sábado, 8 de marzo de 2014

Hablemos de capitalismo


Nada más tener en las manos un ejemplar del diario 24 Horas del viernes 7 de marzo. En ocho columnas: “Para Oceanografía 8mmdp en el último año de Calderón”; en la columna ¿Será? se afirma: “El caso del fraude de Oceanografía se encuentra en la mesa del Presidente Enrique Peña”.

Del reportero Ángel Cabrera: “Da Pemex a Oceanografía 8 mmdp a Oceanografía en 2012”; del mismo reportero: “Red de influencia apunta a Mouriño. Además dos notas relacionadas: “Dan por perdido el barco Goliath” y “Denuncia IMSS a Oceanografía por fraude”.

Salvador García Soto se pregunta “Y qué espera Pemex”; Luis Videgaray declara: “Fue para salvar la operación de Pemex”; mientras un exfuncionario de Pemex se cura en salud: “No meto las manos por nadie”; en el chacoteo, Luis Soto escribe sobre "la banda petrolera”.

Finalmente, para bajarle la temperatura a todo lo anterior Samuel García se pregunta: “¿Qué tan lejos llegará el caso Oceanografía” y se responde “Tengo la impresión que no muy lejos”

El escándalo revela lo que no dice, que el cuento hechos ley natural de la oferta y la demanda no aparece por ningún lado, no tiene por donde sostenerse. Danzan millones al son de decisiones políticas que van más allá de la discrecionalidad y quedan registradas como presuntamente delictivas. Acaso no son el fraude, la corrupción, rostros del capitalismo. Ningún muchacho robusto y bueno que sigue sacramentalmente las señales del mercado. La mentira que instruyen algunas escuelas y pregonan no pocos merolicos de la presa escrita y electrónica. ¿Dónde quedó la sabiduría del mercado? Aparentemente, secuestrada por empresarios y políticos codiciosos.
Sobre el estatuto supuestamente biológico del mercado se recomienda:



 
 
Se entiende porqué la necesidad de regulaciones efectivas sobre el mercado, no de simulación. Apenas estamos hablado de dos aspectos negros del capitalismo. El día de ayer, el Instituto Federal de Telecomunicaciones decidió hacer efectivos los límites a las prácticas monopólicas de Telmex y Televisa. Otra cara siniestra del capitalismo. Así nomás no se puede hablar de competencia, menos de competitividad, cuando la clave del negocio está en la prestación de favores, el compadrazgo.

Siguiendo con la lectura de lo siniestro también hay que señalar la precarización del trabajo como mecanismo de las empresas para incrementar su productividad, castigando los salarios y las prestaciones de los trabajadores. O negándose a pagar cargas impositivas reales. Qué decir de las instituciones bancarias que practican el lavado de dinero. El golpe al cártel de Sinaloa nos podría arrojar luz sobre ello. También están otros pillos en el sector de las empresas inmobiliarias. En la lista, empresas semiclandestinas que siguen estafando a quien se deje mediante cadenas o pirámides.

Es el capitalismo real que opera sin equilibrios, en el cual el crecimiento de la riqueza de unos cuantos multiplica la miseria de millones. Acaso esta lacerante realidad no merece un Nuevo Pacto por México en el que la sociedad tenga voz. Por la profunda reforma estructural del capitalismo realmente existente.

martes, 4 de marzo de 2014

Jesús Murillo Karam


Poner el nombre de un alto funcionario como título aquí no tiene el fin de elaborar su perfil. No es el caso de una exposición laudatoria, tampoco de enderezar una descalificación a la persona. Jesús Murillo Karam encabeza este artículo por el hecho de ser el personaje público al cual diversas circunstancias lo han puesto como el rostro del gobierno.

Si bien durante el año pasado el funcionario tuvo una actuación casi sin reflectores, el año en curso le ha dispuesto un mayor protagonismo en los medios. Pero no es a él a quien me interesa abordar, sino lo exhibido en materia de procuración de justicia sobre diligencias alto impacto.

La búsqueda de un presunto delincuente de cuello blanco, el empresario Gastón Azcárraga –dueño del Grupo Posadas y de la línea aérea Mexicana de Aviación a la que desvalijó; la aprehensión de Joaquín Guzmán Loera, leyenda viviente del crimen organizado; la investigación de presuntos fraudes de la empresa Oceanografía; las demandas a Banamex, filial del banco trasnacional Citigroup.

En todas estas averiguaciones y pesquisas el dinero se encuentra en el centro de la motivación del hecho delictivo. El Gobierno, satisfecho por sus reformas, ahora está en la convicción de actuar. Actuación que toca intereses de gente o empresas poderosas, sin quedar claro si se trata de una política tendiente a fortalecer las instituciones de procuración de justicia y hacerlas creíbles, confiables: lo que piden generaciones tras generaciones de mexicanos. O se trata de una relegitimación mediante actos de autoridad para arrojar una luz positiva sobre las reformas en proceso de consolidación.

Se mueven inercias, en su aparente despejar se descubren deficiencias del capitalismo real, aquel que se encuentra tras la fachada del Mercado, los mercados, ofrecidos como el mecanismo mágico e inocente que reporta con justicia a cada quien lo que le corresponde. Las investigaciones de la Procuraduría General de la República revelan no sólo las actividades descaradas de la delincuencia organizada, también los ilícitos encubiertos de “honorables” empresas y empresarios. No se descubre nada nuevo, lo nuevo es la aparente determinación de que la ley alcance a los intocables que se presumen así por su condición de multimillonarios.

Si se trata de actos de autoridad bien fundados ¡Bienvenidos! Se muestra voluntad de remediar un orden legal que en su perfección chocarrera incluye su calidad de quebrantable, consuetudinaria y sistemáticamente. Un orden donde lo constitucionalmente establecido en beneficio de todos  deriva en leyes secundarias, reglamentarias, generales, que operan cercenando los derechos y afirmando privilegios.

No olvidemos que, como en toda representación teatral, al final vienen los aplausos si la actuación convence al respetable.
 
Claro, seremos más esclarecidos en tanto no nos contentemos con recibir o leer noticias de nota roja, tendremos que acudir a fuentes poderosas que nos ayuden a procesarlas en una visión de mundo. Como cuando Franz Rosenzweig se pregunta “¿Qué sabemos del mundo? Parece rodearnos. Vivimos en él, también está en nosotros” La Estrella de la Redención (Ediciones Sígueme, 2006) Bueno, de este autor, de su libro, haremos su recomendación en Facebook.
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