miércoles, 10 de abril de 2024

Debate imposible

Ni el menor ánimo para perder el tiempo viendo el debate entre los candidatos a la presidencia. Desde el primer debate presidencial en el año de 1994, el ataque y el acartonamiento anulan elocuciones sinceras, sobre todo creíbles. Se tiene una falta de tradición para debatir en el país de una sola voz. La herencia Mexica. El debatir no es materia de formación política en la actualidad, para eso se contratan asesores.

Corresponde a otros tiempos idos, como en la educación de los patricios en la Roma antigua. La retórica era una instrucción exigida para quien aspirara a obtener altos cargos públicos, mejor si el tutor era griego; en otro tiempo y orden, la formación de los religiosos en teología en las primeras universidades, compelidos por el rigor escolástico concursaban en un circuito que iniciaba con la lectio (lectura de un texto sagrado), proseguía con la quaestio (de lo que trata), para dar paso a la disputatio (la discusión propiamente dicha) y cerrar el círculo con la determinatio (conclusión deliberada). Esta formación para el debate es inexistente en la actual vida política, menos en su versión tecno política. Por qué entonces esperar un buen debate.

En segundo lugar -a partir de crónicas y opiniones vertidas en el posdebate- es de considerar la sobrexposición mediática de dos candidatas que no dejan nada a la imaginación. Sabiendo cómo son, lo novedoso extraordinario no tendría lugar. De Xóchitl la diatriba, de Claudia la frialdad. Eso ya se vio con Fernández de Cevallos y Zedillo Ponce de León. Xóchitl Fernández, Claudia Zedillo. De no mejorar, el futuro de los debates se perpetuará como un ejercicio ocioso y cancelable.

Foto de Fabiola Martínez, La Jornada de San Luis.

Al margen y no menos preocupante. Lamentable fue la toma autorizada de las instalaciones del INE por parte de la fuerza pública, de los militares. Pues en qué democracia vivimos, sólo para proteger a los candidatos ¿De un posible atentado? De quién o quiénes. Acaso la seguridad se encuentra abatida. Grave reconocerlo si es cierto, grave si se trató de una demostración de fuerza. Una manera subliminal de convocar a votar con miedo. Un evento cívico político rigurosamente vigilado. A la próxima podrían hacer el debate usando la herramienta conocida como teleconferencia. En la democracia electoral de lo que se trata es estimular la votación. Mal quedarían las autoridades electorales y los partidos si el abstencionismo regresa para desairar las urnas.

Pero si se trata de ganar a toda costa síganle.

jueves, 4 de abril de 2024

Espectros electorales


Ni hablar de distribución de intención del voto o de preferencias ideológicas, eso ha quedado rebasado por la violencia programada para infundir miedo. Los espectros referidos aquí son las candidaturas en calidad de fantasmas que pueblan la contienda electoral. Cómo hemos llegado a esto, es la cuestión. Candidatos y partidos compelidos al uso de la mercadotecnia política, al periodismo venal, a las granjas de “bots” que generan tendencias en las redes sociales, a las imágenes -del photoshop al meme- y, sin quedar fuera, las encuestas. Técnicas ajenas a la consistencia de personas reales, de carne y hueso. Mientras la audiencia desconoce lo que se dice “off the record”, los acuerdos en corto y lo que redunde en una privatización de la política, cuando debería referirnos a lo público por excelencia. Se vale vomitar.

Campañas sin espíritu, en las cuales no hay espacio para la alteridad que les haga poner los pies sobre la tierra. De tal descompostura no está exenta la burocracia electoral, la encargada de administrar y contar los votos, tanto como la encargada de enjuiciar el proceso. Son parte del desastre porque en nada han contribuido a formar una cultura cívica. Eso sí, se prestan a los enjuagues con la normatividad en la mano y a trasmano, al mejor estilo de la Secretaría de la Función Pública. Ese elefante blanco gestado por la tecnocracia.

Para completar, llegaron con anticipación los que no fueron invitados a la fiesta: el crimen organizado. El CO ha encontrado “una ventana de oportunidad” en el proceso electoral en curso. Saben que la puerta de la escena nacional les quedó abierta desde el gobierno de Miguel de la Madrid y desde la nunciatura papal encargada a Girolamo Prigione. Con el debido acompañamiento del mercado de armas afincado en los Estados Unidos, el CO acota candidatos y acogota a los ciudadanos. El CO es una realidad que en nada se parece a los fantasmas. Ni las fiscalías autónomas, ni la militarización de la seguridad pública, han rendido los resultados anhelados para mantener la paz. La razón es sencilla, el Poder Judicial es un aliado de facto del CO. Un poder constitucional autónomo con las rendijas “legales” a modo para liberar delincuentes. Las familias de los victimados y de los desaparecidos se tendrán que acostumbrar al duelo permanente.

La razón es complicada, el crimen se ha enraizado en la economía de mercado, de ahí se ha infiltrado a la sociedad. Lo que vivió el joven mazahua, reclutado por el CO (La Jornada, 2024-04-01) es muestra de la capilaridad criminal.

jueves, 21 de marzo de 2024

Las cosas buenas

Veinte días de campañas soporíferas, aunque por obligación no tienen que ser entretenimiento, ni debería. El circo es cosa de la tecnopolítica, mientras más payasadas se hagan, mejor. Tampoco tienen que ser un vomitivo. Baste con entrar a la red X para vomitarse. Son tan insustanciales las campañas de la presente contienda electoral, casi dejan de ser materia de análisis. Esa fue una de las razones por las que no escribí mi artículo de la semana. Me fugué a la sierra sin fusil, en plan familiar, a respirar ambientes más saludables durante el puente vacacional asociado al natalicio de Benito Juárez.

Cerro Brujo. Foto de archivo, Grupo Editorial Criterio.

Con qué gusto me dirigí a la Sierra Otomí Tepehua en Hidalgo. Su sinuoso camino de acceso, sin lugar a distracciones, enfilado a la cabecera municipal de Tenango de Doria. Durante todo el trayecto serrano la propaganda electoral se distinguía por su ausencia. Así fue porque me dirigí al México ignorado, donde los candidatos no llegan porque no encontrarán una cuantiosa cascada de votos. En la Sierra las cascadas no son una metáfora, son una realidad sustantiva.

Llegar a Tenango de Doria fue entrar a un territorio libre de propaganda electoral. Famoso por sus manos artesanas dedicadas al bordado sobre manta con motivos de la naturaleza, flora y fauna, para especificar. Tan original como para ser plagiado, tan característico del lugar, que sus obras artesanales se les conoce con el nombre de Tenangos. En conjunción con esta artesanía, se encuentra un complejo agropecuario-forestal-comercial para el sustento de sus habitantes. Los sujetos o unidades económicas tienen reconocido su lugar, hay confianza, la mínima como para no sentirse amenazados hacia la extinción por otro agente económico, a no ser por la explotación de materiales para la construcción, común en el estado de Hidalgo. Es lo más parecido a la economía moral, a como la entendió el historiador E. P. Thompson.

Para que esto suceda así, la migración de sus pobladores a los Estados Unidos ha facilitado un ingreso adicional para las familias del municipio, más el agregado de los recursos públicos directos a la población, hacen de Tenango de Doria un espacio de paz salutífera.

El Cerro Brujo es su guardián, visitado por la gente del lugar para pedirle su intervención auspiciosa en fiestas comunitarias que resulten alegres y seguras, sin hechos qué lamentar. Hay otro tipo de peticiones, por ejemplo, si la sequía abate la tierra, el pueblo se dirige al Cerro Brujo para solicitarle el arribo urgente de las lluvias.

Tres días de visita dan para una idealización bucólica, romántica. Faltan otros datos, los obtenidos a ciencia y paciencia. Tómese en cuenta, sólo quería escapar de la toxicidad de las campañas electorales, convertidas en una letrina donde deponer, nunca proponer. ¡Lo logré!

Que ni se les ocurra buscar la denominación de pueblo “mágico”. Lo que en realidad sucede con esa declaratoria es metropolizar al pueblo con chelerías, restaurantes, hoteles carísimos y hasta boutiques inalcanzables para sus pobladores. Algunos denominados pueblos mágicos son con como un trasplante de La Condesa al medio rural. El caso de Huasca de Ocampo, también en Hidalgo.

Las cosas buenas existen, merecen ser visibilizadas.

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