“Atrapar simplemente al
delincuente sería dar carne a la horca; pero coger el botín significaba
enriquecer al juez, y éste era, según su opinión, el objeto principal de la
Justicia.”
Cuentos de la Alhambra
La cautela que tengo respecto a las
encuestas electorales es por lanzarse éstas en un mar de subjetividad. Hay un
trabajo fino por hacer. Me he referido con anterioridad a la debilidad
opositora -Va por México y MC- basada en la carencia de proyecto, todo lo
reduce en un no a López Obrador y MORENA, el cual se ofrece envuelto de miedo y
odio; por su parte, el voto duro de MORENA está centrado en la confianza
dispensada al proyecto transformador. Queda al margen de estas consideraciones
la decisión del ciudadano que no bebe temores y certificará, de acuerdo con su
experiencia, su voto a favor del actual régimen en proceso.
¿Por qué votar por MORENA?
Desde el tema energético, el
hecho de que se hayan detenido los gasolinazos y haya bajado el pago consignado
por el recibo de luz doméstica, son una valoración por considerar de los
electores. Esto se refuerza con la decisión gubernamental de abatir la
distribución para su venta de gasolina y gas robados de los ductos de PEMEX.
Una actividad delictiva que no fue tocada por la reforma energética del Pacto por
México, al contrario, hasta parece que animó el llamado huachicol. Una
operación explicable por la complicidad de directivos de la paraestatal, la
apatía de Hacienda y el contubernio de concesionarios de estaciones
distribuidoras de gasolina y gas.
Considerando el tema de la salud
pública, el sistema se fue degradando aceleradamente desde la implantación del
seguro popular por Julio Frenk. Siendo un mecanismo mañoso de financiación de
la salud para la población no derechohabiente del IMSS y el ISSSTE, encontró su
término con el actual gobierno. El seguro popular no construyó infraestructura (hospitales),
ni promovió la formación de médicos y enfermeras para sostenerse. En los
hechos, el seguro popular parasitó todo el sistema público de salud. Para
rematar, el esquema de compra consolidada de medicamentos de parte de este
sector del gobierno fue ajeno a la oferta y la demanda, inducido para
beneficiar a compañías distribuidoras asociadas a políticos. Y si se agrega a
la valoración ciudadana la efectividad del programa de vacunación contra Covid,
entonces es dable concederle el voto a MORENA.
Un tercer tema es la educación pública
-no aludiré a contenidos- en tanto restitución de los derechos de maestros que
fueron conculcados por la reforma educativa de Peña Nieto. Aunque aquí se trata
de una consideración gremial, sin relacionar a la ciudadanía en su totalidad,
es un conjunto profesional de alta participación en las contiendas electorales.
Que nadie se extrañe si el voto del magisterio se orienta a favor de Morena.
Un cuarto tema en la reflexión de
los electores es el hacendario. Hacienda tiene como directrices maestras no
crear o incrementar impuestos, mejorar el cobro efectivo de los impuestos
existentes, administrar la deuda pública heredada, investigar las fortunas de procedencia
ilegal y racionalizar el gasto público para financiar los programas sociales.
Hacienda dejó de operar como promotor del saqueo de los bienes de la nación, el
infame paradigma que estableció Pedro Aspe Armella.
Estos son los cuatro temas que
generan una percepción de honestidad de la administración pública. Cuatro temas
que posiblemente impulsen el voto de confianza hacia la cuarta transformación,
refutando el llamado al voto de castigo hecho en solitario por Gabriel Zaid.
Expuesto así parece fácil y sencillo, pero visto desde la condición liberista que le dieron las reformas estructurales a la arquitectura jurídica del país, el reto no es fácil ni sencillo. Son los muros que protegen a la oligarquía. Tiene a su disposición una generación de jueces para los que la nación, la soberanía y los derechos sociales no requieren defensa alguna frente al mercado.