El lunes comenzó la función
promovente de la persona que encarnará y se le encargará la conducción de la
4T. Hacer un análisis, ni siquiera una prospectiva, se puede acometer. A
excepción de que se disponga de las artes de la charlatanería, de la cual hay
mucha, por cierto. Se fue Don Chayo, llegó Doña Chayito.
Lo que si se puede es fabular. Fabulación un
tanto cuanto carrilluda, obviando la seriedad.
Una puesta en escena muy por la
superficie, sin profundidad. El piso parejo es la banalidad, nada de
cuestionar. Esto es así porque está prohibido hacer propuestas y está prohibido
el debate. Lo único que saco en claro es la lista que compone este Dramatis
personae.
La campaña que no es campaña.
El eufemismo es lo que aniquila.
Elenco:
Claudia Sheinbaum, con el
papel de la 4T Soy Yo. En la complacencia del aparato y con la capilaridad que
facilita el oficio de los transportadores conduciendo a la gente a los eventos.
La ola de calor es una aportación realista del paisaje. La bendecida del
Sanedrín.
Marcelo Ebrard, como José
sin sus hermanos. El consejero del faraón, el que siempre tiene respuestas a la
mano. José reclamado a defender a su pueblo, se sitúa en la encrucijada.
Adán Augusto, en el papel
del Evangelista, encargado de difundir la palabra del Señor Andrés Manuel. Se
despliega en el escenario lanzando anatemas a todo lo que se oponga a la nueva
fe, a la buena nueva. El Juan con asomo de duda.
Ricardo Monreal, con el
desempeño actancial de Judas Iscariote. El malo, sin protagonismo, más bien apocado,
el malito. Los fieles lo condenan por traidor.
Gerardo Fernández y Manuel
Velasco, como los Buenos Samaritanos. Prueba de fe de los convertidos. De
ellos será el reino de los sobrevivientes.
Más bíblico no se puede.
La tramoya:
Lo que no se ve en el escenario.
Cómo le hacen para reunir a la gente. Con transportadores contratados o bajo
promesas de favores por reciprocar. Para eso sirve el trasvase priísta; la
taumaturgia, las artes de magia. Rechazar los cinco millones de pesos otorgados
por el partido y realizar actos masivos. Entonces, con qué. Es la red tejida al
paso por Gobernación; la red de una carrera política de cuarenta años, con
precisión en lo local, como se le dicta a un actor que tiene que desempeñarse sin
excesos técnicos.
Al final de la representación,
una parte del público será consultado para que señale quién es su artista
favorito.