“Ésa fue la primera vez que oí la palabra ‘panochón’. A partir de ese día la he escuchado con regularidad. También descubrí otras relacionadas con el crimen organizado que aparecieron en el lenguaje popular de esa zona del país.
“Panochón es el reportero que, al atestiguar un hecho del
crimen organizado, los delincuentes lo ubican y lo amenazan.
“El panochón puede convertirse en dedo (persona que delata)
de la maña. También recibir llamaditas del jefe (regaño del líder de la plaza).”
Anónimo
El viernes 10 de marzo, durante la Mañanera, la reportera
Nallely Roldán encaró al presidente López Obrador. Ella denunció el espionaje
del que fue objeto el “activista” Raymundo Ramos, defensor de los derechos
humanos en la Frontera Norte de Tamaulipas desde hace veinte años, por parte de
la Sedena. De esperarse, el presidente negó que en su gobierno se hiciera
espionaje ¡Se hace investigación!
El diferendo surgió a partir de una filtración del grupo
Guacamaya, misma de la que se hicieron eco de inicio tres publicaciones o
medios. En el documento se revela que Raymundo Ramos ha sido investigado por mantener
una relación de beneficio con el crimen organizado. Por eso es de destacar que
la reportera no denunció al Estado por difamar.
¿Espionaje o investigación? Un
sucinto contexto, Tamaulipas el laboratorio del narco Estado. Ese contexto se
puede extraer del primer capítulo del libro Narcoperiodismo* del
periodista Javier Valdés. Tamaulipas, un estado de la república donde según el
autor -atrozmente asesinado el 15 de mayo de 2017- el periodismo había
desaparecido a causa del crimen organizado.
Narcoperiodismo es una expresión
equívoca por complicada. Para no confundir, del texto invocado se desprenden
dos sentidos o significaciones: narcoperiodismo A (Aplicado a reportear
actividades del crimen organizado, una variante de la nota roja); narcoperiodismo
V (Vinculado por remuneración y/o fuerza a la delincuencia organizada)
Lo que ha ocurrido en Tamaulipas
es vergüenza de la degradación de las instituciones, infierno de la sociedad. En
ese ambiente, el periodista Raymundo Ramos se transformó en activista, sin
perder los gajes del oficio.
Las pinceladas de Javier Valdés
del 2006 al 2015.
“Porque mandan ellos, los
narcos. Depende qué región de Tamaulipas hablemos, pueden ser zetas o del
Cártel del Golfo. El silencio gana. Reportear es no investigar y más. O menos.
Es quedarse callado.”
“Los narcotraficantes llamaban a
los reporteros o al editor para decirles que información podían publicar y cuál
no. La división en esta organización criminal complicó las cosas y se agravó
con el ingresó del Cártel de Sinaloa a la escena violenta de esa entidad.” En
2006 Joaquín Guzmán Loera llevaba cinco años de ser prófugo de la justicia.
“Versiones extraoficiales
señalaron que el control del narcotráfico hacia los medios y los medios toma
tal nivel, que impide que los periodistas lleguen ciertas regiones, si por alguna razón no les
interesa o les afecta. De Matamoros a Reynosa, es común que los periodistas no
pueden viajar, porque el narco se los prohíbe.
“La complejidad del crimen
organizado abarca tantos niveles que abogados, empresarios e inversionistas
manejan el dinero del narcotráfico desde Mcallen y Browsville, Texas, en
Estados Unidos. Desde ahí operan los recursos y mantienen los nexos con
políticos poderosos.”
“La de febrero de 2009 fue una
balacera mítica. La ciudad [Reynosa] se paralizó entre dos fuegos y quedó
dividida.”
“A partir de ese momento, las
prohibiciones llegaron a la región. El Estado del narco se impuso a la
autoridad gubernamental.” Situación que se prolongó hasta el gobierno de
Francisco Javier Cabeza de Vaca, exonerado recientemente por el Poder Judicial.
Raymundo Ramos está en una situación grave si el crimen organizado lo considera desechable, por lo que es obligada su protección extrema, pues cualquier cosa que le suceda a su integridad física será abonada a la cuenta del gobierno. Los que difundieron la filtración no pueden lavarse las manos. Para la opinión de mis lectores tomen el alto contraste sobre el perfil del activista de derechos humanos. La publicación del COLMEX de 2017, firmada por Óscar Balderas, distinguiendo el arrojo de Ramos (Biblioteca digital Daniel Cosío Villegas) y está la nota de Nación14 con el video y el audio que incriminan al activista.
*VALDÉZ CÁRDENAS, JAVIER. Narcoperiodismo. La prensa en
medio del crimen y la denuncia. EBOOK/Aguilar. México,2016. Es un libro que
vive, de actualidad, pues los estragos de la guerra de Calderón se siguen
padeciendo. Tomar nota de otro montaje de García Luna sobre unos periodistas
secuestrados en La Laguna. El brazo derecho de Calderón lo vendió como un
rescate de la Policía Federal.