Nada más tener en las manos un
ejemplar del diario 24 Horas del
viernes 7 de marzo. En ocho columnas: “Para Oceanografía 8mmdp en el último año
de Calderón”; en la columna ¿Será? se
afirma: “El caso del fraude de Oceanografía se encuentra en la mesa del
Presidente Enrique Peña”.
Del reportero Ángel Cabrera: “Da
Pemex a Oceanografía 8 mmdp a Oceanografía en 2012”; del mismo reportero: “Red
de influencia apunta a Mouriño. Además dos notas relacionadas: “Dan por perdido
el barco Goliath” y “Denuncia IMSS a Oceanografía por fraude”.
Salvador García Soto se pregunta “Y
qué espera Pemex”; Luis Videgaray declara: “Fue para salvar la operación de
Pemex”; mientras un exfuncionario de Pemex se cura en salud: “No meto las manos
por nadie”; en el chacoteo, Luis Soto escribe sobre "la banda petrolera”.
Finalmente, para bajarle la
temperatura a todo lo anterior Samuel García se pregunta: “¿Qué tan lejos
llegará el caso Oceanografía” y se responde “Tengo la impresión que no muy
lejos”
El escándalo revela lo que no
dice, que el cuento hechos ley natural de la oferta y la demanda no aparece por
ningún lado, no tiene por donde sostenerse. Danzan millones al son de
decisiones políticas que van más allá de la discrecionalidad y quedan
registradas como presuntamente delictivas. Acaso no son el fraude, la
corrupción, rostros del capitalismo. Ningún muchacho robusto y bueno que sigue
sacramentalmente las señales del mercado. La mentira que instruyen algunas
escuelas y pregonan no pocos merolicos de la presa escrita y electrónica.
¿Dónde quedó la sabiduría del mercado? Aparentemente, secuestrada por empresarios
y políticos codiciosos.
Sobre el estatuto supuestamente biológico del mercado se recomienda:
Se entiende porqué la necesidad
de regulaciones efectivas sobre el mercado, no de simulación. Apenas estamos
hablado de dos aspectos negros del capitalismo. El día de ayer, el Instituto
Federal de Telecomunicaciones decidió hacer efectivos los límites a las prácticas
monopólicas de Telmex y Televisa. Otra cara siniestra del capitalismo. Así
nomás no se puede hablar de competencia, menos de competitividad, cuando la
clave del negocio está en la prestación de favores, el
compadrazgo.
Siguiendo con la lectura de lo
siniestro también hay que señalar la precarización del trabajo como mecanismo
de las empresas para incrementar su productividad, castigando los salarios y
las prestaciones de los trabajadores. O negándose a pagar cargas impositivas
reales. Qué decir de las instituciones bancarias que practican el lavado de
dinero. El golpe al cártel de Sinaloa nos podría arrojar luz sobre ello.
También están otros pillos en el sector de las empresas inmobiliarias. En la
lista, empresas semiclandestinas que siguen estafando a quien se deje mediante
cadenas o pirámides.
Es el capitalismo real que opera
sin equilibrios, en el cual el crecimiento de la riqueza de unos cuantos
multiplica la miseria de millones. Acaso esta lacerante realidad no merece un
Nuevo Pacto por México en el que la sociedad tenga voz. Por la profunda reforma
estructural del capitalismo realmente existente.
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