martes, 23 de junio de 2020

El movimiento por los privilegios

“Pero ¿y las clases humildes, que, a fin de cuentas, constituían la inmensa mayoría de la población? ¿Podían ejercer su derecho ‘a la libertad de elección individual’?”

Gonzalo Pontón

Ante el contagio activo por causa del SARS-cov2, el autocuidado es la mejor defensa que se tiene en todo el mundo. Las recomendaciones son similares, son las condiciones de recepción del virus las que marcan diferencias entre los países. Desgraciadamente en México, la desigualdad social y el desmantelamiento parcial del sistema de salud público -que tenía como rumbo la privatización- han sido dos adversidades que afrontar en el curso de la pandemia.

Pero la emergencia sanitaria, además, se ha convertido en ocasión propicia de la que trata sacar provecho la oposición a la cuarta transformación. La oposición de derecha saca a relucir su viejo repertorio, anticomunismo y “guadalupanismo”, clasismo y racismo. Todo este rancio bagaje endulzado con el supuesto, falso, de la amenaza a las libertades.

Lo que en realidad congrega a esta oposición es la defensa de privilegios, que, sin estar postulados como tales, se incrustaban en el entramado jurídico a sabiendas de incurrir en la simulación e ilegalidad (lo que hoy por la mañana expusieron durante la conferencia del presidente, la jefa del SAT y el procurador fiscal de la federación, son demostración de esto último) El privilegio no era declarado como tal. La facultad del presidente de conceder condonaciones fiscales, la tipificación de la corrupción como delito no grave, por poner dos ejemplos. Ahí se localizaban dos herramientas para la procreación de privilegios a la salud de las grandes empresas, en complacencia con las autoridades con las que llegaban a acuerdos.

Por eso la reacción de poderosos empresarios y su disposición a financiar movimientos en contra del actual gobierno, que se puede dar dentro y fuera de los procesos electorales. Lo primero tiene limitaciones legales, lo segundo no tanto. Es el caso de la financiación de membretes que han venido ensayando de tiempo atrás, como los que ha fundado Claudio X. González, y que funcionan como grupo de choque ejerciendo violencia simbólica.  Mexicanos primero, se utilizó para desprestigiar al magisterio nacional y sirvió para allanar el camino de la llamada reforma educativa de Peña Nieto. Después vino mexicanos contra la corrupción, dando espectacular golpe periodístico en contra de una extitular de la Sedesol, de la política social y de algunas instituciones públicas de educación superior, dejando fuera de, por lo menos, las omisiones y falta de vigilancia de la SHCP y la SFP. Curioso que no se enfocaran en dependencias con mayores desfalcos al patrimonio, la SCT y la SE. Eso sí, la familia X. ya sentía a J. A. Meade el próximo presidente de México a partir de las elecciones del 2018.

Dentro del sector empresarial hay un subgrupo, el de los consorcios de prensa, radio y hasta televisión, quienes además de acceder a los privilegios fiscales ya mencionados, contaban con los recursos de la publicidad del gobierno federal, tan generosa era en su distribución que alcanzaba a repartir a los portales de noticias. La publicidad ya se ajustó a la austeridad y el privilegió prácticamente se canceló. Por eso la beligerancia de los medios tradicionales en contra del gobierno de López Obrador.

Me encontré esta imagen que subió el grupo de senadores de Movimiento Ciudadano en septiembre de 2018, la cual acompañaba una propuesta legislativa en contra de algunos privilegios.

Hay otros agrupamientos de privilegiados que están en la línea del movimiento por los privilegios o estarían dispuestos a integrarse. En los últimos años se ha creado un grupo de privilegiados, que sin ser típico poder constitucional, ha venido a formar la llamada burocracia dorada, a partir de los entes autónomos, que por ley han sido investidos de privilegios pecuniarios y, por lo tanto, son sus corajudos defensores y se resisten a la austeridad; está el bloque de gobernadores que tampoco les agrada la austeridad, se les olvida que la ciudadanía ya no quiere saber de los Duarte, los Yunes y Padrés; otro grupo de privilegiados son los dirigentes partidistas. Desde que el dinero público se hizo su sustento fundamental, casi único, de los institutos políticos. El enriquecimiento por el ejercicio de la actividad partidista dejó de ser monopolio del PRI. Todos entraron al aro, a pesar del desarraigo social que les provocó, el PRD es el caso más notorio.

Estos vectores son los propulsores efectivos del movimiento por los privilegios. El nombre formal es lo de menos. Lo que importa saber es qué quieren y eso los mantiene alejados del pueblo.


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