viernes, 20 de julio de 2007

¿Y el desenlace?

Cuánto tiempo se puede esperar el desenlace de un cuento. La conferencia de los abogados que litigan a favor de Zhenli Ye Gon continuaron con la feria de imprecisiones, de alusiones que no forman siquiera una conjetura. En Washington no se estalló la bomba mediática prometida. Tampoco se puede asegurar que exista un arreglo previo que desactivó la bomba y resulta chocante la invisibilidad de los Estados Unidos en este enredo.

Lo único firme sobre lo que realmente puede avanzar el gobierno es una eventual investigación sobre la red de complicidad de oficinas del sector público que facilitaron la tarea del empresario chino – mexicano, considerado hoy presunto narcotraficante. Mientras, ZYG y sus abogados han logrado ganar tiempo y dar cauce a una negociación, ese ha sido el efecto de sus declaraciones. Incluso los dichos y los millones incautados pueden pasar a un segundo plano si el gobierno transforma el escándalo en un ejercicio impecable de transparencia y se sacude de una vez el lastre que el foxismo le representa. Es la prueba para que Felipe Calderón demuestre que no tiene deudas adquiridas con su predecesor.

Si bien para la prensa las declaraciones de ZYG han perdido valor, no por ello se trata de un caso cerrado, puesto que la investigación del gobierno está en curso para comprobar los delitos que se le imputan al empresario prófugo. Lo relevante para el gobierno es que podrá seguir investigando sin la presión mediática que le aplicaron los abogados de ZYG.

Lo que también espera su desenlace, al menos para dar aire a otro relato, es la investigación sobre los atentados perpetrados a las instalaciones del PEMEX y que se adjudicó el Ejército Popular Revolucionario. El gobierno sigue sin dar respuesta a la demanda de presentación de dos miembros desaparecidos de esa organización. Será que no se quiere mediatizar los hechos para evitar propagandizar las actividades del EPR. Pero no se entiende la afirmación del titular de Segob acerca de que monitorea los movimientos del EPR y no le alcanza el presupuesto para hacer más. O sea, se trata de un esfuerzo vano de inteligencia pues no le resulta suficiente para anticipar las acciones del grupo guerrillero.

Todavía peor, Francisco Ramírez Acuña desatiende la parte política de estos eventos y prefiere endosarles un enfoque criminal y fuera de su competencia, pues según él, las investigaciones de la PGR “van muy adelantadas”. Vaya manera de eludir responsabilidades. Y el EPR parece tener mejor información, pues dice conocer el nombre del militar que tiene a los desaparecidos bajo tortura: el general Juan Alfredo Oropeza Garnica, titular de la octava región militar en Oaxaca.

Con el EPR el gobierno no tiene enlace o puente que permita albergar un cese de hostilidades, no hay instancia o mecanismo de diálogo, ni siquiera el que permita la exposición regular de la voz de este grupo armado ante la audiencia nacional de manera de comprometerlo a salir de la clandestinidad y de la vía de las armas. Al EPR se le monitorea, se le persigue, pero no se sabe si existe encargado gubernamental dedicado al arduo trabajo de llamar a este movimiento a la vida institucional. Por lo menos Ramírez Acuña no lo es.

martes, 17 de julio de 2007

No es cuento

Pasan los días y no hay demostración gubernamental que confirme, a los ojos de la ciudadanía, que Zhenli Ye Gon y el Ejército Popular Revolucionario están bajo control de la autoridad, nulificados en su capacidad de hacer daño.

Del empresario chino mexicano, a través de una misiva de sus abogados que parece misil, se tiene el relato personal de ZYG, de su historia de éxito y de las vicisitudes que lo llevaron a su condición actual de prófugo. Muchas mentiras armadas con información fragmentaria que no alcanza a formar una verdad contundente, ni parece ser verosímil pues ni siquiera recuerda el nombre completo de quien presenta como su principal intermediario, un tal Luis. Así es su defensa.

Lo extraño es la respuesta de la autoridad que no ofrece su propia y mejor acabada versión de los hechos. Lo que no es cuento es que ZYG contó con la complicidad de diversas autoridades para construir su empresa químico farmacéutica, tan es así, que estando en la mira de policía tuvo tiempo para huir. Pese a todas las inconsistencias de información, será hasta el miércoles 18 cuando nos enteremos si hubo arreglo o el pleito va para largo, exhibiendo las ineptitudes de quienes hoy gobiernan.

Del otro asunto, las explosiones en el Bajío provocadas por el EPR, tampoco se tiene la información gubernamental que le diga a la ciudadanía: aquí hay gobierno. Lo que más ha destacado es el señalamiento de la inutilidad de la agencia encargada de alertar sobre este tipo de atentados, el Cisen. Los del EPR han exigido la presencia de dos de sus miembros desaparecidos desde el mes de mayo y el gobierno se limita a informar que los dos sujetos no están bajo su resguardo. Y si no están retenidos por la PGR o alguna otra autoridad, eso no impide al gobierno informar sobre los trabajos de localización de los guerrilleros para desmontar la estrategia de sabotaje del EPR. De otro modo, la “mentira” de la organización guerrillera seguirá cursando como moneda efectiva en el interés de la opinión pública o buena parte ella.

Pero la irresolución se contagia y de nuevo Oaxaca es escenario de enfrentamientos entre policías y ciudadanos animados por la convocatoria de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, precisamente el día que inician los festejos del Cerro, el pasado 16 de julio. La acción policíaca que sometió al movimiento y encarceló a decenas de sus participantes el año pasado, no se elevó a la construcción de un pacto entre los oaxaqueños y se ha diluido. Vuelven los enfrentamientos para exhibir la nula labor de reconciliación.

Por si no fuera suficiente, cada día que pasa las cúpulas empresariales se van formando una visión negativa de la reforma fiscal que propone el gobierno, la CETU (Contribución Empresarial de Tasa Única) que propone aplicar Hacienda no termina por convencer al gremio.

El llamado cuarto estado de la materia, el plasma térmico -concentrado de energía- que a más de 2 000° C es capaz de romper enlaces químicos de los residuos producidos por la industria, tiene su símil en la política y no es la primera ocasión que la temperatura se eleva en la materia política. Lo incierto es anticipar los enlaces políticos que se romperán y qué materia valiosa se recuperará, qué sistema se recreará en el entendido termodinámico que nada se crea o destruye, sólo se transforma.
Powered By Blogger