jueves, 1 de enero de 2015

Lo verosímil, la cruda realidad

El año 2015 está entre nosotros y México se mantiene en El corazón de las tinieblas (Una licencia, un préstamo tomado del anunciado imaginativo de Joseph Conrad, no demostrable, sólo imagen. Tal como ese otro enunciado que se puso de moda en México a partir del último trimestre del año 2014: Todos somos Ayotzinapa. Imaginativo pero no demostrable.

Con escasas verdades consolidadas y con mucha información construida  sobre la verosimilitud en el juego mediático. Un juego tremendo en el extremo de proponer como deseable la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto, como si con ello se resolviera algo de fondo.



Hay todo un manojo de inquietudes y sucesos que conviene disponerlos sobre una mesa despejada. Pasar de lo verosímil a la cruda realidad.

Un primer despeje, planteado por el gobierno, desde el mismo Presidente, el secretario Osorio Chong y hasta el súper asesor Aurelio Nuño. Las reformas estructurales afectaron intereses, tocaron privilegios. Fortalecer o dotar de sustancia este planteamiento oficial exige, para el entendimiento de la cosa pública, señalar puntualmente los intereses afectados así como los privilegios derogados.

A mi me parece, mientras la administración en turno no diga otra cosa, que la reforma fiscal generó una rebelión empresarial, la cual no se ha sofocado hasta ahora. Es probable que el gobierno se eche para atrás (como ya lo hizo respecto a las concesiones mineras); la reforma educativa afectó los intereses del magisterio y enfrenta una fuerte renuencia a su aplicación (Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, son los ejemplos más beligerantes pero no únicos); la reforma de las telecomunicaciones dividió al sector, no se tocaron intereses con el mismo racero y se fortalecieron privilegios; pese a que fue ampliamente controvertida en los medios, la reforma energética no generó –hasta ahora- gran movilización social en su contra, tal vez porque los sindicatos del sector mantuvieron sus privilegios; más sorprendente fue la recepción de la reforma laboral, pues los trabajadores organizados o no, prácticamente no repudiaron masivamente la afectación de sus intereses.

Otro punto a despejar es el de la seguridad en tres actos a destacar: Michoacán y la formación de una Fuerza Rural con (ex) delincuentes. Toda una barbaridad en aras de la pacificación de ése estado de la república; la ejecución de 22 presuntos delincuentes por parte de una patrulla militar en Tlatlaya, Estado de México; y el suceso detonante que ensombreció al país, la represión sin atenuantes de policías municipales sobre estudiantes normalistas ocurrido en la ciudad de Iguala y la seguida desaparición de 43 de ellos. Expresión de la descomposición de una autoridad avenida con la delincuencia organizada. Suceso último que desencadenó la movilización anti-Peña.

Para no hacerla cansada, el ajuste de cuentas montado sobre la opacidad ocurrida en la construcción de la línea dorada del Metro, lo que llevó a la suspensión del servicio. Un golpe directo a Marcelo Ebrard, el cual contestó de manera devastadora con una investigación, basada en el espionaje, sobre la casa de Angélica Rivera en Las Lomas. Investigación filtrada a los medios sin la mejor respuesta de la parte afectada.

De pilón, pero no menos importante en este escenario de tinieblas y tenebras, la caída del precio del petróleo y la devaluación del peso.

Salir de las tinieblas es posible aunque no basta con un mensaje de unidad, tampoco con la aplicación de las reformas. Es obligado destruir el circuito que estrangula los deseos de un país mejor. En orden alfabético: la corrupción, la desigualdad y la falta de seguridad.


¡Feliz año 2015!
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En el centro del análisis del discurso, lo que las palabras encadenadas dicen, está el desarrollo de la lingüística y la teoría literaria. Los gestos, las atmósferas, las señas y el "sicologismo" solo son un añadido prescindible.  Valga un ejemplo, Teoría de la literatura de los formalistas rusos, Siglo Veintiuno editores, 2002.
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