miércoles, 11 de abril de 2012

Es la gestión ¡Estúpido!






Las campañas por la presidencia de la república van en su segunda semana bajo las nuevas reglas que se idearon en el 2007.



Lo malo es la llamada “spotiza”, es cuestión de segundos, poniendo oído a la radio o parpadear frente a la pantalla de televisión para que la propaganda lo alcance a uno (esto último no sucede con la misma inclemencia si se es cliente de Dish, pues esa empresa de telecomunicación satelital tiene vedado el uso de la señal de Televisa, igual de TV Azteca)



Lo bueno, muy bueno, es que el protagonismo abierto del presidente en turno está negado conforme a los términos de la ley. Digo abierto porque no creo que Felipe Calderón esté de brazos cruzados. El ¡Cállate, chachalaca! es parte de la picaresca del pasado reciente. Al menos por tres meses ya no escucharemos a los locutores de la propaganda gubernamental uniformados en la expresión “El gobierno del presidente de la república”. Eso no y es por el imperativo de equidad.



Y qué ha ocurrido en estos días, nada extraordinario, salvo la sobrada miopía con la que se conduce la candidata del partido oficial.



Previsible ha sido el desempeño de Enrique Peña Nieto, que le ha apostado a capitalizar su esmerada preparación para actuar en radio, televisión y en eventos masivos con efectos visuales. Ya lo dije aquí, es un Pop Star y mientras le funcione esa actuación la va explotar. No menos importante es la invisibilidad del territorio con focos rojos a su campaña, se menciona Morelos, Tabasco y párele de contar. En términos generales, los priístas han recuperado esa habilidad para no poner bajo reflectores sus disputas.



Previsible ha sido el desempeño de Andrés Manuel López Obrador, que por otra parte es el más serio contendiente de Peña Nieto. Más allá del ajuste discursivo que representa la república amorosa, hasta ahora ayuna de especificaciones filosóficas, lo cual es extraño porque el candidato de “las izquierdas” tiene profesionales en la materia. Lo importante es que AMLO es consistente en su discurso en contra de la pobreza y la desigualdad, planteamiento que es reforzado por la realidad de la miseria y las injusticias que padece México.


Lo complicado es sacar adelante a quien es candidata oficial pues no es ella por sí misma, que en sí misma dice poco, no hay carisma y una sonrisa tan rígida que parece mueca. Ella ha proporcionado todos los elementos para que en las redes sociales y en la caricatura le pongan una tunda bien ganada. Su problema es no percatarse que los llamados “logros” de su partido a cargo del gobierno federal quedan mal parados ante la realidad que a diario vivimos los mexicanos. Josefina ya tiene en su haber dos reforzamientos de su equipo y se perfila una constelación de especialistas en guerra sucia: A parte de Antonio Solá, se encuentra el yunquista Juan Manuel Oliva, el incendiario Juan Molinar Horcasitas, el sarcástico Juan Ignacio Zavala, el troglodita Javier Lozano. A los panistas habrá que parafrasearles lo dicho por Bill Clinton: Es la gestión ¡Estúpidos!



De no suceder una catástrofe en la campaña del PRI, será hasta el próximo 6 de mayo que se dé la ocasión para un nuevo balance, pues ése es el día del debate. Lo mejor será recibir ese encuentro sin estereotipos acerca de cada candidato.


lunes, 9 de abril de 2012

Corrupción, fraude y transparencia




No veo al candidato presidencial con la fórmula de revertir, no estoy usando la palabra acabar, de reducir la corrupción, el uso ilegal de los recursos públicos para beneficio del  servidor público y sus allegados, destacadamente sus parientes. Leo la de ocho en El Universal: “Se dispara fortuna de mando de Semar”. http://www.eluniversal.com.mx/impreso/wportada_20120409.pdf  El jefe de ayudantes del responsable del despacho de la Secretaría de Marina, encargado de la seguridad del Secretario y de su familia, quien guarda sus secretos, adquiere bienes que no son proporcionales a sus ingresos como servidor público. Francisco Gerardo Martínez Pastelín le ha sacado buena tajada al pastel. No vaya a creer que el susodicho roba, resulta nada más que también es bueno para los negocios, según él (El caso se puede multiplicar por cientos y de todos los colores) No checa que teniendo actividades tan delicadas y de tiempo completo se tenga tiempo para hacer negocios, y en el caso que se presenta, hasta sobra tiempo para dedicarse al golf.



Pero así es, la concurrencia entre el manejo de presupuesto, charola y biznes. Conjunción trinitaria de la corrupción que es de lo más común, que funciona aquí y allá, con la seguridad de que no pasa nada. Uno de los beneficios agregados a la política, no sólo es el poder por el poder ¿Pues por qué será que se pelean? Tengo la certeza de que con los recursos que se roban, tanto en el presupuesto de seguridad, en programas como Procampo y organismos de vivienda como el FOVISSSTE, tendríamos la posibilidad real de Vivir Mejor. Pensar que cada uno de los candidatos podría ofrecer una lista de los raterazos que están adulándoles a su alrededor. Ni Gabriel Quadri se escapa, tiene a su lado a Elba Esther & Co.



Pero no acaba ahí el espeso potaje que aviva la desigualdad. No veo al candidato presidencial que proponga medidas para inhibir el fraude, la estafa. Difícil es, pues el marco legal tan desregulado y sin el convencimiento de la autoridad para actuar al respecto de manera punitiva. Está el rutilante caso de quien fuera dueño de Mexicana de Aviación, la pone al borde de la quiebra, colapsa a la empresa,  aniquila una fuente de trabajo y no pasa nada.  Gastón Azcárraga goza de cabal salud en sus finanzas personales. Hay un segmento de encumbrados capitalistas donde la palabra riesgo no existe. No sé, pero en este momento me acuerdo del mega fraude del Fobaproa y uno de los actuales candidatos le atizaba duro a ese mal que tanto nos ha costado. Hoy, Andrés Manuel López Obrador prefiere no abrir ese frente de campaña. Quiero ver qué acciones se proponen para someter al fraude mercantil o financiero, a la estafa vil. Que se les impongan penas como al crimen organizado.



Tenemos pues que la transparencia apenas es una ley, queremos que sea realidad. Estar ciertos que cada peso que se destina a la seguridad o a la educación se evidencie en un aumento de la seguridad o en una mejor educación. Más recursos se destinan y sin embargo no se obtienen los mejores resultados. La transparencia también debería ser una obligación de las empresas, no una doctrina a instruir para los que se inician en la actividad empresarial. Estará dispuesto Enrique Peña Nieto a mover el tapete y poner el piso firme de la transparencia, firmar este compromiso y cumplirlo.



De Josefina, qué se puede decir, ella es diferente. Está en otro planeta. Si quiere regresar a la Tierra tendrá que ser valiente y denunciar a Felipe Calderón y a sus correligionarios. Dudo que lo haga.    
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