miércoles, 13 de octubre de 2010

dIFEctuoso



No es propósito desacreditar al Instituto Federal Electoral. Son las ganas de no marearse con el incienso que se ha prodigado alrededor del Instituto. Son las ganas de hacer de la crítica un medio para mejorar la consecución de fines democratizadores. Está claro.


La pluralidad y la alternancia son activos con los que el IFE ha contribuido a la sociedad mexicana. Se reconoce. ¿A qué costo? No me referiré al presupuestal que es muy alto. Más bien me referiré a la afectación de los principios de legalidad e imparcialidad que se torcieron en el 2000. Y esto viene a cuento por la declaración que hizo la víspera Carlos Salinas de Gortari, de reciclar la manida tesis de que alternancia es prueba de la democracia. El mismo argumento que justificó el ascenso de un arlequín llamado Vicente Fox y el inicio de una nueva década perdida para el país.


En el año 2000, la alternancia se ofreció como demostración de que la democracia electoral imperaba en el país. El milagro de sacar del Poder Presidencial al partido hegemónico. Lo cierto es que ese milagro recurrió a la aparente apatía de Ernesto Zedillo, entonces Presidente, y al activismo destacado de los poderes fácticos. En la escena se puso el escándalo de los Amigos de Fox y posteriormente se colocó el del Pemex Gate. En uno se acusó al PRI de recibir dinero para su campaña a través del sindicato petrolero, hecho que no se comprobó pues ante la PGR no se pudo demostrar –lo que no quiere decir que no haya ocurrido- pero una cosa es la realidad y otra el curso del procedimiento judicial (Se entiende porque florece la impunidad en este país) Eso sí, los dichos fueron suficientes para multar al PRI y deslegitimar cualquier intentona de cuestionar el “triunfo” del PAN.


En cambio, en el caso de los Amigos de Fox, se documentó que la campaña del llamado Abajeño se surtió con recursos del exterior, lo cual está prohibidísimo y con sanciones que llegan a la perdida del registro para el partido que se los allegue. Qué sucedió: no se sancionó al PAN como se debía.


En la elección federal del 2000, el IFE faltó a los principios de legalidad e imparcialidad. Esos hechos constituyen el trauma de la pubertad del IFE que nos explican su deterioro actual. Mientras más se trate de ocultar ese trauma, más se desviará de sus fines el Instituto.


Bueno, tan se enchuecaron las cosas en el IFE que Consejeros electorales que se reputaban de ciudadanos, es decir, no partidistas, al salir de su compromiso con facilidad se integraron al PAN y han formado parte de su gabinete en el gobierno. Las iniciales son conocidas: Santiago Creel, Juan Molinar Horcasitas y Alfonso Lujambio. No hubo pudor de por medio para ocultar la parcialidad.


Si realmente se quiere festejar el aniversario de la fundación del IFE es momento de reiniciar la democracia, reconfigurar y aplicar Ctrl+Alt+Supr. No tomar de nuevo el señuelo de la alternancia que pasa por encima de la legalidad y la imparcialidad. La alternancia es para mejorar y lo que hemos vivido en México es un retroceso.


Las instituciones electorales son perfectibles y su mejora incluye a los partidos.

lunes, 11 de octubre de 2010

sine qua non



Ser político no es cosa fácil. Complicado es actuar autoritariamente y proclamarse demócrata. Elaborar el comportamiento cínico, al extremo de no sentirse sonrojado por conductas o resultados contrarios al ideario político que se profesa. Se requiere de una base esquizoide, de un desdoblamiento de la personalidad que haga juego a las contradicciones del decir y el hacer (deshacer para el caso de los gobiernos del PAN).


Hay un recurso para estabilizar el cúmulo de contradicciones obvias: el simulacro. El emplazamiento de realidades que no existen y se proponen como si existieran. Eso fue el Festival Olímpico Bicentenario del fin de semana pasado sobre la avenida del Paseo de la Reforma de la Ciudad de México. Un evento efímero dentro de lo efímero, que pretendió hacer hipóstasis de la competencia olímpica moderna y del Bicentenario de la Independencia de México. El simulacro resultó una yuxtaposición infumable, la competencia fue sustituida por el circo y el Bicentenario, representado por el monumento del Ángel de la Independencia, en calidad de tiro al blanco para arco y flecha. Qué celebración más bizarra, muy en el esquema de un país sin historia, hecho para las posibilidades de la edición televisiva. Y ni eso les resultó.


Después de todo, en el PAN no entienden que como gobierno son fracaso y atraso a la vez. Y si no lo aceptan peor para nosotros los mexicanos que padecemos a sus gobernantes. Ya no hay manera de encontrarles el mejor perfil. La semana pasada el presidente Calderón fue a Tijuana a pregonar a los cuatro vientos de que en esa ciudad si se estaban haciendo bien las cosas, pese a que años atrás estaba sometida a la violencia cotidiana del crimen organizado. Como si les hubiera echado la sal, el día de hoy lunes aparecieron ocho ejecutados, unos colgados de un puente y otros decapitados, en la fronteriza ciudad bajacaliforniana. En otro caso, Emilio González gobernador de Jalisco, compañero de partido del Presidente, por su parte dio la nota del atraso al referirse con desprecio al matrimonio entre homosexuales. Como si los derechos de las minorías no existieran y la legislación no hubiera progresado.


El sentimiento que me embarga es que cada día vamos para atrás, perdiendo el horizonte. No es que gobierne la derecha, es que son estúpidamente insensibles. La mañana de hoy nos levantamos con la noticia de que el gobierno chileno, de derecha, está a punto de concluir el rescate de 33 mineros que quedaron debajo de una mina colapsada el cinco de agosto pasado. Lo comparo con el destino de 64 mineros que en febrero de 2006 quedaron encerrados por el derrumbe de una mina en Pasta de Conchos, Coahuila, y el gobierno, de derecha, en connivencia con los dueños de la mina, no hizo nada por rescatarlos. Dejó que se pudrieran y ahí continúan sus restos, como si se tratara de animales.


Hoy cumple un año la salvaje cancelación de derechos laborales que ocurrió con el decreto de disolución de Luz y Fuerza del Centro, compañía distribuidora de energía eléctrica que operó en el centro del país. A un año no se ve claro que el servicio haya mejorado y las quejas por el alza en el cobro de tarifas se multiplican. Se dejó sin trabajo a miles de trabajadores y el gobierno no ha podido dar una conclusión satisfactoria al diferendo.


La lista de desaciertos es larga y ampliamente conocida. La conclusión es demoledora: el Partido Acción Nacional no nació para ser gobierno.
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