El contenido fascista de la oposición a la cuarta transformación ya lo abordé en otra ocasión ( https://tonalpohualli-rodmigster.blogspot.com/2020/06/esquemas-de-derecha.html ) y varias veces más. Ahora quiero ponerlo en el contexto del proceso electoral en curso, agregando un elemento inquietante: la censura.
Históricamente, como corriente política,
el fascismo tuvo tres presentaciones. La italiana de motivación anticomunista.
La alemana de odio racial antijudío. La española de combate al gobierno del
pueblo, claramente antirrepublicana.
En estos días de campaña podemos
apreciar esos contenidos: tenemos una candidata del PAN en Chihuahua en
proclama anticomunista. El dueño de una televisora, Ricardo Salinas, haciendo
la apuesta anticomunista; personeros sin crédito -como Gabriel Quadri- que
postulan que los pueblos del sur del país, donde se concentran la mayoría de
los poblados indígenas, tendrían que ser segregados. A los racistas mexicanos
se les conoce como “whitexicans”; están quienes desde la posición oligárquica
que les acomodaba en el antiguo régimen, insisten en despreciar la cosa pública
y privatizarlo todo, son antirrepublicanos.
El fascismo ensarapado, que no se
atreve a pronunciar su nombre, ha formado la alianza va por México, de
cuyos partidos conformados legalmente tiene acceso a recursos públicos etiquetados.
Al igual que los antecedentes mencionados, no hay fascismo sin la aportación
del gran capital. Cuánto dinero pondrá a disposición, no lo sabemos. Hasta
ahora, sólo un empresario ha declarado poner miles de millones para quitar del
poder al presidente López Obrador. El dueño de FEMSA, José Antonio Fernández
Carbajal. Qué hará el INE, tal vez será omiso como cuando no se dio cuenta de
la aportación de Odebrecht a la campaña de Enrique Peña Nieto. Todo un trabajo
para la Unidad de Inteligencia Financiera.
El otro contenido fascista que
está presente en las campañas son las noticias falsas, los rumores y montajes.
En realidad, tienen una producción acumulada desde antes de comenzar el
gobierno de Morena. Grandes medios y opinión publicada no se dan tregua en la
publicación de mentiras. Nada más por las formas de distorsionar la cobertura
de la pandemia merecen repugnancia.
A este perfil del fascismo se
agrega la promoción de la censura de parte de dos consejeros del INE, Ciro
Murayama y Lorenzo Córdova. Es conocido que toda difusión y ejecución de
programas sociales quedan suspendidas por ley durante las campañas. Lo que la
ley no obliga es detener la marcha del gobierno, ni el surtido de información
gubernamental. A pesar de ello, a los consejeros mencionados les ha dado la peregrina
idea de censurar las conferencias del presidente, la voz presidencial, porque
según ellos se trasgrede la norma en su muy estirada interpretación de la ley. Lo
que pretenden es censurar y la censura no se lleva con la democracia, es un
atentado a la libertad de expresión. Es una posición fascista.
Por ello hay que ser cuidadoso
con el voto, votar por la república contra el fascismo.