jueves, 23 de marzo de 2023

Nacionalismo renacido

La manifestación del sábado 18 de marzo convocada por el presidente López Obrador exhibió toda su potencia. Más allá del número de participantes, del recuento de acciones y programas del actual gobierno, se ubicó al movimiento simiente de su partido como el recipiendario indiscutido del nacionalismo mexicano. Andrés Manuel ha ocupado el imaginario social precisamente en el tema que desestimó la etapa desnacionalizadora -fue toda una deculturación en los hechos- que se impuso de 1983 a 2018. 

El nacionalismo mexicano durante el siglo XX parecía escriturado para el PRI, era suyo y lo dejó ir, con el cambio de siglo. Durante el régimen del PRIAN la buena onda se centró en la globalifilia y el dominio del inglés. Además, desde el ala panista se situaron sin remilgos en el solio de los apátridas, súbditos del monarca español y vasallos del Bush Jr. y Obama. Al nacionalismo lo dieron por muerto… y resucitó después de siete lustros.

El aniversario de la expropiación petrolera, decretada en 1938 por el General Lázaro Cárdenas, fue la ocasión precisa y maciza para presentar un discurso habilitado como soldadura del movimiento. Hasta Ricardo Monreal se abrió paso entre la muchedumbre para no quedarse afuera. La soldadura no quedo exenta de rebaba cuando un grupo de manifestantes incendió un monigote plasmado con la imagen de la ministra Norma Piña. La derecha y su artillería de medios se dio vuelo resaltando el incidente. 

La derecha civilizada

Simultáneamente, la oposición pasó de lado el fondo de esa iracundia. Decisiones de jueces y magistrados, a partir del principio “el papel lo aguanta todo” y sin escudriñar a profundidad, han juzgado desde su poltrona y al mejor postor, fungiendo como escudo protector al servicio de delincuentes de cuello blanco y del crimen organizado. Un Poder Judicial ayuno de interés social, publico o nacional. Intereses que, por cierto, también están inscritos en la letra de la Constitución. Lo suyo es defender a toda costa su condición de corporación en tanto interés gremial al cual se sienten unidos y a salvo. La Corte despreció la oportunidad de reformarse, prefirió definirse como instancia de justicia a la medida de personajes como Genaro García Luna.

Es de librito que todo Estado nación, para sostenerse, alimenta todos los días un imaginario nacionalista, acorde con los registros de las fuerzas políticas en el poder. La oposición lo ha ignorado. Eso parece una ventaja para MORENA y lo será si se vacuna contra la codicia y la vanidad, el verdadero motor de la corrupción. López Obrador ha propuesto una constitución moral, una economía moral y últimamente un humanismo mexicano. Hasta ahora sólo han sido planteamientos en espera de tomar su curso de desarrollo.

 

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