El farragoso procedimiento en el que metió el INE a Morena para que esta organización renueve su directiva nacional. Claro, desde Morena le abrieron las puertas al INE. Los mismos morenistas en el embrollo han proferido barbaridad y media, en la vulgar disputa por los puestos. Con las facciones han topado y puede ser su tropiezo. López Obrador es la unidad visible y posible, pero él está en otra encomienda y gobierna, con los colaboradores que ha designado, para todos, poniendo los cimientos de un proyecto. No hay otro para Morena ¿O sí? Los movimientos, más que los partidos en su verticalidad característica son proclives a formar facciones y poner así en peligro, desde adentro, la causa que los une. Fueron las facciones, como bien lo recuerda Adolfo Gilly, las que contaminaron al movimiento revolucionario de 1910. Es una encrucijada, el faccionalismo, que por el momento no pasará a mayores, pero hay que advertirlo.
Por tener organización partidista
detrás y por hacer llamado a la violencia, el grupo de choque de usuarios
agropecuarios del agua siguen el esquema fascista de las camisas negras. Una
organización partidista, el Partido Nacional Fascista, organizando en paralelo
grupos de choque ¿Y qué dice el gobernador del estado grande de México Javier
Corral? Le pide al presidente Andrés Manuel que negocie con el grupo de choque
y que saque de Chihuahua a la Guardia Nacional. Se le olvidó pedir el agua de
limón a Corralitos.
Desde el análisis político, estos
dos asuntos merecen tener mayor atención. No es así para la “comentocracia”,
ella está dedicada a defender sus privilegios de manera burda, en el
negacionismo permanente de los dichos y acciones del gobierno. Ni siquiera les
ha parecido digno de consenso la lucha para reducir la corrupción y la
impunidad, hasta parecen gallardos defensores de esas lacras. Acaso será porque
se les complicó a los analistas el acceso a recursos públicos. Es una conjetura
que nos podría despejar el SAT y la UIF. Ojalá nos aclararan, se los pido
sinceramente.