“Pero ¿y las clases humildes,
que, a fin de cuentas, constituían la inmensa mayoría de la población? ¿Podían
ejercer su derecho ‘a la libertad de elección individual’?”
Gonzalo Pontón
Ante el contagio activo por causa
del SARS-cov2, el autocuidado es la mejor defensa que se tiene en todo el
mundo. Las recomendaciones son similares, son las condiciones de recepción del
virus las que marcan diferencias entre los países. Desgraciadamente en México,
la desigualdad social y el desmantelamiento parcial del sistema de salud público
-que tenía como rumbo la privatización- han sido dos adversidades que afrontar
en el curso de la pandemia.
Pero la emergencia sanitaria,
además, se ha convertido en ocasión propicia de la que trata sacar provecho la
oposición a la cuarta transformación. La oposición de derecha saca a relucir su
viejo repertorio, anticomunismo y “guadalupanismo”, clasismo y racismo. Todo
este rancio bagaje endulzado con el supuesto, falso, de la amenaza a las
libertades.
Lo que en realidad congrega a
esta oposición es la defensa de privilegios, que, sin estar postulados como
tales, se incrustaban en el entramado jurídico a sabiendas de incurrir en la
simulación e ilegalidad (lo que hoy por la mañana expusieron durante la
conferencia del presidente, la jefa del SAT y el procurador fiscal de la
federación, son demostración de esto último) El privilegio no era declarado
como tal. La facultad del presidente de conceder condonaciones fiscales, la tipificación
de la corrupción como delito no grave, por poner dos ejemplos. Ahí se localizaban
dos herramientas para la procreación de privilegios a la salud de las grandes
empresas, en complacencia con las autoridades con las que llegaban a acuerdos.
Por eso la reacción de poderosos
empresarios y su disposición a financiar movimientos en contra del actual
gobierno, que se puede dar dentro y fuera de los procesos electorales. Lo
primero tiene limitaciones legales, lo segundo no tanto. Es el caso de la financiación
de membretes que han venido ensayando de tiempo atrás, como los que ha fundado
Claudio X. González, y que funcionan como grupo de choque ejerciendo violencia
simbólica. Mexicanos primero, se utilizó
para desprestigiar al magisterio nacional y sirvió para allanar el camino de la
llamada reforma educativa de Peña Nieto. Después vino mexicanos contra la
corrupción, dando espectacular golpe periodístico en contra de una extitular de
la Sedesol, de la política social y de algunas instituciones públicas de
educación superior, dejando fuera de, por lo menos, las omisiones y falta de
vigilancia de la SHCP y la SFP. Curioso que no se enfocaran en dependencias con
mayores desfalcos al patrimonio, la SCT y la SE. Eso sí, la familia X. ya
sentía a J. A. Meade el próximo presidente de México a partir de las elecciones
del 2018.
Dentro del sector empresarial hay
un subgrupo, el de los consorcios de prensa, radio y hasta televisión, quienes
además de acceder a los privilegios fiscales ya mencionados, contaban con los
recursos de la publicidad del gobierno federal, tan generosa era en su
distribución que alcanzaba a repartir a los portales de noticias. La publicidad
ya se ajustó a la austeridad y el privilegió prácticamente se canceló. Por eso
la beligerancia de los medios tradicionales en contra del gobierno de López
Obrador.
Me encontré esta imagen que subió el grupo de senadores de Movimiento Ciudadano en septiembre de 2018, la cual acompañaba una propuesta legislativa en contra de algunos privilegios.
Hay otros agrupamientos de
privilegiados que están en la línea del movimiento por los privilegios o
estarían dispuestos a integrarse. En los últimos años se ha creado un grupo de
privilegiados, que sin ser típico poder constitucional, ha venido a formar la
llamada burocracia dorada, a partir de los entes autónomos, que por ley han
sido investidos de privilegios pecuniarios y, por lo tanto, son sus corajudos
defensores y se resisten a la austeridad; está el bloque de gobernadores que
tampoco les agrada la austeridad, se les olvida que la ciudadanía ya no quiere
saber de los Duarte, los Yunes y Padrés; otro grupo de privilegiados son los
dirigentes partidistas. Desde que el dinero público se hizo su sustento
fundamental, casi único, de los institutos políticos. El enriquecimiento por el
ejercicio de la actividad partidista dejó de ser monopolio del PRI. Todos
entraron al aro, a pesar del desarraigo social que les provocó, el PRD es el
caso más notorio.
Estos vectores son los
propulsores efectivos del movimiento por los privilegios. El nombre formal es
lo de menos. Lo que importa saber es qué quieren y eso los mantiene alejados
del pueblo.
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