concretar acuerdos de su Comandante Supremo. Qué tardan en mandar las tropas al palacio de gobierno de Sonora para atajar el encontronazo entre el gobierno estatal y federal. Qué se puede esperar después del 5 de julio ¿Más militarización del país?

lunes, 22 de junio de 2009

Desvío



Hubo una vez la narración de un camino que llevaba a México al mundo desarrollado y al concierto de los países democráticos. Algo ha pasado, pues en el trayecto se ha desviado la ruta original. El destino se dirige a la decepción, lejos de las economías emergentes y sin alcanzar la consolidación democrática.


Con los niños fallecidos en la guardería ABC de Hermosillo, que ya son 47, no hay autoridad que asuma responsabilidades. Unos a otros se inculpan, desde el gobierno de Sonora a las autoridades federales. Lo último, la declaración de Daniel Karam, quien con pose de Ministerio Público, sentencia: la culpa es por la bodega que rentaba el gobierno del Estado, la que no cumplía condiciones de seguridad. ¿Y el galerón de la guardería si las cumplía? Vaya forma de quererse zafar del director del IMSS. Todas las autoridades involucradas cojean del mismo pie: incumplimiento de los procedimientos administrativos en los tramos que les correspondían. Tan se parecen que hasta podría sospecharse de asociación delictuosa en esta trama de los menores embodegados.


Por más que se quiera aprovechar el confuso proceso de elección a Delegado en Iztapalapa, ése no es tema que pueda rivalizar con el de la guardería ABC. Por una razón muy sencilla, en un caso se trata de víctimas fatales de la irresponsabilidad gubernamental y de los concesionarios de la guardería. En el segundo caso, se trata de un asunto interno del PRD y sus conflictos se los cobrarán en las urnas los ciudadanos. Un asunto interno del que el Tribunal de la federación especializado en asuntos electorales tuvo a bien sacarlo de madre. Bien pudieron los magistrados encontrar otra salida jurídica y encontraron la más explosiva. Cancelar una candidatura con la campaña en marcha y la papelería impresa, dando de alta a otra candidata que no aparecerá en las boletas y que no tendrá tiempo de hacer campaña. Si el conflicto se escala en Iztapalapa los responsables, por insensibles, serán los miembros del Tribunal.


Otro asunto son las consignaciones de las autoridades michoacanas que habían sido arraigadas por atribuírseles vínculos con el grupo delictivo de La Familia. No sólo hubo consignaciones, sino que se divulgó una averiguación previa que señala al gobernador de Michoacán con fuertes vínculos con La Familia. En unas cuantas semanas, Felipe Calderón entra en conflicto con dos gobernadores. Uno, Eduardo Bours Castelo, que le ayudo en Sonora en la operación de las polémicas del 2006, traicionando al candidato a la Presidencia de su partido el PRI. El otro, Leonel Godoy, que contribuyó desde una corriente del PRD a la legitimación poselectoral del presidente Calderón.


En el colmo, ni en las mismas filas del gobierno federal hay unanimidad respecto al combate al crimen organizado. Según Cecilia Romero, encargada del Instituto Nacional de Migración, el tráfico de personas es un mal de la humanidad sin solución. Las instituciones tienen que resignarse. Se olvida que el actual gobierno ha declarado una lucha frontal contra el crimen organizado, pero aun, el tráfico de personas no es acaso una variante de la delincuencia organizada. Con qué cara se les pide a los militares enfrentar al crimen organizado.


Así van las cosas, la democracia electoral no es acompañada de un nuevo comportamiento de la clase política, de acuerdo con un orden con mayor escrutinio público. Los defectos en el desempeño del aparato público se le quieren endosar al burócrata común. En lo económico, el gobierno insiste en que la crisis ya tocó fondo. Que así sea. Lo que no se dice es hasta cuando se recuperará la economía, porque bien puede entrar el país en un periodo de estancamiento. Se toca fondo pero no se sale del hoyo.


Urge encontrar el hilo de la narración que lleve al país a un mejor futuro, distinto al aciago presente de violencia criminal, impunidad gubernamental y desigualdad social.

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