Si se quiere que un acuerdo no se concluya, un camino es subirlo a los medios. El cambio en el formato del informe presidencial se ha diferido por años, desde que se desacralizó el ritual en la última comparecencia de Miguel de la Madrid. Son muchos años, casi veinte. Van y vienen iniciativas que proponen su modificación a fondo, la última la presentó el PAN después de que el presidente Calderón expresó su deseo de debatir con los legisladores el primero de septiembre próximo, sin auscultación previa con los integrantes del Congreso que pertenecen a la oposición. Lo puso en los medios a manera de desafío cuando dos temas del máximo interés por legislar, las reformas fiscal y del Estado, han estado en el debate entre Poderes.
No fue una sugerencia, más bien se emplazó al Legislativo a que se definiera y la oposición aceptó rechazando. Sí a cambiar el formato del informe presidencial, pero incluido dentro de la amplia agenda de la reforma del Estado. No como un tema aislado y de coyuntura. En los hechos, la posición de diputados y senadores ha dado pie ha reactivar la campaña de que el Ejecutivo quiere pero la oposición no lo deja. Una puesta en escena que ya vimos el sexenio pasado y que nada bueno dejó al país.
Este debate es parte de una composición pantanosa que detiene los acuerdos. Ahí tenemos el caso de Flavio Galván, quien renunció a ser la cabeza del tribunal electoral la semana pasada. Sus motivos fueron de salud, pero según lo publicado la causa de la renuncia fue una serie de corruptelas que se dieron en los nueve meses que estuvo al frente de dicho tribunal. Qué animó a este personaje a darse vuelo. Flavio Galván se sintió poseedor, desde su posición, de una impunidad voraz. Acaso la posesión de secretos de Estado estimuló su avidez. No se sabe el fondo de este caso, lo único cierto es que lesiona a la institución.
Las muertes violentas se siguen contabilizando sin que se les dé mayor exposición en los medios. Los diez muertos encontrados en Sinaloa el 5 de agosto. Los siete cadáveres encontrados en un paraje del estado de Oaxaca el domingo pasado, constituyen componentes de la masa pantanosa. Pero ha sido la muerte violenta de un minero en Nacozari, Sonora, la que ha despertado mayor interés. La razón del interés por este deceso es su inserción dentro del conflicto laboral entre el sindicato minero y el emporio empresarial Grupo México que inició en febrero del año pasado tras el derrumbe en la mina de carbón de Pasta de Conchos en Coahuila. Conflicto en el que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, dependiente del Ejecutivo, no ha sabido arbitrar. Y, por su parte, el gobernador de Sonora se ha esmerado por atizar.
A todo esto se agregó en la semana el anuncio de una nueva organización política. El Movimiento de Participación Solidaria de perfil cristiano. Algunos lo ven como una escisión del PAN que agrupará a la derecha conservadora. No está claro el por qué de esta réplica en el poder. Tal vez se trate del brazo político de Vicente Fox previniendo las batallas por venir. Y no exclusivamente en la lucha por espacios políticos, sino por las interrogantes abiertas del caso Zhenli Ye Gon en su vertiente narcopolítica.
Por de mientras, en el PRD decidieron posponer sus diferencias y como gesto de unidad Andrés Manuel López Obrador inauguró el congreso del PRD. Y desde otro campamento político, en el PRI, el inexplicable bajo perfil que ha tenido Beatriz Paredes y la inusual sobrexposición de Manlio Fabio Beltrones, son evidencia de la reticente unidad al interior del PRI. A lo mejor el encuentro de ambos políticos en la plenaria de los senadores priístas es un gesto hacia la unidad, que será frágil si se le funda en la necesidad, pero será fecunda si se hace desde las convicciones.
En esta fabulación del pantano nadie quiere sucumbir.
No fue una sugerencia, más bien se emplazó al Legislativo a que se definiera y la oposición aceptó rechazando. Sí a cambiar el formato del informe presidencial, pero incluido dentro de la amplia agenda de la reforma del Estado. No como un tema aislado y de coyuntura. En los hechos, la posición de diputados y senadores ha dado pie ha reactivar la campaña de que el Ejecutivo quiere pero la oposición no lo deja. Una puesta en escena que ya vimos el sexenio pasado y que nada bueno dejó al país.
Este debate es parte de una composición pantanosa que detiene los acuerdos. Ahí tenemos el caso de Flavio Galván, quien renunció a ser la cabeza del tribunal electoral la semana pasada. Sus motivos fueron de salud, pero según lo publicado la causa de la renuncia fue una serie de corruptelas que se dieron en los nueve meses que estuvo al frente de dicho tribunal. Qué animó a este personaje a darse vuelo. Flavio Galván se sintió poseedor, desde su posición, de una impunidad voraz. Acaso la posesión de secretos de Estado estimuló su avidez. No se sabe el fondo de este caso, lo único cierto es que lesiona a la institución.
Las muertes violentas se siguen contabilizando sin que se les dé mayor exposición en los medios. Los diez muertos encontrados en Sinaloa el 5 de agosto. Los siete cadáveres encontrados en un paraje del estado de Oaxaca el domingo pasado, constituyen componentes de la masa pantanosa. Pero ha sido la muerte violenta de un minero en Nacozari, Sonora, la que ha despertado mayor interés. La razón del interés por este deceso es su inserción dentro del conflicto laboral entre el sindicato minero y el emporio empresarial Grupo México que inició en febrero del año pasado tras el derrumbe en la mina de carbón de Pasta de Conchos en Coahuila. Conflicto en el que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, dependiente del Ejecutivo, no ha sabido arbitrar. Y, por su parte, el gobernador de Sonora se ha esmerado por atizar.
A todo esto se agregó en la semana el anuncio de una nueva organización política. El Movimiento de Participación Solidaria de perfil cristiano. Algunos lo ven como una escisión del PAN que agrupará a la derecha conservadora. No está claro el por qué de esta réplica en el poder. Tal vez se trate del brazo político de Vicente Fox previniendo las batallas por venir. Y no exclusivamente en la lucha por espacios políticos, sino por las interrogantes abiertas del caso Zhenli Ye Gon en su vertiente narcopolítica.
Por de mientras, en el PRD decidieron posponer sus diferencias y como gesto de unidad Andrés Manuel López Obrador inauguró el congreso del PRD. Y desde otro campamento político, en el PRI, el inexplicable bajo perfil que ha tenido Beatriz Paredes y la inusual sobrexposición de Manlio Fabio Beltrones, son evidencia de la reticente unidad al interior del PRI. A lo mejor el encuentro de ambos políticos en la plenaria de los senadores priístas es un gesto hacia la unidad, que será frágil si se le funda en la necesidad, pero será fecunda si se hace desde las convicciones.
En esta fabulación del pantano nadie quiere sucumbir.