viernes, 22 de febrero de 2008

Posiciones

La reforma energética se ha instalado en el debate con mayor fuerza a partir de la coincidencia de que PEMEX tiene que actualizarse. Considerando ese punto comienza la bifurcación, la toma de posiciones y el ocultamiento de intereses. Muchas mentiras se dirán, medias verdades si se quiere conceder dignidad a los actores del debate y no tomar el camino de la descalificación. Es lo saludable.

Puesto en blanco y negro las posiciones son: 1) No a la inversión privada en PEMEX; 2) Sí a la inversión privada en PEMEX. Nada novedoso, una vieja discusión, tan añeja como la expropiación que hizo el Gral. Lázaro Cárdenas en 1938 de la industria petrolera, que en ese entonces era dominada totalmente por extranjeros.

De ahora en adelante las posiciones serán materia de aproximaciones para llegar a un acuerdo. La gran dificultad es poner reflectores a los intereses que se mueven por debajo de la mesa. Definir el para qué o, más bien, para quienes. La historia de las privatizaciones que se han efectuado en el país durante los últimos años han sido inciertos pasos a la modernidad.

No está por demás recordar que en el origen del dominio del Estado y manejo paraestatal de los energéticos se tenía en claro dos cosas: 1) garantizar seguridad energética como un aspecto de la seguridad nacional; 2) proveer a la industria, a la agricultura mecanizada, al consumo doméstico y de automotores combustibles baratos. Esos fines caducaron en la práctica. Los fines se pervirtieron o degeneraron, se ha impulsado una política de agotar las reservas petroleras como medio para paliar las insuficiencias fiscales del Estado a costa de la inversión en PEMEX y los precios bajos a los consumidores.

La claridad de los fines por delante, de otra manera se profundizará la división del país. La demanda de claridad exige sacar a flote los intereses que presionan la reforma y que no dan la cara. Bajo esas condiciones se apreciarán mejor los bandos en formación, si los extremos de la polarización se hacen lo suficientemente tensos como para producir una movilización social. Las alianzas actuales se pueden trastocar si el gobernante no fundamenta su propuesta de manera convincente, en lo técnico y lo político. El gobernante debe informar sobre las corporaciones e instituciones que presionan su toma de decisiones para liberar el dominio sobre un bien escaso, poniendo sobre una tabla los beneficios y perjuicios que ello traería. Es de muy poca autoestima afirmar que no se puede sacar adelante a PEMEX con capacidades propias. Afirmación que coincide con aquellas que negaban, en su momento, que PEMEX podría sobrevivir a la expropiación que le dio origen.

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De las elecciones para renovar el congreso del Estado de Hidalgo, celebradas el domingo pasado, no se pueden extraer tendencias a futuro. Lo cierto es que en este momento y sólo hasta el momento, el PRI sigue en recuperación. Se confirma que los intereses locales no siempre coinciden con los que se manejan en las elecciones federales. Y el dato relevante más allá del carro completo: el PANAL (Elba Esther Gordillo) hizo alianza con el PRI en varios distritos. Ahí también hay toma de posiciones.

martes, 19 de febrero de 2008

Engaño

No hay certezas. Gritos y susurros, diría René Delgado. La percepción de que las agendas no empatan pues los intereses las desarreglan. Sensación de engaño y rebasamiento de la realidad sobre la voluntad de los actores. La opinión de editorialistas se voltea a mirar al presidente Calderón y le insta a que encare la situación confusa que impera. Más opiniones encontradas en su objetivo, que no alcanzan a formar una dirección precisa y sí ponen a girar al más pintado.

Simplifiquemos obviando detalles, diferencias. Quitemos nombres y apellidos para hacer una raquítica descripción, sin el atractivo de señalar víctimas y culpables. Una Presidencia que está en el centro de la toma de decisiones, sujeta a presiones múltiples. Por un lado, la cúpula empresarial exige reformas y medidas que garanticen la capitalización de las empresas, un mercado sin pérdidas, por lo menos que ganen los de siempre y se mantenga la concentración de capitales. Por otro lado, la clase política exige una redistribución en el manejo de los recursos públicos, nuevo federalismo le llaman, y un nuevo equilibrio de Poderes. A estas dos presiones se ha sumado la que proviene del crimen organizado. Se perdió el arreglo no escrito con el crimen organizado tras la declaración de guerra del gobierno federal de ir en su contra. No incluyamos al resto de la sociedad, ni la que participa de ejercicios consumista, ni la que está al margen de esas prácticas. La complejidad del cuadro es medida que pone a prueba la capacidad del gobernante y sus colaboradores. Y qué tenemos frente a está descripción: publicidad y el manejo mediático que se prestan más para el engaño que para la provisión de una comunicación cierta.

Nada se asienta ante el estruendo de una bomba casera, que estalla el día viernes por la tarde en la ciudad de México después del mediodía. Un muerto y una mujer herida son parte de los hechos que quedan avasallados por la especulación. Y todo lo demás es lo de menos. Así la violencia, la nota roja, se consolida en las primeras planas. Un video es pieza clave para la investigación judicial en la elaboración de una historia entre policías y delincuentes. Se exige la investigación del proceder criminal que nunca llegará a la entraña social de una pareja acaramelada que parece vivir su propia felicidad, abstraída del mundo que la rodea y lista para irrumpir en el de manera explosiva. Nadie se encargará de esa indagación.

No bien se había procurado filtrar la disposición al trabajo del actual secretario en gobernación (éste si trabaja los fines de semana, se consignaba) la explosión mencionada filtró su queja: tuvo que ir el sábado a sus oficinas para estar al tanto del fallido atentado. En qué quedamos. Eso sí, otra filtración habla que tuvo su momento de relax asistiendo al estadio Azul a presenciar un partido de futbol. Información chatarra. Otra cosa sería que le entrara a conducir el diálogo con las organizaciones campesinas. No hay tal, le encarga la tarea al secretario del Trabajo. Con esa decisión se descalifica, más, a Cárdenas Jiménez, quien supuestamente despacha en Sagarpa. El nuevo interlocutor, Javier Lozano, no llega con las mejores credenciales negociadoras, que posea elocuente arbitraje. En la negociación con el sindicato de los mineros, por ejemplo, no ha podido ser más parcial.

El viernes habló Guillermo Ortiz ante la cúpula empresarial para reiterar las fortalezas económicas del país. Ni una palabra que aludiera a la solidez de la moneda, del peso. Quién gana, quién pierde con la actual paridad. Como en el pasado, es un tabú que impone la autoridad.

Ni hablar del proceso para instalar nueva dirigencia nacional en el Partido de la Revolución Democrática. Es un galimatías.

Bajo esta precariedad se desarrolla un proceso reformador que es un debate entre minorías, despreocupado por hacerse de una ruta hacia una mejor convivencia por el camino de disminuir las desigualdades que polarizan a la sociedad. Sin esa ruta ninguna reforma será suficiente.
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